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«No podemos decir que ‘Interstellar Odyssey’ sea una obra musical de entretenimiento, ni mucho menos»

TONY ALONSO

Estamos ante el primer disco de un ambicioso proyecto que el durangarra Mikel Alonso Rubio ha denominado Aetherius (abstracto en latín) y que acompaña con un ensayo (en PDF) donde expone sus motivaciones, el proceso creativo y de composición y los retos a los que se ha enfrentando como autor a la hora de componer y producir este trabajo que va más allá de lo musical.

“El concepto principal de este y los próximos discos -dice Mikel- será la conciencia humana. Algo abstracto para nosotros. Algo que con las limitaciones tecnológicas actuales no llegamos a comprender”. De la misma forma, Aetherius tampoco es un grupo musical al uso. Mikel es el autor que dirige (y produce) este proyecto que él define “sin ánimo de lucro, pensado para ser escuchado de manera personal”.

Alonso únicamente subcontrata las voces y la mezcla y masterización del disco. El resto es un trabajo personal explorando sonidos distintos. Para ello utiliza lenguajes informáticos que le permiten comunicar a ordenadores e instrumentos virtuales entre sí. Va añadiendo varias pistas de guitarra a la vez, programa las baterías, incluye sonidos orquestales a sus composiciones y escribe las letras de las canciones para elaborar una admirable narración musical “realizada a nivel amateur”.

Todo ello lo etiqueta como metal progresivo utilizando la música como hilo conductor de sus reflexiones sobre la ciencia y la filosofía.

Con estas ideas es de justicia nombrar a los también durangarras Eneko Azpitarte, graduado en estudios ingleses, que entró a formar parte del proyecto Aetherius para “ayudar con los aspectos formales de la lengua y adecuar lo que quiero decir a un tono de expresión anglosajón” y a Martin Bikandi, “que posee conocimientos y habilidades en el campo de la informática que serán determinantes en los futuros trabajos”.

Mikel nos cuenta que “con sus errores y limitaciones, la narrativa es muy simple, razón por la cual me sentí obligado a reforzar el disco con las reflexiones en un ensayo que es precisamente lo que más valor da al disco”.

 

Para aquellos que carecemos de la mínima formación musical necesaria, nos es imposible descubrir los errores que nos describe el autor y solo podemos quedarnos boquiabiertos ante la grandeza de un trabajo (disco más ensayo) que se nos antoja fuera de lo común.  “Todo empezó al ver la fotografía que hizo la sonda Voyager I antes de apagar sus cámaras definitivamente (la portada del disco). En ella se puede ver nuestro planeta, un punto pálido azul, a 6.000 millones de kilómetros de distancia. Esto despertó en mí un gran interés por el universo y la filantropía”.

Pero el proyecto nos sorprende con algo más. Aetherius no solo nace de la necesidad de plasmar en un disco las inquietudes creativas e intelectuales que el autor ha desarrollado en su evolución como guitarrista y músico. Eneko comenta que “la curiosidad, el amor al arte y mucha ambición dieron inicio a una búsqueda que abarca el resto de nuestros días: la búsqueda de la excelencia.”

Y Mikel recalca que no confundamos excelencia con perfección. “Mientras la perfección es una característica subjetiva que carece de herramientas suficientes para su definición y es un objetivo utópico, la excelencia es una meta realista y obligatoria que cualquier artista debería perseguir”

Musicalmente,  “En esencia, es heavy metal que regularmente se transforma en death y black, voces limpias y guturales alternándose con ocasionales coros y una atmósfera orquestal que confiere un tono esperanzador y épico a las canciones que bailan en torno a compases irregulares”.

Mikel nos explica que creció en un contexto social y círculo de amistades muy influenciado por la filosofía punk de rechazo o desprecio generalizado hacia la Humanidad, propios del último cuarto del siglo XX en el País Vasco. Pero en su evolución personal, hoy señala que la Humanidad, con todas sus imperfecciones y virtudes, merece ser defendida.

“La Humanidad es una aleación extraordinaria de diversidad, ingenio y resiliencia que ha construido su camino a lo largo de la historia a pesar de los desafíos y obstáculos que ha enfrentado… y trabajar en pos del bien común. La esencia misma de la Humanidad radica en el deseo de aprender, crear y aspirar a la grandeza para dar fruto a formidables avances científicos, tecnológicos y culturales que enriquezcan e inspiren a las futuras generaciones…”

De esta forma, divide la narrativa del disco en dos partes: la primera empieza con la formación misma del planeta que habitamos y contempla el transcurso histórico de la Humanidad hasta el presente.

En la segunda parte hace una mirada personal especulando sobre el futuro de la especie adentrándose en el terreno de la ciencia ficción,

“Es un viaje desde el principio hasta la muerte del último Ser Humano, en el que hablo sobre la ciencia, la curiosidad, la preservación de la consciencia y nuestro lugar en el cosmos como especie inteligente”.

En su convencimiento de que la ciencia es la herramienta más efectiva que hemos encontrado para explicar nuestra realidad, a través de su música nos propone un ejercicio de reflexión contraponiendo emociones y creencias subjetivas frente a las contradicciones de nuestra forma de percibir el mundo.

Así reflexiona sobre temas tan controvertidos como la idea transhumanista, donde se defiende  modificar el cuerpo de un individuo mediante la implantación de prótesis o sistemas digitales. “Me fascina la idea de poder tener acceso a Internet vinculando nuestro cerebro a una computadora”. O la manipulación del código genético, mediante técnicas que alterando el ADN de un embrión, podrían inmunizarnos ante las enfermedades, corregir errores genéticos y mejorar características que ya poseemos.

Al final del disco, el último ser Humano ha perdido toda forma humana y se encuentra rodeado de frío y oscuridad vagando por el vacío en completa soledad, lo que le lleva a un estado de locura y apatía.

¿Ha merecido la pena viajar en soledad durante eones y perder la cordura en pos de la incesante búsqueda de conocimiento y verdad?

En este sentido, Martin Bikandi comenta “he discutido en diversas ocasiones con Mikel sobre el universo en general y lo que nos depara como seres humanos. Mi opinión está dividida, porque aunque sí que estoy de acuerdo con que el objetivo último de la Humanidad es convertirse en una especie multi planetaria… hay que tener en cuenta las diversas limitaciones que en la actualidad conocemos acerca de nuestro universo, como por ejemplo la velocidad máxima (teórica) de la luz…”.

Sobre su próximo disco, Seven Kings, Mikel explica que el metal es un género musical muy castigado por la opinión pública e ignorado por muchos músicos de alto nivel. Comprende el rechazo que este género recibe, pero no deja de sorprenderle su versatilidad y facilidad de fusión con otros géneros. El concepto musical del próximo disco girará en torno a esta versatilidad del metal experimentando con la fusión de distintos estilos y texturas y ver hasta qué límite puede impulsar las principales características del género.

“El que considero que ha sido mi mayor logro en el proceso compositivo de este disco es el hecho de poder aglutinar esta amalgama de sonidos e influencias en un estilo original y unificado… en Seven Kings pretendo mejorar notablemente mis habilidades en cuanto a la composición como a la técnica con la guitarra”.

Ayúdanos a crecer en cultura difundiendo esta idea.

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