MAÑANA, EL FUNERAL · Fallece a los 102 años Bittor Garaigordobil, obispo que participó en el Concilio Vaticano II
El funeral por Bittor Garaigordobil -natural de Amaitermin- tendrá lugar en el Santuario de los Santos Antonios de Urkiola, mañana a la una del mediodía. La capilla ardiente estará abierta desde las diez de la mañana en la misma Abade-Etxea y posteriormente tendrá lugar el sepelio – presidido por el obispo de Bilbao- con la presencia de varios prelados y sacerdotes. Tras la celebración, le darán sepultura en el cementerio del mismo templo.
El que fuera obispo de Los Ríos (Ecuador) ha fallecido a la edad de 102 años en el Hogar de los Sacerdotes Venerables ubicado en Begoña (Bilbao). Ha sido el segundo obispo mayor del mundo junto al prelado chileno, Bernardino Piñera, quien le llevaba un mes de edad.
El funeral por Garaigordobil tendrá lugar en el lugar donde vivió durante más de tres décadas, con la comunidad misionera de Urkiola. Allí compartió muchos años con su compañero y amigo Joseba Legarza, quien falleció en noviembre de 2017, precisamente unos días antes de irse a vivir junto a Bittor a la residencia de Bilbao.
· Participó en el Concilio Vaticano II · Bittor Garaigordobil participó en el Concilio Vaticano II. «Acudió a las reuniones con una txapela, y así quedó recogido en las fotografías de la época», informan desde la Diócesis de Bilbao. Intervino en la Asamblea en dos ocasiones para exponer la experiencia de la Misión Diocesana de la Iglesia de Bizkaia y para solicitar la creación del Consejo Presbiteral en cada diócesis. Lector de novelas del oeste y entusiasta jugador de mus, no le gustaba escribir demasiado, pero cuentan que los fieles ecuatorianos acudían a la catedral para escuchar sus homilías.
· Vida sencilla · En pocas ocasiones se le vio revestido con capisayos episcopales y dicen, que cuando le robaron de su armario de la Abade-Etxea de Urkiola los recuerdos que había traído de Ecuador, se sintió “aliviado” de la preocupación de cuidar cosas de valor. Él mismo aseguró en entrevistas para Mugalari que cuando volvió de Ecuador «dejé allí al obispo y volví a ser el aldeano que cree en la dama de Anboto como en Jesucristo», subrayaba quien fue testigo del bombardeo de Otxandio y fue llevado por los franquistas para ser camillero durante la Guerra Civil.