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“La presentación del vinilo de Bartolomé de Erzilla el domingo tendrá una matiné musical y un ágape“

Marta Benítez Cordonets & José Luis Sánchez Galve

· Marta Benitez Cordonets es directora de la Biblioteca pública Pablo Neruda, Área de Gobierno de Cultura del Ayuntamiento de Madrid y José Luis Sánchez Galve, director de Libres en verso

Entrevista con motivo de la presentación en sociedad del vinilo vasco-durangués Mesias sarritan+Belengo portalian de Bartolomé de Erzilla, en la librería Urrike de Durango. Esta será el domingo, 18 de diciembre, a las 12:30, y le seguirá un festín en un local de Goienkalea, entre el número 16 y 18.

Marian Díaz Gorriti posa con el single y el nuevo libreto.

Hablamos con Marian Díaz Gorriti – Anisia- para que nos cuente cosas del vinilo que ha ideado y producido, la última parte, de momento, de su singular proyecto «La primavera del pianista» que tiene como protagonista al músico y compositor de Durango Bartolomé de Erzilla. También para que nos cuente cosas de este pianista de Durango que tuvo una vida singular, una personalidad enigmática y que vivió en época convulsa.

Nos encontramos con una documentalista alegre y luminosa, una mujer que contagia entusiasmo. Una investigadora seria que no puede esconder la risa y la curiosidad por un montón de cosas: irradia energía. ¡Dan ganas de ponerse a investigar!

El músico vasco de Durango fue hombre de iniciativas, como decía su amigo Unamuno, de los que «encienden la chispa» para hacer que las cosas sucedan. Lo mismo ocurre con Marian, Anisia Serendipia. Con ella sucede que hemos conocido mejor al músico y compositor BE y su mundo.

Bartolomé de Erzilla (BE) luchó por la música en la que creía y porque fuera para su pueblo. La sociedad de Durango era muy clasista en su época y a su regreso de Madrid y Bilbao las peleas entre bandos y bandas (de música) continuaban en las calles. Luego su figura se va oscureciendo y olvidando. Marian, ¿has sacrificado tiempo, dinero y energía para intentar salvar a algo o a alguien con tu proyecto cultural y tu investigación intelectual?

Sólo con tiempo se conquista el tiempo. No ha sido sacrificio, pero sí que he invertido mucho, muchísimo tiempo, dedicación altruista y dinero propio. Esto último casi es lo menos importante por la satisfacción ante el resultado tan fructífero y el buen recibimiento que ha tenido el proyecto por parte de entusiastas incondicionales de todas las edades, lugares y circunstancias.

La energía, de momento, no acusa agotamiento. Sólo lamento haberla invertido intentando que gente, que yo suponía de un nivel cultural al que se le da por supuesto un alma sensible para apreciar este tipo de proyectos comprendiese la importancia de que este tesoro, desenterrado poco a poco, no cayese de nuevo en el olvido. En lugar de almas exquisitas lo de siempre, recelos de unos, apatía, ignorancia. Es increíble pero las rivalidades, en cultura, siguen siendo tan tradicionales como en tiempos de Erzilla.

Lo ideal sería que la música popular, conservada durante siglos, que refleja la idiosincrasia de un pueblo, sin artificios, sin sofisticación, la que Bartolomé de Erzilla busca plasmar en su producción musical la esencia del suyo, se conociera. En cultura la tradición bien comprendida es la gran modernidad. Erzilla nos propone la peculiaridad del quiebro del zortziko como la vía que puede describir y comunicar mejor aquellas ideas, sentimientos y emociones más inherentes al ser de una nación, el folklor, que para él no podrían ser expresadas de ninguna otra manera, ni por ningún otro lenguaje, natural o artificial. Estas pequeñas y condensadas dosis del sabor tradicional son para él el continente de la esencia del acervo de su pueblo. Bartolomé de Erzilla fue, en opinión de su contemporáneo Antonio Arzak, director entonces de la revista Euskal-Erria de San Sebastián, uno de los que mejor había sentido la música genuinamente bascongada del zortziko. Si por algo es famoso BE es por su villancico Al nacimiento del hijo de dios, conocido como Mesias sarritan, que incluye el maravilloso zortziko para solo de tenor Belengo portalian, aunque su título original es Aurcho Chiquiya.

Tras su fallecimiento, el 14 de noviembre de 1898, el Belengo portalian de Erzilla siguió incluyéndose en los programas de los conciertos que se organizaban en Bilbao incluso fuera de la época de navidad y, aunque la Escuela de Música y una calle de Durango lleven su nombre, y este zortziko se siga interpretando cada 25 de diciembre en la iglesia de Santa María o de Santa Ana, es un gran “desconocido” en su pueblo natal.

