Los gudaris reivindican en Artxanda que «el futuro no se construya sobre el olvido y el rencor»
I. Gorriti
| El organizador del acto, el gudari José Moreno, no pudo acudir por vértigos y hoy se recupera de una bronquitis
| La cita, con mayoría de representantes del PNV, contó también con portavoces del PSE, EH Bildu, Ganemos e, incluso, el PP
El gudari José Moreno «se recupera de una bronquitis» -según ha comunicado hoy la familia a Mugalari- que le impidió estar presente en el acto que él organiza en Artxanda, en recuerdo de todos y cada uno de los soldados del Eusko Gudarostea. Sin embargo, la actividad se llevó a cabo en el alto de Bilbao y el alcalde, José Mari Aburto, leyó el comunicado escrito por Moreno.
A la convocatoria acudieron el gudari del batallón Abellaneda, Manolo Sagastibeltza; y dos del batallón Otxandiano: Miguel Soreasu y Fructuoso Pérez Arropide, ambos centenarios. Todos echaron en falta a Moreno, gudari del batallón San Andrés. «Nos han dicho que a Moreno le han dado vértigos esta noche. ¡Una pena!», explicaba Sagastibeltza. Por cierto, Fructuoso Pérez Arropide no es el gudari de mayor edad del PNV como le reivindican en más de un medio de comunicación, ya que aún vive, al menos uno de más edad, Antonio Izagirre de 102 años, en La Quadra.
Aburto leyó lo tecleado a máquina por Moreno, con el mensaje de «el futuro no se construya sobre el olvido y tampoco sobre el rencor».
En torno a la escultura de ‘La Huella’ (en realidad se llama Aterpe 1936, como la asociación que representa Moreno, obra de Juanjo Novella), ubicada en el monte Artxanda, se reunieron, además de gudaris y familiares, representantes institucionales y políticos, entre los que se encontraban el portavoz del Gobierno vasco y consejero de Justicia, Josu Erkoreka, el diputado general de Bizkaia en funciones, José Luis Bilbao, el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, el presidente del EBB, Andoni Ortuzar, el senador jeltzale en Madrid Iñaki Anasagasti, el jurista Iñigo Landa o la secretaria general del PSE, Idoia Mendia.
También estuvieron presentes el exconsejero y presidente de la Fundación Sabino Arana, Juan María Atutxa, y los concejales Alfonso Gil (PSE), Bruno Zubizarreta (EH Bildu), Beatriz Marcos (PP) -a algunos no gustó su presencia- y Francisco Samir (Ganemos), entre otros.
El alcalde de la capital vizcaína, Juan Mari Aburto leyó la carta del gudari Moreno, quien, enfermo, no pudo asistir a la cita. En la misiva, Moreno recordó que el golpe de Estado militar de 1936 «trajo como consecuencia una guerra atroz y una dictadura» y considera que fue «la mayor tragedia que ha sufrido Euskadi en toda su historia».
«Por ser republicano, nacionalista, anarquista, socialista o comunista, por defender valores de democracia y libertad, solo en Euskadi fueron fusiladas casi 6.000 personas y 7.000 murieron en el frente», estima el de Portugalete.
Tras manifestar que todo ello es «pasado en el tiempo», abogó por hacerlo «presente en nuestro recuerdo», e incidió en que se debe «guardar memoria y recuerdo para homenajear a los represaliados y transmitir a las generaciones futuras las razones de aquel sacrifico», ya que «no queremos que el futuro se construya sobre el olvido y tampoco sobre el rencor».
«Las heridas deben cicatrizar, pero eso solo ocurrirá si la verdad y la justicia se extienden sobre los crímenes del franquismo y la reparación alcanza a las víctimas. Solo entonces podremos garantizar la no repetición de hecho que aquí recordamos», ha añadido.
Ya en su speech como alcalde, Aburto, surbayó que los gudaris y los milicianos no eran «valientes que luchaban por la guerra», sino «personas que luchaban por la paz, la libertad, la construcción nacional y una sociedad más justa».
«Gracias a todos, a sus partidos, a sus sindicatos a los movimientos populares. Somos fruto del pasado y, por eso, debemos unir nuestras fuerzas para reivindicar el papel de aquellos combatientes que, independientemente de sus ideologías, unieron sus fuerzas, energías y manos para hacer frente a la barbarie», valoró ante los presentes.
Asimismo, destacó que «todos juntos» hicieron frente a la represión, por lo que, «frente a la violencia», apostó por «reivindicar la fuerza de la libertad, la democracia, la paz y el entendimiento, al margen de ideologías». Y concluyó: «Somos un pueblo que tiene pasado, pero, sobre todo, futuro; un futuro por escribir y del que todos tenemos que ser protagonistas».
Por su parte, el portavoz del Gobierno vasco, Josu Erkoreka, insistió en que la memoria histórica está concebida para «hacer memoria de los acontecimientos históricos del pasado que se basaron en actos de injusticia y violencia difícilmente tolerables. El sentido de actos como éste no es recrearse en lo que fue un pasado en el que se produjeron episodios dolorosos, sino trabajar para que en el futuro haya un marco de convivencia en el que no tenga lugar el enfrentamiento y la exclusión», agregó.
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