Muga Kultura

20 FOTOS · La apasionada entrega de las bandas y la inmejorable oferta de Ahotsenea no tienen precio

Fotos y texto · Iban Gorriti

Ahotsenea ha vuelto a acercar la montaña a Mahoma. Con una industria musical destrozada, mermada, comercial, aprovechada… en día de infinitas bandas con superior talento aún, esta carpa de la Azoka de Durango es vivero de flora y fauna en movimiento, oleaje marino de algunas bandas en extinción. Ya no hay grupos famosos. Esa élite murió.

Sin embargo, como liquen a los corales se pegan algunas formaciones a la esperanza. Sonar en la radio ya no es sinónimo de éxito, porque el éxito ya no existe. Conseguir unas líneas de periódico es una odisea. Y no existe vacuna que lo remedie. Ya cohabitan más grupos que público. Ya las propias formaciones no son público de sus bandas vecinas.

No es pesimismo. Es realidad. Absoluta.

· El melómano disfruta · No obstante, el melómano disfruta como nadie de una oferta como Ahotsenea. Todas las edades obtienen unos minutos de sonrisa optimista viendo a alguno de los 70 grupos que se han programado durante estos cinco días de gloria, de gloria y cultura.

Ha merecido la pena acobijarse en el microclima sonoro de esta carpa y dejarse llevar. Dos mugalaris hemos podido saborear, al menos, once grupos (el tiempo no permite a todos). Nuestros oídos han gozado con las buenísimas líneas del bajista de los eléctricos Bi Bala; con un repertorio y sobre todo una canción entre Pixies y Nirvana de los interesantes HAN, con la contagiosa mala religión sonora de Haxotz.

· Seres transparentes· Ha habido tiempo para ver a Hesian -quizás la banda no local que en más ocasiones ha tocado este año en Durango (así como 5)-, descubrir con mayúsculas el grupo transparente que ha firmado el mejor disco de pop del año en Euskal Herria: Iizaki Gardenak; paladear las melodías enternecedoras de Josu Bergara; de analizar con el ceño fruncido el set y extraño formato sentado de Kometa con voz entre Iván Ferreiro y Sean de Dinero; absorber la vitamina D de Larregi o el sinuoso reggae de los también arratianos MG Banda.

Los nueve Skasti han demostrado que toda banda debiera pasar por la reválida de grabar un disco de baile y transmitirlo al público. Y entre otros grupos como Los Galerna o Muskulo, la contundencia sonora de Tutan Come On de guitarra, voz y batería. Nos queda la espina o, mejor hilado, astilla, de ver a Seiurte, combo que no pudo actuar por accidente de moto de Julen, bajista. Lo importante es que se recupere.

· Reinventarse · La industria se pervierte en ocasiones, se hunde; los grupos se reinventan. Tratan de sobrevivir. Respiran y siguen componiendo. Continúan haciendo vibrar Ahotsenea, la capital de la música en Euskal Herria, aunque sea durante solo cinco días.

Como complemento final, corroborar que los grupos no pagan 300 euros, rumor que se ha propagado estos días por Durango. Las bandas actúan de forma gratuita y por orden de inscripción. Eso sí, su entrega y la de Ahotsenea… no tiene precio.