Actos para conmemorar el bombardeo sí; avanzar en memoria en Durango, no
IBAN GORRITI
Ayer se presentó el programa de actos calificado de ‘Conmemoración de los bombardeos de Durango’, un totum revolutum incluso en la denominación, porque de forma indirecta se hace también referencia al del 25 de septiembre de 1936, un ataque sin planificación militar. No olvidemos que tanto aquel como los del 31 de marzo y días posteriores de abril de 1937 fueron fascistas, perpetrados por el mismo bando, el contrario a la democracia elegida por el pueblo en urnas durante la Segunda República.

Montaje fotográfico. NIKO VÁZQUEZ
Ayer se nos presentó a los periodistas el programa de actos -con una inversión no dada a conocer-, pero mi pregunta para la reflexión va más allá. Cada año hay actos. Cada año se mercadea con la memoria local. Cada cual trata de sacar un beneficio económico, aunque luego ya no vuelva a acordarse de la memoria en todo el año (o en su vida). Unos, según qué apellidos y/o militancia, con más fortuna que otros. Pero mi cuestión va más allá: ¿Para cuándo el Ayuntamiento de Durango va a avanzar en memoria, en Derechos, en dignidad en torno al 31 de marzo de 1937? ¿Nadie se ha preguntado por qué quienes han luchado por la memoria sin intereses económicos de por medio ya no participan en lo relacionado con el bombardeo? Se han echado a un lado.
¿Para cuándo tanto la derecha como la izquierda va a dar una solución a la capilla franquista de Durango, por ejemplo? ¿Qué intereses y de qué tipo hay tanto en la derecha como en la izquierda que han estado en los últimos años en el gobierno para no entrar en harina de una vez? En el cementerio municipal hubo una capilla y al ganar la guerra los que dieron el golpe de Estado de julio de 1936 la derribaron y mandaron construir una para la gloria de los caídos por España, como cita su proyecto existente en el blindado o ahora inexistente archivo histórico municipal. ¿Qué temor hay en avanzar? La respuesta: es más fácil programar actos que actuar. Y la capilla sigue siendo piedra fascista, sigue teniendo elementos religiosos… Y cada año se habla de ello, pero el paso de las horas -del tiempo- vuelve a hacerles sentirse aliviados no actuando. Nuestro Valle de los Caídos ahí sigue.
Por otro lado, durante años, se contó con supervivientes del bombardeo en los actos. Siempre los mismos. Tenían hasta su silla reservada. Sin embargo, había cientos no invitados, olvidados. Y llegaba marzo y un año más los mismos, las mismas. Elaborar un listando, un censo de supervivientes no da dinero a nadie y nadie lo propone, nadie lo hace para que se sientan homenajeados. Y era de justicia, pero solo se programa aquello de lo que alguien gana un dinero. Y ahí estamos todos en la cola.
Pero no se avanza. En días de elecciones -y no es un tópico; es realidad- los supervivientes tuvieron una promesa a favor más que fue hasta tuiteada por diversos partidos políticos. Habría hermanamiento u otra fórmula entre los supervivientes de Durango y de Gernika que llevan desde diciembre de 2023 pidiéndolo siendo octogenarios, nonagenarios, centenarios. Nada. Se deriva la ‘culpa’ a la alcaldía de Gernika-Lumo, que fue –paradójicamente- la primera dispuesta a ello. Y en este tiempo se han muerto supervivientes ante la espera de un abrazo intermunicipal tan bonito. Todos los partidos se autocalifican ‘de personas’, pero luego pasa un año, pasa otro y otro… La gente viva de su edad solo interesa como voto. Incluso se les llama recordándoles que no han ido a votar. En una ocasión también me mandaron a mí antes del cierre de las urnas un WhathsApp al respecto: que yo no había ido a votar. ¿?
Quizás, no sé, haga falta más investigación justamente remunerada y menos actos. Quizás, haga falta más verdad real, más justicia real y ya quizás imposible reparación, porque parece que se espera solo a su fallecimiento…, aunque casi muriéndose se quiere su voto. Puros formalismos e intereses. Ahora bien, nos desvivimos en un hermanamiento con la ciudad de Montevideo de Uruguay, un ejemplo de colonialismo materializado por un durangués militar de un rey español. Lo que no somos capaces de dar -salvo besos y abrazos- a las personas supervivientes del mayor ataque contemporáneo a Durango y Gernika, se lo concedemos a personas que no conocemos de nada. Es decir, de nuevo se ningunea a quienes dan sus votos en Durango. Y estarán en el acto oficial -por lo que leemos- para que sean lo exótico del encuentro y para las fotos. Sé que debe doler esto, pero no hay otra sensibilidad que el formalismo.
Y a ver si caemos en la cuenta de que la ciudadanía es laica como tal, y luego cada persona es religiosa o no. Y que solo las religiones imponen cosas. A ver si ya apartamos los actos de iglesias, ermitas, cruces, a la hora de programar. Algunos solo queremos a nuestros hijos e hijas en una iglesia si es para aprender Arte; no cuentos (empresariales). Y de paso corregir, como se prometió, nombres y apellidos mal escritos en placas como en la de la de la cárcel de mujeres: un compromiso más que quedó en el vacío del tiempo.
Y, por favor, repito, por favor, liberen a las personas de estar junto a sus verdugos en la pared de la capilla del cementerio que se trató de resignificar como espacio de concordia y lo único que realmente fue, una imposición más. Comunistas, anarquistas, y algunos socialistas –todos pensamientos legales; no como el fascismo- no querrían estar en esa pared de la capilla franquista, de cruz franquista, de piedra franquista, de arte franquista, de construcción franquista… y, además, como apuntaba, junto a los nombres de sus asesinos. Imponer concordia solo es una muestra más de microfascismo, de que como esta supuesta democracia que vivimos tiene su cimiento aún en el franquismo que tanto dolor causó en nuestros mayores teniendo que callar y ven hoy que seguimos sin avanzar. Ya llegarán las próximas elecciones y los supervivientes -a todos ellos honor y gloria- quizás ya no estén para ser homenajeados, ni votar, por el olvido que les dispensan (de forma consciente).