‘Ayer la brutalidad nos tocó a Berlín’, por el durangués Jose Carrera ‘Lolo’
Jose Carrera ‘Lolo’
· El durangués es corresponsal Mugalari en Berlín
La larga lista de barbaridades injustificables este final de año deja una sensación de tristeza, rabia y miedo. Atentados en Somalia, Yemen, Kabul, Estambul, El Cairo…, la locura diaria que esta ocurriendo en Siria e Irak, la carnicería en Alepo, utilizando todos los bandos a los civiles según convenga. Mientras tanto, la ciudadanía somos espectadores y víctimas en el peor de los casos, de los macabros juegos geoestratégicos de unos, de la visión sectaria religiosa de otros, del reparto de poder de unos, de la locura de otros que ven al mundo, a sus gentes y a sus recursos, como una mercancía.
Unos, otros, todos juntos han convertido este mundo en un lugar menos agradable, menos amigable, más brutal y menos libre.
Ayer la brutalidad le tocó a Berlín. Es algo de lo que se hablaba. La posibilidad de que estas navidades esa locura que ya se vive a diario en otras partes del mundo la tengamos en esta ciudad de puertas abiertas donde viven gentes de todas procedencias y credos, se ha hecho realidad.
Hoy por la mañana en la guardería, donde hay personas de muchos países y culturas diferentes, o en la panadería regentada por musulmanes donde los vecinos del barrio compramos el pan, había caras serias. Una amiga mexicana con su pareja israelí comentaba que estaba verdaderamente tristes y con miedo, pero sobre todo tristes.
Eligieron Alemania para vivir porque la situación de violencia en sus respectivos países no les hacía sentirse cómodos. Otra conocida afgana que pudo salir de su país junto con su familia vendiendo hasta lo puesto y que esta a la espera de que le den el estatus de refugiada o la envíen de vuelta a donde ya no tiene nada, estará con mucho miedo de que este hecho tenga una influencia negativa en la resolución de su solicitud.
Muchos extranjeros tendrán miedo a verse señalados. La gente tendrá -tendremos- miedo a ir a un mercado a dar un paseo, a estar en aglomeraciones.
Esta locura indiscriminada que ayer se llevó por delante 12 personas y el miedo y el horror que nos provoca la cercanía de esa crueldad, tiene el efecto colateral de crear una sociedad más cerrada, menos tolerante, menos objetiva, más miedosa, lo que en definitiva hace a una sociedad menos libre.
Hoy es otro día para estar triste, por las 12 personas asesinadas ayer y porque el miedo que nos provocan hechos de esta naturaleza nos hace sentirnos menos libres.
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