DUBE: «Las canciones de nuestro nuevo disco ‘Ezer ez da’ son muy crudas y sinceras»

Iban Gorriti

Dube son pura actualidad: presentan disco en casa el viernes 24, en la molona Berrizko Kultur Etxea en formato 360º, es decir, con el público también sobre el escenario a su alrededor. Actuarán en abril el Gazte Topagunea de Elorrio, organizado por Ernai, y concatenan más conciertos en Abadiño o Ubide. Se presentan, además, en formato de power-trio con un disco con garras afiladas y al mismo tiempo con textos emocionales titulado Ezer ez da y grabado por Eñaut Gaztañaga, de Ezpalak. Pero, mejor, dejemos algo de información para la entrevista…

Imanol Jareño, Aiert Agirre e Iker Hernández forman Dube. PEIO AGIRRE

Dube nace mientras estudiaban bachiller en Durango. En un primer momento, partieron de versiones. ¿De qué grupos tocaban?

En esa época, la mayoría de la música que escuchábamos era de la época de los 70, por lo tanto intentábamos hacer versiones de Led Zeppelin, Spin Doctors… Pero es verdad que al poco tiempo de crear el grupo ya empezamos a hacer nuestras propias canciones.

Tenían entonces alrededor de 16 años y el origen del nombre Dube me parece curioso. ¿Pueden contarlo?

Al principio nos llamábamos Skratt, que en noruego significa sonrisa, pero vimos que no nos convencía. Nos llamaron para tocar un  concierto y no teníamos nombre, y con las prisas de encontrar uno se nos ocurrió el nombre Dube, siendo nosotros de Durango y Berriz, no es más que una mezcla entre las primeras silabas de los dos pueblos. Un nombre tonto y que cuando lo contamos hace gracia, pero es fácil de recordar.

Suena a inglés, pero curiosamente no tiene significado en ese idioma. En aquellos primeros tiempos les gustaba dice la cosecha musical de los 70 con el rock de Led Zeppelin, psicodelia de Pink Floyd…

Era la música que escuchábamos en casa a través de nuestros padres y madres que fueron quienes nos la enseñaron y todavía a los 16 seguíamos escuchándola.

Con el paso del tiempo, algunos fueron evolucionando en gustos sin abandonar los 70, pero fusionando el sonido con el rock de los noventa, más crudo, visceral y con guiños modernos… ¿Cómo va dándose esa evolución?

Es una evolución natural. A esa edad uno empieza a encontrarse y a descubrir más música, digamos  que a ser uno mismo, por lo tanto esto también afecta en la música que quieres crear.

El cambio de sonidos motiva cambios en la formación… ¿Cómo los han vivido?

También de una forma muy natural. El primero en dejar el grupo fue Eñaut Armentia (bajo y voz ) se sentía más cómodo en el jazz y decidió emprender ese camino. Fue entonces cuando entró Imanol Jareño al bajo, dejando a Aiert Agirre quien tomara las vocales y la guitarra. El siguiente en dejar el grupo fue Iker Olabegoia (guitarra), que por las mismas razones que Eñaut encontró que se sentía más cómodo en estilos como el jazz y el funk. Por lo tanto a día de hoy Dube lo conformamos Iker Hernández (batería), Imanol Jareño (bajo) y Aiert Agirre (guitarra voz).

¿Quienes dejaron el grupo han formado otra u otras formaciones?

Eñaut toca actualmente con el cantautor Julen -de Eibar- y sigue en el mundo del jazz, a la par que continua con sus estudios superiores de  música. En el caso de Iker, al igual que Eñaut, continua cursando estudios superiores de música, y recientemente ha presentado su proyecto personal Marlow en el que mezcla su música con ilustraciones.

Ahora son un potente power-trio. ¿Cómo se ven en el escenario? ¿Qué diferencias aprecian?

Como power-trio no nos hemos estrenado todavía ante el público, el primer concierto va a ser el 24 de febrero en la presentación del disco en la kultur etxea de Berriz a las 20:00, pero llevamos meses ensayando así y la verdad que es muy diferente. El hecho de ser power-trio te obliga a ser más preciso, los fallos se notan más y hay que encontrar la forma de defender las canciones del cd en el que se acumulan distintas capas, sobre todo de guitarras y vocales. Pero donde más se nota es a la hora de componer, ya que con menos recursos instrumentales los vacíos son más evidentes en esta fase de creación de las canciones. Es decir, las canciones nos han obligado a buscar la forma de construirlas con una base sólida desde el primer momento para que llegasen al proceso de producción lo más completas posible. Esto ha influido directamente en el resultado, consiguiendo la crudeza e integridad que buscábamos con el disco.

Acaban de editar un disco muy interesante de ocho canciones. Hay dos adelantos que aquí mismo se pueden escuchar.  Malkoak e Ictu son dos claros ejemplos de su sonido de alto voltaje y cantado con dolor. ¿También lo ven así?

Sí, las canciones del disco son muy crudas y sinceras, todas ellas siendo cantadas desde nuestros adentros. Son canciones con ritmos contundentes, bajos y guitarras llenas de distorsión y fuzz, que junto a vocales tanto melódicas como rasgadas, según la situación lo requiera, forman lo que es el sonido del grupo.