¿Costó convencer al resto de autores del proyecto, a los patrocinadores, al público en general, de que BE «merecía un poco más»?, de tiempo, de investigación, de conocimiento y reconocimiento.

Nada. A los que han participado no me costó nada. Incluso se ofrecieron voluntariamente.

Ahora, por fin, se conoce gracias a vuestro libro más a BE, ¿qué aspecto de los que se conoce de él encajaría mejor contigo?

Cierta bohemia y generosidad. Incluso el vivir en un hotel… de niña me encantaba la idea. Desde que vi la película Mesas separadas mi sueño era de mayor vivir en uno.

¿Por qué se conoce el Mesias sarritan, villancico tan popular, y casi nadie conoce a su autor?, ¿por su personalidad?, ¿por sus circunstancias personales o vitales?, ¿por las sociales o ideológicas?

Los villancicos suelen ser anónimos, pero estamos ante un villancico que, tenido por popular, es de autor. Poca gente en Durango, casi nadie sabe fuera que Bartolomé de Erzilla es el compositor de este villancico “vasco durangués”, y no se valora debidamente, ni al villancico ni a su autor. Empezando porque, en general, ni el alumnado de la escuela de música que lleva su nombre sabe nada de este peculiar personaje.

¿Puede que BE fuera un adelantado a su época?

En Durango sí, tal vez por haber tenido la posibilidad de salir a conocer mundo y frecuentar a muchos tipos de personas, tanto la flor y nata de la intelectualidad de la época como la flor y nata de las chicas trabajadoras: cigarreras, cargueras y modistillas, los tipos urbanos “femeninos” del nuevo Bilbao, que casi todos los domingos y fiestas de guardar acudían a La Amistad, círculo de recreo de modestas condiciones con un público formado por jóvenes asalariados, trabajadores, dependientes, esos grupos sociales que con la industrialización creciente iban tomando fuerza y reivindicaban su derecho al ocio y a la cultura, una sociedad que semanalmente programaba música, teatro de aficionados (juguetes cómicos), conciertos, espectáculos de magia y, sobre todo, bailes: ahí, Bartolomé de Erzilla era el pianista.

Siempre se lee que BE era un espíritu alegre. ¿Puede ser que fuera todo lo contrario y, luchando tenazmente por la música y la sociedad más justa en que creía, en realidad enmascaraba una profunda tristeza? ¿Sería un caso de la hoy llamada «depresión sonriente»?, esas personas que sufren y, precisamente por ello, hacen todo lo posible para alegrar la vida de los demás y que éstas no hayan de sufrir de igual modo. ¿Qué piensas?

Me ha hecho recordar el obituario que Miguel de Unamuno dedica a Vicente Arana, otro “solterón”, fallecido a los 42 años, en enero de 1890. Unamuno dice así:

La hormiga recoge para sí, para su tribu, y la cigarra canta para todos.

Me gusta tanto que le voy a leer un fragmento textual, está recogido en la monografía sobre Bartolomé de Erzilla:

Bilbao crece mucho, casi se infla, sus necesidades se cubren y siente ya la sed de lujo del espíritu. En esa inmensa colmena donde unos persiguen el negocio humano y otros el gran negocio de nuestra salvación, escasea quien sin abandonar aquellos recree a los caminantes, distraiga a los ocupados. Yo he creído siempre que en cuestión de utilidad es mayor la utilidad inmediata de una obra de arte que la mediata de un medio de vivir. Trabajar para vivir y vivir solo para trabajar es el círculo vicioso más horrible; hay que embellecer la vida. Arana fue un verdadero epicúreo, en el sentido recto y puro de este vocablo, y Arana, hay que confesarlo, vivía un poco dislocado de su tiempo y de su país. Quiso inhibrar en nuestro rudo pueblo algo de la delicadeza de la clase culta de Inglaterra, basta ver sus obras.

Quiso hacer del arte algo colectivo y social. Disentía de él en mis aficiones literarias, nunca he gustado de sus géneros favoritos, pero sé bien que su obra merece más de lo que se le concede […] era de considerar aquel humor tan alegre al parecer, y digo al parecer porque en el fondo se veía un sentimiento tenuemente melancólico. Le he oído decir más de una vez que él también tenía sus pesares pero que no era justo apesadumbrar al prójimo con ellos […] siempre creyó que es un deber procurar el buen humor entre amigos. Solo las almas buenas sienten así […] en los escritos de Arana se lee muchas veces entre líneas esta queja: aquí no me comprenden del todo […]

Es precioso. Podría estar hablando de BE.

