Menudos humos
Rafael Hidalgo
Menudos humos se gastan el Consejero de Sanidad y la Directora General de Osakidetza, que en lugar de agachar el labio, como dicen los canarios, y ponerse a trabajar tras ser pillados por el carrito del helado de las OPE, tachan de irresponsables a quienes han tenido la idea de anticipar ante notario quiénes iban a ser los ganadores de las plazas, habiendo acertado de pleno en su previsión.
Pese al peso irrefutable de esa circunstancia, añadida al hecho de que sospechosamente en algunos exámenes los ganadores de los concursos sacan unas notas rozando la perfección en tanto que la nota media conjunta es notablemente más baja, parece que ambos ejecutivos se refugian en el «para qué vamos a detenernos en los hechos cuando existen multitud de imaginativas iniciativas en las que emplear nuestro tiempo».
En resumen y no es desvelar ningún secreto ni levantar falsos testimonios, ciertamente el grado de corrupción que se da en Euskadi es sensiblemente inferior al que se produce en el resto de la Península y sus archipiélagos, pero en materia de corruptelas hay que reconocer que no andamos mal.