Ladran y muerden
Óscar Gómez Mera
El Gobierno del Reino de España destinará en los próximos tres años más de 1.200 millones de euros a aumentar el salario de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
Un miembro del cuerpo de la Policía Nacional verá aumentado su salario una media de 561 euros brutos al mes. En el caso de los miembros del benemérito cuerpo de la Guardia Civil la subida rondará los 720 euros mensuales de promedio.
720 euros al mes es una cifra casi idéntica al SMI para 2018 en el Reino de España (735,90€). Es, más o menos, lo que percibe cualquier reponedora o cajera de cualquier supermercado o una trabajadora de un call center. 720 euros al mes es más de lo que ingresan las 170.000 pensionistas que en Hego Euskal Herria cobran una pensión inferior a los 700 euros.
El Gobierno del Reino de España quiere premiar así, equiparando sus salarios con los de otras policías de ámbito autonómico, a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Fuerzas y Cuerpos imprescindibles para perpetuar el sistema capitalista y la sacrosanta unidad de España. Tal y como pudimos comprobar hace unos meses en Catalunya. Como podemos comprobar cada vez que una familia es desahuciada de su hogar. Cuando unas trabajadoras son despedidas. Cuando un pueblo reclama su derecho a decidir. En definitiva, cada vez que cualquier persona se cuestiona el statu quo.
Para las pensiones no hay dinero. Para sanidad no hay dinero. Para educación no hay dinero. Para acabar con la violencia contra las mujeres no hay dinero. Para ayudas sociales y prestaciones por desempleo no hay dinero. Para la dependencia no hay dinero. Y así, suma y sigue. Lo hay para rescatar bancos y autopistas. Para aeropuertos sin aviones y variantes innecesarias en pueblos de 6 km2 que ya cuentan con una carretera nacional y una autovía. Para el AVE, para la Casa Real, para financiar a las confesiones religiosas.
También hay dinero para pagar el sueldo a sus señorías. Señorías que cobran de lo público mientras desmantelan lo público y nos dicen que debemos ahorrar para el futuro dejando de tomar café. Todo ello mientras dormitan en sus escaños, se rascan la entrepierna, rellenan la quiniela o juegan al Candy Crush Saga. Señorías que están al servicio del capital, de lo privado, del verdadero poder, mientras nosotras les pagamos el sueldo.
Los hunos y los “hotros” son los cancerberos que guardan la hacienda del señor. Aunque la hacienda sea fruto del sudor de frentes ajenas privadas de lo más elemental. Por ello, hay que tenerlos bien alimentados y cuidados. Tanto a los hunos como a los “hotros”. Porque si no ni ladran, ni muerden.