Llevó una vida que parecía algo desordenada en Durango pero, sin embargo, todo se lo tomó muy en serio desde muy joven: fue a estudiar al conservatorio a Madrid con diecisiete años, le gusta el ambiente popular pero vuelve al señorial Durango como pianista, a dar clase a hijas de familias pudientes, es nombrado director de la primera banda de música municipal de la villa. Suena contradictorio. ¿Por qué crees que no se quedó en Madrid o en Bilbao?

Incluso fue nombrado en 1896, representante en Durango de la Sociedad de autores, compositores y editores de música, domiciliada en Madrid, tan desordenada no sería.

Su expediente académico de Madrid, adonde acudían muchos vascos y vascas a formarse musicalmente, está lleno de ausencias por encontrarse empleado. Años después de su regreso, es contratado por La Sociedad Coral Bilbaína cuando en enero de 1889 esta acuerda abrir la cátedra de solfeo gratuita pues son muchas las personas que se han inscrito en las lista de los socios y no poseen conocimientos musicales. Los profesores eran elegidos cuidadosamente:  fue nombrado profesor Bartolomé de Erzilla pero la Junta Directiva lo cesó en 1890 por haber recibido quejas de los alumnos sobre faltas de asistencia y ausencia de celo. Años después, en el mes de mayo de 1898 vivirá un desagradable episodio con la dimisión de cuatro músicos de la Banda de Música Municipal de Durango que le presentan un escrito en el que acusan a su director de “abandonado”. Bartolomé remite una carta al presidente de la Comisión de festejos relatando el incidente y adjunta un escrito de apoyo ante tal injuria firmado por el resto de los músicos: “calumnian descaradamente a nuestro querido director…”. En relación con esto último tengo una teoría a su favor… el “estado de Flow”, término introducido por Mihály Csikszentmiháyi en los años 70 del S.XX, y que se relaciona con la creatividad, el talento y la felicidad, es un estado subjetivo que las personas experimentan cuando están involucradas en algo hasta el extremo de olvidarse del tiempo, la fatiga y de todo lo demás, excepto la actividad en sí misma. La persona que disfruta de este estado es absorbida por la actividad que realiza. Podría ser que nuestro inspirado compositor, como artista que era, experimentase el flow, término no acuñado en la época, y se olvidase a veces de horarios y de alumnos.

Hay que tener en cuenta que él era un artista, y también la época en la que le tocó vivir, para comprenderlo.

Llama la atención tu puntillosidad, el esmero en el más mínimo detalle de estas obras, nada se deja al azar, por tanto: ¿por qué escoger esa portada del librillo concebida como una «matinée musical»? ¿Por qué la pintura que ilustra la portada del disco?

Ambas son pinturas de SOLDE, mi padre. En la cubierta del disco “Santa Ana de Durango” óleo sobre lienzo, se puede ver cómo por la plaza avanza un cura con sotana camino de la iglesia en la que se estrenó el villancico, la hoja parroquial de 1954 habla del Belengo portalian, el 25 de diciembre de 1892. En la cubierta del librillo “Durango begietan”, pintura acrílica, se puede ver una panorámica de cuento de la villa de Durango. Parte de la crestería, ese río que fluía ante la casa paterna de Bartolomé de Erzilla con entrada por Barrenkale. El Ginkgo biloba…es invierno porque los árboles no tienen hojas, tal vez haya algún gato escondido junto a Lariz Torre… A la izquierda, de nuevo la Iglesia de Santa Ana.

Los versos elegidos para las dos obras son de Raúl González Tuñón, de Vicente Huidobro y, los que aparecen en la portada del vinilo Al nacimiento del hijo de Dios, de Gerardo Diego: Nadie sabe cómo vino mi niño mi amor.

¿Por qué ese título de «La primavera del pianista»? ¿Hay alguna historia tras ello?

Sí, es el título de una colección de seis bailables fáciles que Erzilla dedicó a sus alumnas, bagatelas didácticas cuya partitura publiqué en 2021, con viñeta de Javier de Isusi en la portada. Es un título precioso y cargado de porvenir. Una metáfora de lo que ha sido el proyecto en contraposición a la imagen de un piano roto y olvidado, elegida como cubierta para la monografía Bartolomé de Erzilla 1863-1898. La primavera del pianista    

¿Resultó difícil investigar sobre BE?

