‘Txiki’, ‘Ruso’, zaudete lasai askatasuna irabaztera goaz!
Jesús Felipe Arriaga Ibarra
40 años han pasado desde que nos dejasteis de forma inesperada y violenta. Eran tiempos convulsos en una Euskal Herria que se hallaba en una encrucijada política frente a la opción de reforma y/o ruptura democrática que se planteaba ante una posible transformación democrática del Estado.
La evolución y transformación del régimen dictatorial imperante se estaba dilucidando en función de la fuerza, intensidad y firmeza de las diferentes luchas por las libertades democráticas y sociales y que tenía a Euskal Herria como vanguardia en el rechazo al régimen franquista. Los partidos políticos vascos mismos, se debatían si participar o no en la “reforma democrática” auspiciada por los herederos del régimen.
Incluso la propia izquierda abertzale se encontraba inmersa y dubitativa ante semejante escenario futuro. ESB, ESEI, ANV, son las siglas abertzales que corroboran lo que digo.
Otro tanto sucedía en lo que respecta a la actividad armada que desarrollaban las diferentes organizaciones vascas. Por aquel entonces la organización ETA político-militar era la mayoritaria numéricamente puesto que la otra rama, la militar, era más cauta a la hora de reclutar a sus militantes. Esta rama exigía el cumplimiento del servicio militar, tener carnet de conducir y el saber nadar para integrarse y formar parte en ella.
De aquí el origen de las diferentes etiquetaciones aparecidas en su momento en la prensa respecto de la militancia de ‘Txiki’ y ‘Ruso’. Hay que dejar claro que la procedencia poli-mili de estos dos durangarras evolucionó a su integración en el grupo escindido de Bereziak y que posteriormente se integró en la disciplina de ETA militar. Tal y como se reconocía popularmente a la organización ETA.
A fecha de hoy cuarenta años después, nos encontramos a puertas de una nueva encrucijada política del mismo o mayor calado del que llegó a dilucidarse en aquel entonces. Respecto a la dicotomía reforma-ruptura de ayer hoy es el derecho a decidir y el reconocimiento de Euskal Herria como pueblo y nación diferenciada lo que está en juego en nuestra sociedad vasca.
Desde el apartado de compañeros, amigos y familiares que apostamos por una convivencia democrática futura también somos participes de la convicción de que dicha normalización democrática pasa inefablemente por la asunción de una memoria equidistante y justa acerca de lo vivido y en consecuencia sufrido en nuestro pueblo Euskal Herria en general y en Durango en particular.
Apartado específico alcanza todo lo pendiente en lo referente a las consecuencias de la confrontación política y militar con el Estado como son; la vuelta a casa de los presos políticos vascos, el retorno de los exilados y deportados,.. el reconocimiento de la tortura, de las consecuencias de la violencia utilizada por ambas partes,… tiempos convulsos y violentos pasados de cuya resolución no democrática, no
pactada y no acordada.. nos sitúan ante un escenario actual imperfecto e injusto que adolece de la ausencia de verdad y justicia respecto a lo sucedido en Gernika 40 años atrás. Esa es nuestra tarea y en ella estaremos hasta el total esclarecimiento de los hechos.
Se lo debemos a ‘Txiki’ y ‘Ruso’.