‘La fuente’, poema y dibujo del durangués Mariano Martín Martín
MARIANO MARTÍN MARTÍN
Desde la fuente donde innata nace
ferviente admiradora de la bello,
en un brote que se hace y se deshace
al ritmo de ese místico destello,
el son que se destila toma enlace
con otro con idéntico desvelo.
De esa imagen que adornada con disfraces
y el aroma que despiden sus cortejos,
una luz con sus rayos se complace
en cubrir mantillados a los velos
que los vuelos son un acto del paisaje
y se saben forman parte afín con ellos.
Conocido ya el actor y sus romances
idílico pastor de un caro sueño,
que contempla la maná con sus virajes
dispongo de mi cuerpo con empeño,
luchando por la vida con coraje
y venciendo cada herida y cada dueño.
Recorto cada sierpe que amanece
al único compás que como dueño,
siento en mi interior lo que me crece
regando mis jardines con un ceño,
guardián con cada fe con que me rece
ante las aguas que se bañan en lo bueno.
En el estado del andar por donde pace
desde la planta de mis pies a los cabellos,
el romántico semblante del paraje
que rezuma tales gotas sobre sellos,
límpidos de un noble arte y su bagaje
yo despierto lo dormido de mis credos,
entregándome sin sombras al viaje
donde la luz pare sus rayos mensajeros.
Desde la fuente donde dulce nace
la inspiración para crear ricos riachuelos,
y mundos paralelos se deshacen
para hacer otros mundos y más nuevos,
cada gota de la vida que se esparce
por confines inherentes a los sueños,
crea un cielo y una tierra donde pace
la vida con sus múltiples anhelos.
Hoy, que de la fuente soy engarce
con su permiso lleno,
de prodigar mensajes
a lo propio y ajeno,
me visto el traje
de rey, plebeyo, cortesano y caballero,
vasallo, villano y paje
para enviar certero,
a tan magno manantial que nace...
la más alta lealtad
el compromiso más sereno,
la ley de la justicia y la verdad...
y por servir de más y nunca menos
el absoluto don de la amistad,
y un embeleso...
tan divino y tan humano de gustar
que un creso,
mar procedente del manar...
llegó confeso
de la fuente que me supo enamorar,
con un hecho...
tan profundo e imposible de olvidar
que la vida,
de obligaciones construida y de derechos
con mandamientos eternamente se prodiga...
amor...y un beso.