Al principio sí porque no sabía nada de su vida salvo cuatro cosas que había leído y me hacían desconfiar de su veracidad. Luego fue haciéndose más fácil a medida que sabía más porque sabía qué buscar y entendí la dinámica de los periodistas (publicistas) de entonces. Fue muy, muy laborioso porque los periódicos de la época no estaban indexados y tuve que mirarlos uno a uno, página a página, día por día… laborioso e incómodo. Investigar ha sido lo que políticamente incorrecto se denomina un “trabajo de chinos”, además de haber tenido que dar forma a un mare magnum documental, una coherencia a todo ese material recabado.

¿Qué buscabas con este proyecto que resultó en un libro, CD, partituras, conciertos, vinilo? ¿Fue para ti más fácil investigar o buscar apoyo para el proyecto?

Al principio sacar a la luz toda la información recabada para un concierto organizado en el marco de la Quincena musical de 2018, después resarcirle, me sentía un poco en la obligación de hacerlo porque mi tatarabuelo era concejal del ayuntamiento de Durango cuando se propuso la formación de una banda con Bartolomé como director y en su opinión era imposible sostener bien organizada una banda municipal en pueblos como Durango.

Para mí fue más fácil investigar porque buscar apoyo, en cierto momento, fue muy, muy desagradable.

Parece un libro y un disco hecho con mucho cuidado, una exquisita factura y de producción muy detallista. ¿Ha sido un proceso complicado?

Complicado y descomplicado. Más complicado el vinilo porque ha participado mucha gente y porque para el diseño y la maquetación me tuve que desplazar fuera de Durango, pero, ha quedado precioso y estoy feliz con el resultado. Se trata de un villancico “vasco durangués”, de autor, en euskera… Fácil de entonar en su primera parte, incluye un zortziko, melodía vasca, y es el que recuerdo de mi infancia.

¿Cómo fue el paso del libro al concierto y del concierto al disco? del concierto al libro y del libro …

Del concierto de 2018 al libro de 2019, todo el material recabado para la velada musical Semblanza y obra para piano de Bartolomé de Erzilla tenía que darlo a conocer y dio origen a una monografía de casi 300 páginas, 2 ediciones. No me quedé del todo satisfecha con esto pues  quería popularizar un poco sus bagatelas compuestas para enseñar a tocar el piano a sus alumnas y sus zortzikos, que son preciosos, y dio lugar a un CD (2020) en el que sonaba piano, txistu y acordeón. Este se presentó en concierto el 19 de diciembre de ese año, en el programa de navidad del ayuntamiento. Tampoco me quedaba del todo satisfecha sin publicar la partitura de La primavera del pianista y así lo hice en 2021, que se presentó en concierto en el marco de las Euskal jaiak de ese año.  Estaba cerca ya el año 2022, cuando se cumplían los 130 años del estreno del entrañable Belengo portalian: no podía despedirme sin reproducirlo en vinilo y acompañarlo con un librillo, compilación de todo lo recabado sobre éste en el marco del proyecto La primavera del pianista.

¿Cómo está siendo la promoción y presentación del libro, del disco?, ¿tienes previsto que salga de Durango?

Se presenta en sociedad, como se diría en época de Bartolo, el Domingo 18 de diciembre de 2022 en Urrike Liburudenda de Kalebarria de Durango, aunque ya ha participado en la Azoka (feria del libro y del disco vasco) de este año. Una matiné con narración y música. Después, hacia las 13:15, una fiesta zortzikolin gourmand en un local de Goienkalea. Un FIN DE FIESTA en el que espero encontrar a todos los que nos han apoyado y a todos los de que de un modo u otro han participado en el proyecto dado que no hemos podido celebrar de ningún modo cada estreno, cada concierto ofrecido por las restricciones de la pandemia de coronavirus.

Ya me gustaría que se conociera a BE fuera, allende los mares, que fuese también conocido en los otros Durango.

Se están haciendo cosas muy interesantes surgidas de voluntades individuales como la tuya. ¿Qué te interesa ahora?, ¿cuáles son tus preferencias?

La POESÍA. La declamación, recitación de poesía en programas de radio como Libres en verso. Podría ser Vicente Arana y sus fiestas euskaras de Bizkaia, o escribir sobre esto y aquéllo, pero con la máxima de Don Quijote presente » Y a otro le parecerá otra cosa».

El tiempo presente y el tiempo pasado acaso estén presentes en el tiempo futuro (T.S. Eliot)

 

· Disponible en librería URRIKE liburudenda de Durango y a través de la página de Facebook de La primavera del pianista. Bartolomé de Erzilla 1863-1898 (enviad mensaje)

 

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