Más allá de los bombardeos de Durango y Elorrio
Andoni Barreña
Han pasado 80 años de los crueles y genocidas bombardeos perpetrados por los fascistas que sufrieron Durango y Elorrio del 31 de marzo al 4 de abril. He echado una mirada en Wikipedia, versiones en euskara, castellano e inglés y me he encontrado con algunas sorpresas curiosas. El número de víctimas fue de 248 a 336. ¿Cómo es posible todavía hoy esa falta de precisión? ¿A alguien le queda alguna duda sobre la respuesta a esta pregunta?
Otra sorpresa es que en todas las versiones se señala que las escuadrillas 213 y 214, las que bombardearon Elorrio y Durango, respectivamente, estaban comandadas por Victtorio Cannaviello y Gildo Simiri. Pero también que el frente norte estaba bajo las órdenes del general Emilio Mola. Esperemos que, aunque tarde, los juzgados los proclamen a ellos y a todos sus cómplices responsables y culpables de crímenes de lesa humanidad. No sobra decir que todavía son considerados héroes.
Pero creo que también es hora de que se hable de otras dimensiones de la represión fascista. La primera, la guerra misma, con miles y miles de muertos. Luego, la represión de los ganadores. En el libro Cárceles y campos de concentración en Bizkaia de Ascensión Badiola se recogen algunos datos globales de esta represión.
Araba, Bizkaia y Gipuzkoa tenían 929.539 habitantes en 1933; Nafarroa 345.883 en 1930. Según el Gobierno Vasco, en el exilio entonces, en 1938 un total de 200.000 vascos se habían exiliado y los presos superaban los 100.000: 29.350 presos en Bizkaia, 14.500 en Gipuzkoa, 16.000 en Nafarroa, 6.300 en Santoña, 30.000 en batallones disciplinarios y campos de concentración en España y África. Todo ello hace un total de 305.300 represaliados. Sin contar los miles y miles de muertos en el frente, en los bombardeos, los fusilados o los hechos desaparecer. Solo en Bilbao, Badiola ha recogido al menos un listado de 583 juzgados y fusilados.
Resulta sencillo sacar las cuentas, un tercio de la población vasca vivió duramente la represión fascista, sin olvidar que toda la población vivió el miedo a la guerra, los bombardeos, el hambre y la desolación. Sin olvidar, que las libertades fueron perseguidas. Sin olvidar que el euskara fue prohibido, o sus hablantes marginados y objeto de castigo y burla.
¿Quién ha pedido perdón por todas estas barbaridades? ¿Alguien ha sido juzgado por alguna de ellas? ¿A alguien se le ha recompensado por el sufrimiento sufrido? ¿Alguien ha dormido una noche en prisión por ser el responsable de alguno de estos actos? ¿Dónde está la justicia de este pueblo? ¿Un bombardeo que causa más de 300 muertos no merece una investigación judicial? ¿583 fusilados en Bilbao no merecen una reflexión e investigación serena? ¿Cuántos años han de pasar para que se trate de construir lo sucedido con los nombres de los responsables?
¿Conocen nuestros jóvenes la realidad de lo vivido por sus aitita-amama? ¿Saben que los represores fascistas no hicieron más que enriquecerse? ¿Conocen los jóvenes qué instituciones fueron cómplices de esta barbarie y la silenciaron y la siguen silenciando todavía hoy?
