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‘ESAN GABEKOAK’, DE GUDA DANTZA · ‘Seguimos bailando’, por Iban Gorriti

Iban Gorriti

Aceleraban los motores de los años sesenta del siglo pasado. Una explosión de sonidos estaba por llegar a los garitos más humeantes de carretera, así como a las pistas del baile de las metrópolis. La mecha de aquel artefacto tomaba un color diferente según el estilo musical que músicos, principalmente afroamericano, iban combustionando: soul, jazz, ritmos latinos y R&B daban lugar a una nueva fórmula rítmica y bailable.

A día de hoy, la Azoka cuenta con un producto, un no-disco titulado Esan gabekoak (Baga Biga, 2022), que destila cada uno de esos sonidos y alguno más. Mediante la lectura de un código QR llegamos a la esencia de las vibraciones sonoras más actuales del grupo Guda Dantza, quienes vendieron sus primeras canciones hace una dorada década sobre un puente de Durango con más humedades que aquellos garitos americanos.

Tuvimos la suerte de conocerles entonces y de verles crecer musicalmente. De los ritmos sinuosos de baile jamaiquinos han mutado peldaño a peldaño a los de las bolas de espejos de aquellas pistas de baile. El nuevo trabajo -que también te pone en movimiento los oídos en plataformas- es el resultado de horas de local e, incluso, de internamiento en una casa rural. Abreviado, podríamos decir que Guda Dantza hoy en día es un laboratorio más de Euskal Herria y saben romperse la cabeza para llegar a la polifonía necesaria. Contadas formaciones lo hacen (o logran).

Pizten doa enciende la galleta QR con sonidos elegantes, como de baile junto a una piscina de agua desbordante. Nekaturik, en cuanto la escuches, no te cansarás ni programándola en bucle. Las certeras guitarras de Jon va cortando el aire vocal, se relaja la canción y al entrar los vientos de los Basáñez el estribillo detona gracias a ellos: Jon y Ander. No hay vuelta atrás: te despertarás al día siguiente cantándola.

Y de esos escenarios, a la jungla sonora de Hiroshima en la que Alain se atreve con los falsetes, que si despeinas canas quizás te transporten solo por un instante a coros de intérpretes como Bee Gees. Y toca escanear Zazpi bala. Con el tambor del revólver lleno, el  zigzagueante bajo de Eneko -que entró en la banda de parte del big-heart Xabi– dispara a nuestras caderas sin tregua. La excelsa melodía se complementa con la bien seleccionada y ejecutada voz de Lide, colaboración del grupo Liher.

Y ponemos fin, no antes sin preguntarnos la batería y programaciones del mago de las artes audiovisuales, Iker, a dónde van en Nora noa? No podemos acertar hacia qué nuevos horizontes les conducirá el futuro, pero, sí podemos asegurar que con ellos seguimos bailando.

Guda Dantza. © ANDREA MARTÍNEZ

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