I. Gorriti

¿Qué se puede pensar de la persona o personas que robaron 200 kilos de ayuda humanitaria de una furgoneta de la ONG Rio de Oro en Durango? Nada bueno. Y, lamentado esto, ¿qué se puede pensar de las personas que con su solidaridad en solo un día han reaccionado ante este injusticia y han vuelto a llenar la furgoneta de la agrupación de otros 200 kilos de ropa, alimentos, compresas… para llevar hoy a los campos de refugiados saharauis? Todo bueno.

El lamentable robo ocurrió la noche del miércoles al jueves en el barrio durangués de Tabira. «Una noche que pasa en el exterior llena y nos lo roban. Es muy sospechoso», valora a este diario Mikel del Arco, portavoz de la asociación que trabaja en verano con niños y niñas saharauis con diferentes discapacidades.

La furgoneta hoy ya llena gracias a la solidaridad de buenas personas. PHOTO. Mugalari

La furgoneta no apareció forzada. Se desconoce cómo consiguieron abrirla. Miembros de Rio de Oro han interpuesto una denuncia ante la Ertzaintza. «Hoy viajamos seis personas al Sahara. Cada uno iba a portar 30 kilos de ayuda humanitaria, además de nuestras cosas. Y de pronto vimos que nos habían robado», relata Del Arco quien va más allá: «Lo bonito es que hicimos un llamamiento entre los compañeros y compañeras de Rio de Oro y recopilamos ropa de invierno, compramos algunas cosas… y conseguimos otros 200 kilos. Teníamos claro que la comunidad saharaui no se iba a quedar sin esa ayuda».

Los seis voluntarios viajan hoy hasta Madrid donde subirá a un avión que mañana les lleve a Argel y de allí a Tinduf. «Vamos a visitar a las familias de las niñas y niños que han estado este verano aquí y a ver quiénes vienen el año que viene. A ellos les llevamos la ayuda que portamos, primero a El Aaiún y de allí iremos a las diferentes wilayas«, sonríe satisfecho Del Arco quien concluye: «Hemos hecho lo que el pueblo saharaui se merece».