Entrevista de Juanlu Ibarretxe a Javier Arkarazo | «Me dieron cinco días de vida y jugué 20 años de profesional»
El periódico digital Mugalari publica hoy una entrevista que el periodista especializado en deportes de frontón Juan Luis Ibarretxe hizo a Javier Arkarazo el 11 de septiembre de 2007 para Eusko Basque, firma en la que trabajaba el cronista de Galdakao y el excampeón de Euskadi que falleció anoche a los 62 años. El propio Ibarretxe entrega aquel trabajo a este medio, un diálogo que hoy se lee con más atención.
Juan Luis Ibarretxe
11/09/2007: Javier Arkarazo es uno de los rostros más conocidos de la cesta punta, ya que después de su larga y exitosa carrera como profesional, pasó a ser masajista de Eusko Basque y en la actualidad comenta los partidos de la citada modalidad en Euskal Telebista. El de Durango, tras unos prometedores inicios en el fútbol, comenzó su trayectoria pelotística en Mallorca, donde con 17 años un accidente puso en peligro su vida, pero se rehizo y no tardó en convertirse en una estrella que brilló tanto en Estados Unidos como en Euskadi.
Ya lleva un montón de años en el mundo del deporte.
Sí, me estrené en Palma de Mallorca, a donde fui a hacer la mili como voluntario para quitármela de en medio y a la vez poder jugar a cesta. Un día me pegaron con la culata de un arma, me rompieron dos costillas y ello me provocó una infección que afectó al pulmón y que hizo que los médicos me dieran cinco días de vida. Sin embargo, salí adelante, me llevaron a Durango, estuve seis meses en el hospital de Santa Marina y luego pasé un total de tres años entre Basurto y esta centro hasta que, con 20 años, ya me recuperé.
En esa época tuvo que dejar la cesta.
Claro, de hecho, estuve un año trabajando en un almacén de material eléctrico, pero me hacía tanta ilusión el deporte que visité al que me operó y le pregunté a ver si podía volver a jugar. Me dijo que sí y estuve compitiendo hasta 1997, o sea hasta 22 años después de la intervención.
Cuando regresó, ya lo hizo en Euskadi.
Estuve en Durango y pronto me fichó Miami, era el frontón más prestigioso y allí estaban Joey, Gonzalo, Remen, Katxin y todas las figuras. Después de dos años marché a Tampa, que era del mismo dueño y donde coincidí entre otros con Totorika, que todavía era un chaval. De allí pasé a Hartford, jugué cuatro temporadas allí y con el tema de la huelga ya vine a Euskadi, donde estuve entre 1990 y 1997. Cuando milité en Tampa también íbamos durante unos meses a Ocala y a Orlando.
Por entonces fue cuando Totorika se inició como empresario.
Sí, también estaba Rafa Piedra y los años 1990 y 1991 fueron muy bonitos, porque existía hambre de pelota, el público quería ver a las figuras, hubo llenazos impresionantes y los mundiales fueron todo un éxito. Aún recuerdo las páginas que escribía Fernando Castro, quien cuando me retiré incluso tituló que se había marchado el caballero de la pelota y eso me hizo mucha ilusión.
¿Qué pudo provocar el bajón en Euskadi?
Existen muchos motivos. Se habla mucho de la tele, que sirve como puente, pero también la prensa escrita debería ayudar y el pelotari tiene que serlo dentro y fuera de la cancha, comportarse como es debido cuando juega y luego ser cercano y tener el carisma suficiente para enganchar a aficionados.
Usted vivió la época dorada de esta modalidad, o sea que sería todo un ídolo para los aficionados al deporte.
Nunca me he sentido un ídolo, pero sí he notado que me han querido, porque yo lo he dado todo en la cancha y la pelota también me ha dado a mí todo.
Tras ser pelotari, fue masajista en Eusko Basque.
Sí, desde 1997. La figura del masajista es un poco como la del psicólogo, antes a los pelotaris mayores se les respetaba mucho y el día pasado, tratando a Hormaetxea, le contaba mi vida de pelotari, él estaba muy atento y eso es importante, porque para que un deportista se curta debe escuchar, aprender y no pensar nunca que ya lo sabe todo.
Asimismo, ha ejercido de comentarista de televisión.
Eso me encanta, además, el ambiente es bonito, porque Koldo Aldalur es una bellísima persona y con todos con los que he coincidido, con Pedro Mari Goikoetxea, con Xabier Euzkitze, con Valentín Elgezabal y demás, he estado contento.
¿Cómo era la vida de Arkarazo en Estados Unidos?
Yo ya estaba casado y todo era muy tranquilo, iba de casa al frontón y del frontón a casa. También me gustaba la playa y el golf.
¿Qué tal se le da el green?
Muy bien, de hecho, aquí sigo practicando el golf, he tomado parte en dos torneos para aficionados a nivel estatal y en uno de ellos he ganado.
¿De pequeño le atraían más deportes?
Yo a lo que jugaba era a fútbol. Estuve en la Cultural de Durango hasta los catorce años, pero en casa éramos ocho hermanos y tenía que ayudar, o sea que lo dejé y me puse a trabajar.
Y entonces empezó con la cesta.
No, empecé más tarde, con 16 años, y después de estar una campaña en aficionados, ya debuté en Mallorca. Sabía que si lo hacía bien allí, podría surgir algún contrato para marchar hacia América.
Lo de Mallorca sería toda una aventura para usted.
Sí, yo estaba en una pensión y sabía lo que costaba la vida, porque en Durango ya había trabajado, o sea que me puse a servir en el Bar Santurce de Mallorca, que todavía está abierto y que es de un pelotari que se llama Antón. Solíamos ir todos los puntistas a comer y a cenar y yo entré a trabajar allí, porque con la pelota no cobrábamos mucho y de este modo no tenía que pedir dinero a los de casa. En la isla existía la llamada mesa de los cañones, donde se prestaba dinero a los pelotaris y cuando estos ganaban un buen sueldo en América, pagaban la deuda que habían dejado. Se dice que los jóvenes de ahora lo tienen difícil, pero nosotros también lo teníamos y salimos adelante.
¿No echa de menos la cesta?
No, porque aquí, o entrenas dos días a la semana, o no puedes hacer nada, porque yo me pico y no puedo seguir el ritmo de juego. De todos modos continúo haciendo deporte, suelo caminar y, aunque llueva, todos los fines de semana mis cuatro horitas de golf son sagradas. Es increíble lo que engancha.
¿Qué le parece el cuadro de la actualidad?
Muy bonito, lo triste es que muchos no acuden al frontón y dicen que la cesta no va bien ¿Cómo va a ir bien si ni ellos mismos van a la cancha? Ven a Goikoetxea dos veces al año por la tele, pero lo bonito es estar en la grada y presenciar en vivo a estos puntistas de tan alto nivel.
¿Le gusta el juego de Goikoetxea?
Yo no he visto a nadie que juegue tanto como él. Es difícil comparar épocas distintas, pero nadie ha tenido el poder que él tiene desde todos los lados y además hace daño con cualquier postura. La pega es que no vamos a saber cuál es su tope, porque hay veces que su superioridad es tan inmensa que no tiene contrarios.
Si hubiera cuatro o cinco de su misma calidad, ¿daría más de sí?
Yo creo que se vería más apretado, pero también marcaría la diferencia y algo parecido le sucede a Irastorza, porque entre él y el segundo zaguero también existe un trozo grande.