Malkoak tiene alguna cadencia de Berri Txarrak…

Es inevitable que con la influencia que ha tenido Berri Txarrak tanto en nosotros mismos como en toda la escena de Euskal Herria nos encontremos con pinceladas de ellos. Sin embargo, creemos que estas simplificaciones no hacen más que alimentar un tópico cada vez más habitual de relacionar el rock en euskara directamente con ellos. Además, es algo que internamente ha dado de qué hablar con anterioridad al ver repetidamente comentarios de este tipo en entrevistas hechas a otros grupos, en las que justamente no nos ha parecido nada obvia la comparación. En nuestro caso también creemos que, en Malkoak en concreto y en el disco en general, las influencias y referencias sonoras son más evidentes con estilos más crudos derivados del grunge, que mezclados con melodías influenciadas por rock más moderno, conforman lo que entendemos ahora mismo como nuestro sonido.

Sí, dejemos claro desde aquí también que su sonido no es el de Berri Txarrak, que en algún instante o pasaje puede tener esa influencia musical, pero Dube tiene sonido propio. En Ictu, por ejemplo, no lo apreciamos. ¿Cómo gestan y paren una canción?

Mientras ensayamos o en casa cuando se nos ocurre una idea, ya puede ser un mediante un riff o una melodía. Por lo general empezamos a  tocar sobre estas ideas, que lo normal es que no estén nada desarrolladas, y se vayan construyendo entre los tres en el mismo local de ensayo. nosotros no tenemos ensayos enfocados exclusivamente en componer, la base de las canciones nos van saliendo de manera espontánea, dejándonos llevar sin objetivo claro. Después de esta fase empezamos la de producción y es ahí donde prestamos más atención a las dinámicas, melodías, arreglos…

¿De qué nos hablan sus letras?

Respetamos mucho el momento que está pasando cada integrante y de lo que cada uno quiera hablar. Estas canciones han sido creadas después de la pandemia, donde la sociedad, nosotros incluidos, ha tenido problemas de todo tipo. En nuestro caso, si hay un hilo que una todas las canciones es el sentimiento desde donde se cantan las canciones, que parten de nuestro estado emocional. Es algo que vemos cada vez más habitual en la escena, sentimos que la temática de las canciones parte cada vez desde más adentro, tratando temas a los que no estábamos acostumbrados a escuchar tan abiertamente.

¿Dónde han grabado el disco?

El disco lo hemos grabado en Gaztain Estudioak, estudio de Eñaut Gaztañaga. Desde el principio teníamos muy claro que queríamos grabar con él, porque su trabajo tanto como técnico/productor como músico es una referencia para nosotros con los grupos Ezpalak y Grises. Nos inspira mucho.

Sus convecinos Seiurte también graban, por ejemplo, con Gaztañaga. ¿Cómo han vivido la experiencia en Zestoa?

Ha sido una experiencia perfecta trabajar con él. Nosotros teníamos claro lo que teníamos y Eñaut no sólo ha entendido esto a la perfección, sino que ha puesto su granito de arena y ha llevado las canciones más allá de lo que era posible en nuestra imaginación. Así ha sido en todas las fases de la grabación, en el diseño sonoro, producción, mezcla… en todo momento hemos tenido una confianza total en él. Además, colaborar con él ha sido una masterclass de una semana, nos ha ayudado mucho en la búsqueda del sonido del grupo y sus vivencias y experiencias han sido muy valiosas e interesantes. Ahora tenemos un amigo más.

El arte del álbum quien lo firma, el diseño… ¿Qué mensaje pretendían enviar con ello?

Los diseños los ha hecho nuestro amigo, pintor y artista Karlos Berrizbeitia. Karlos es pintor, entonces la idea de que el diseño sea un cuadro nos pareció una forma de darle un valor artístico más, una portada diferente. La portada y la contraportada van juntas, en la portada aparece un florero con tres flores, cada flor representa a cada uno de nosotros, donde el florero aparenta una imagen… digamos normal. Pero  en la contraportada, junto a la tracklist, el florero está estallando, ya que como hemos dicho antes las canciones hablan de nuestro estado emocional, y con la música conseguimos expresar todo esto y estallar.

¿Qué proyectos inminentes tienen?

Tras publicar el disco, durante un tiempo nuestros planes se centrarán en poder presentarlo en directo en el mayor número de espacios posibles. Llevamos meses preparando exclusivamente el directo, prácticamente desde que terminamos de grabar el disco en noviembre. Por lo que estamos ansiosos por ver cómo responden las canciones en este formato, tanto en cuanto a nuestras sensaciones como por el feedback que nos llegue del público.

¿Qué conciertos tienen ya atados?

El disco lo vamos a presentar el 24 de febrero a las 20:00 en la kultur etxea de Berriz. Va a ser un concierto especial, delante de nuestros amigos y familiares, en formato de 360 grados. Aparte de eso tenemos otros conciertos confirmados, por ejemplo en Gazte Topagunea de Elorrio del 6-8 de abril, en Abadiño en Amaraun arte fabrika el 16 de abril o el 13 de mayo en Ubide. Estamos trabajando en más fechas que pronto anunciaremos.

Dube en directo, en la derribada Sorginola de Durango. PEIO AGIRRE