VIAJAR CON JAVI Y EPI · «Aita enferma y le despedimos con lágrimas en los ojos. ¡Te queremos!»
Otro amanecer y otro día más. Arrancamos fresquitos, pero rápidamente entramos en calor con la subida al alto de Mostelares, de aquí en adelante etapa llanita.
Sabíamos que en algún momento adelantaríamos a Demetrio y a lo lejos le veíamos como caminaba a paso ligero como una gacelilla, al acercarnos nos hemos vuelto a despedir. Una pena no tener más tiempo para compartir, la vez próxima será. Él viene caminando desde Roma y nos conocíamos por la redes sociales.
Y al llegar a Frómista, mi padre ha decidido quedarse aquí, está muy cansado, apenas ha dormido y ayer apenas comió en todo el día ya que está con dolor de garganta. Nos pide que nosotros sigamos y mi hermana mañana vendrá a por él. Nos despedimos con lágrimas en los ojos y él con un «tranquila hija, que estoy bien, id tranquilos. Buen Camino». Estamos muy orgullosos de ti, hemos compartido tres días estupendos, has pedaleado de Durango a Frómista en el Camino, la noche en Tosantos creo que fue especial, eres un txapeldun = campeón. ¡Te queremos!
Hay que seguir avanzando, en Calzadilla de la Cueza paramos a comer algo y se nos acerca una chica preguntando si de verdad Javi es trasplantado. Ella es Nadja cubana y es donante de riñón de Alfonso marido de su mejor amiga. Charlamos con ellos un rato, nos hacemos una foto y seguimos avanzando.
Por lo demás la etapa transcurre tranquila, larga como las rectas interminables de Castilla.
Llegamos a Reliegos y decidimos parar: 117 kms ya son suficientes por hoy. Nos acercamos al albergue municipal y nos dicen que vayamos a otro, que les queda poco sitio libre. Son las 7 de la tarde. ¿Será porque vamos en bici y algunos piensan que no somos peregrinos por pedalear?
Buscamos albergue, ducha, cena y a dormir, que mañana el día será duro.
Buenas noches y buen camino.