‘Fallece la clarisa Hermana Inmaculada, Caridad Urcelay, a los cien años’, por Olatz Arruti
OLATZ ARRUTI
El pasado miércoles y a los 100 años cumplidos nos dejó Inmaculada Urcelay, monja clarisa del convento de San Francisco. Ella no entró en esta Comunidad sino que lo hizo en Portugalete. Según su carné de identidad nació en un barrio de Ortuella (Urioste), muy cerca a de Portugalete.
Cuando vinieron aquí debido a que cerraban el convento jarrillero, ella era la mayor de las tres que vinieron. Siempre he oído que era una mujer de mucho valer, de una personalidad con dotes de mando y por lo tanto debió ser abadesa durante algunos trienios.
Se ve que sus sobrinos y sobrinas la quieren y quisieron mucho ya que la visitaban en sus fiestas de santo, cumpleaños, etc. y le traían regalos lo que hacía ver que era una tía a la que querían mucho.
Los dos últimos años más o menos los ha pasado más bien encamada. Las asistentas que vienen a ayudarnos (dos a la mañana y una a la tarde) la levantaban daban un paseíto incluso cantaban con ella y después a descansar sentada en la butaca. Cuando ya no andaba con el paso del tiempo la levantaban y pasaba ratos sentada en la habitación. Finalmente estos tres últimos meses ha estado encamada hasta que su cuerpo ha dicho «hasta aquí he llegado».
Nunca le oí quejas y supongo que ya tendría dolores, aunque si le pasaba algo enseguida estaba aquí el doctor de Osakidetza (tenemos 4). El de ella solía decirle a Evelia, que es la enfermera del convento cuando no están las asistentas, «¿qué tal están mis chicas? Y ciertamente que a la mínima venía a verla y a verlas a las encamadas. Por eso ciertamente ha estado bien cuidada: por las asistentas, monjas de casa, Evelia y como no de su médico.
Era una persona muy dulce, en su juventud dicen que cantaba muy bien, ahora tenía una voz fina y agradable. Como siempre o muchas Sor Inmaculada aunque se ha ido con 100 años no esperábamos que fuera tan rápido.
Te veo desde aquí en la paz en el Amor…