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8M: El único camino es hacia adelante

ANISIA SERENDIPIA

MIS OJOS, QUE CODICIAN COSAS BELLAS_ Desperté de ser niño, nunca despiertes. Triste llevo la boca: ríete siempre.  Estos días, incluida esta tarde según me informó una chica que controlaba los accesos, se rueda en la plaza de Santa Ana de Durango algunas secuencias de ¿Es el enemigo?, película inspirada en el humorista Miguel Gila.

Recordaba algo de su coincidencia en la cárcel con el poeta Miguel Hernández y me he puesto a buscar, encontrándome con una noticia en el diario argentino Clarín, publicada con motivo del 20 aniversario del fallecimiento del humorista en 2021. Leo lo siguiente:  El idilio de Gila con el público argentino se estableció de inmediato y duró varias décadas -según un informe conmemorativo que preparó Télam para esta fecha. Télam, otra casualidad, acabo de ver las imágenes de la agencia estatal de noticias de Argentina cerrada por orden de Milei “por ser un medio de propaganda opositor”.

Al estallar la guerra civil, Miguel Gila se alistó como voluntario republicano. Puesto ante un pelotón de fusilamiento, logró salvar la vida porque los integrantes del pelotón, según cuenta él, estaban borrachos y no acertaron con los disparos. Gila se hizo el muerto y logró sobrevivir, de ahí la muletilla “nos fusilaron mal«.  Después, fue hecho prisionero y trasladado a un campo de concentración. Tras un periplo por varios campos de prisioneros, estuvo preso en la cárcel de Torrijos, Madrid, donde coincidió con el poeta Miguel Hernández. Durante la II República el edificio había pasado de ser una residencia de ancianas a una cárcel de mujeres que, tras el final de la guerra, pasó a ser cárcel de hombres. Allí compuso el poeta que quiso convertirse en viento del pueblo, y no le dio tiempo, las Nanas de la cebolla.

_Es tu risa la espada más victoriosa_ En 1968​, Gila se exila y fija su residencia en Buenos Aires.  Clarín dice de él que, aunque no lo gritara a voz en cuello, era un hombre político, un republicano que llegó a estas tierras «por un empacho de dictadura» franquista, según sus propias palabras. Esto es lo que se reproducía estas tardes en la plaza de Santa Ana, el empacho de dictadura franquista que ahuyentó a Gila, un ambiente de beata rojigualda en vísperas del 8 de marzo. Interesante pasarse un rato por la zona de Santa Ana, siempre inspirador el mundo del cine, resulta un rodaje alentador para gritar fuerte mañana lo que nuestras predecesoras las sufragistas: Mujeres del mundo ¡UNÍOS! el único camino es hacía adelante.

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