La honestidad de la fotógrafa Patricia Laiseka y la verdad visual del barrio Aramotz
IBAN GORRITI
Una cámara de su amama despertó la pasión por la fotografía que vive en cada latido Patricia Laiseka. Formada académicamente en la disciplina, esta durangarra pone pasión en cada una de sus explicaciones sobre la exposición que firma en el Museo de Arte e Historia de la villa y que desde MUGA recomendamos visitar. Hasta el domingo tienen la oportunidad de dar vida a unas instantáneas en blanco y negro sobre el barrio Aramotz.
Felizmente marginados aúna los sentimientos de aquellas familias que vieron cómo el desgobierno franquista construía en la lejanía del centro de Durango bloques delineados de formas curiosas -como eses continuas- cuando los vemos en fotos aéreas de la época. «Fue un espacio en el que la conciencia de clase, la solidaridad y la fraternidad transformaron el mismo en una colectividad felizmente marginada», valora la autora basándose en un texto del investigador iurretarra Jon Irazabal.
El blanco y negro de la muestra detiene el instante, la esencia, de lo que fue y aún queda, antes de ser rehabilitado. Completa la muestra una serie de fotografías de Polaroid que dan al mismo tiempo color y vida. Es decir, la actualidad del color y lo vintage de las Polaroid. Y están presentes personas mayores, aquellas jóvenes que lo poblaron a mediados de los años 50 del siglo pasado.
Más de mil personas la han disfrutado ya
Más de mil personas la han visitado hasta el momento, desde el pasado 5 de octubre. Las imágenes están captadas en digital y reveladas por la propia autora. «Me gusta ser honesta. Es digital y buscaba al revelar las fotos yo misma lo más cercano al blanco y negro puro», acota y sus palabras suenan a verdad, como son verdad sus imágenes bien buscadas por el ojo fotográfico. Los paisajes urbanos de Aramotz o como se decía -y algunos dirán toda su vida- Matadero están capturados siguiendo las leyes de este arte, de forma sobria sin protagonistas. Las mujeres y hombres aparecen retratados con naturalidad, sin forzar el impacto visual. «Quedan dos únicos establecimientos abierto en Aramotz. Dos peluquerías: una de mujeres y otra de hombres», subraya.
La muestra de esta fotógrafa que trabaja en la construcción y desarrollo del archivo fotográfico histórico de Durangaldea en Gerediaga elkartea merece verse con tranquilidad y al detalle. En ella, hay también unas fotografías antiguas de actos del barrio y el acta de su fundación por el durangués franquista Esteban Bilbao. «De hecho, al principio, el barrio se llamó Esteban Bilbao, a lo que los vecinos se mostraron contrarios. Date cuenta de que eran obreros. Y en las carrozas de fiestas solían exponer sus reivindicaciones», apostilla Laiseka, de formados y viajados 27 años, quien ya trabaja en próximos proyectos. La pasión por las luces y las sombras no se detiene. ¡Click!