“Mi nuevo libro reúne vidas conmovedoras que visibilizan aquello que la dictadura de Franco trató de silenciar”
Entrevista · Desacorde Ediciones
El periodista Iban Gorriti González (Durango, 1970) hace un homenaje a personas que sufrieron la Guerra Civil y el franquismo en su nuevo libro: 31 vidas antifascistas vascas. Son alrededor de 40 biografías que conmueven y demuestran lo irracional del fascismo. Son la mitad mujeres y la mitad hombres. Algunas personas conocidas y otras que merece la pena visibilizar. Por justicia. A partir de mañana, miércoles, estará a la venta en la Durangoko Azoka en el stand Durangaldeko Argitalpenak. Si te gustó el libro que publicó el año pasado titulad 31 vidas, el bombardeo contra Durango este también te emocionará porque sigue el mismo exitoso formato y estética.
¿Qué es ‘31 vidas antifascistas vascas’?
Es un libro a todo color de alrededor de 40 biografías conmovedoras que cada una de ellas visibiliza todo aquello que la dictadura de Franco trató de silenciar y ocultar con mentiras: desprecios, denuncias, detenciones, traiciones, fusilamientos, violaciones –incluso a menores-, cárcel, exilio, destierro, torturas, malos tratos, prohibiciones como no poder opinar o comunicarse en euskara…
¿Qué formato tienen los capítulos?
Son biografías de formato periodístico de lectura clara para todas las edades. No soy historiador, aunque de niño decía a mis mayores que quería serlo. Soy periodista y transmito lo que he trabajado en estos últimos más de treinta años. He tenido la suerte de conocer a la mayoría de las mujeres y hombres que protagonizan esta antología.
¿Qué tipo de personajes encontramos en él?
Hay conocidos, históricos que la ciudadanía puede conocer, pero también los hay anónimos o descubiertos de alguna forma por mí, que nadie más había puesto la lupa en sus personas cuando han protagonizado vidas tan extraordinarias que a falta de una película necesitaba que queden para la historia.
¿A quiénes podría citarnos?
A Lucio Urtubia, Maravillas Lamberto o la en activo escritora Arantzazu Ametzaga. Aporto, además, una entrevista que hice al mismo tiempo a un hijo del primer lehendakari, Aguirre y al hijo del corresponsal de guerra George L. Steer.
¿O sea que no ha seleccionado únicamente a milicianos y gudaris vascos?
No. En absoluto. Los hay, por ejemplo, el comandante nacionalista vasco José María Anzola a quien el Gobierno vasco envió a fotografiar los bombardeos contra Durango o Gernika, el teniente comunista Marcelo Usabiaga, el teniente anarquista Félix Padín, el último gudari de mar vivo, Juan Azkarate, o el decano de los milicianos del Ejército vasco, el comunista Mateo Balbuena que acaba de cumplir 109 años. Sí, 109 años. También José Moreno, el gudari que lo fue siempre, incluso durante el franquismo y murió escribiendo cartas antifascistas.
Y, ¿entre los civiles a quién destacaría?
Cada protagonista destaca por sí solo. Como te decía, se podría hacer una película de cada persona. No obstante, hay una vida que es la que más me impresiona, la de la niña de la guerra exiliada a la URSS, Teresa Alonso, aún viva a día de hoy y que se escribía con Putin. Ha superado lo insuperable. Perdió a su amor y enloqueció, la intentaron violar en dos ocasiones en Georgia, se vio en la tesitura de comer carne humana mientras defendía Leningrado de los nazis, se quedó en 37 kilos, a su regreso no pudo vivir con sus padres, vivió en la calle en Barcelona donde no dejó de trabajar… y a día de hoy a los casi 98 años va a diario a la piscina.
¿Algunos ejemplos curiosos más?
Dos son curiosos: he conseguido entrevistar por primera vez a Maite Elortza, una mujer que nació el día del bombardeo contra Gernika de 1937 en ese pueblo. Salió viva de las bombas y llamas. Es decir, pudo ser lo único bonito que pasó en Gernika aquel día conocido en todo el mundo. También a Virginia Carracedo, que nació el 18 de julio de 1936, día del golpe de Estado contra la legítima Segunda República, hija de miliciano republicano.
¿Por qué 31 vidas y no otro número?
Es algo que me preguntan mucho. Mi primer libro era, podríamos decir, el hermano mayor gemelo de este. Se tituló ‘31 vidas del bombardeo contra Durango’ porque aquel primer ataque aéreo planificado contra población civil de Europa de la historia se ejecutó el 31 de marzo de 1937, y ocurrió, por desgracia, en mi pueblo. Desde que lo supe, el 31 se ha quedado de por vida en mi mente.
¿A quién cree que puede interesar este nuevo libro?
A toda persona que le palpite el corazón. Mi hijo mayor, de 12 años, lee capítulos y se sorprende de la malicia de los fascistas y de quienes les siguen, personas que no quieren las libertades –en plural- ni que se garanticen los Derechos Humanos. Insisto, este libro es para personas de cualquier lugar que tengan buen corazón. Y quiero dejar claro: no es demócrata quien no se siente antifascista.
El colofón de su primer libro era muy revelador: “¿Cómo olvidar el dolor si entonces nos arrebataron las libertades?”. ¿Puede adelantarnos el de este?
Sin problema. Esa cita es de Iñigo Zabala, un buen amigo. En este libro, he solicitado permiso a un poeta madrileño al que, gracias a ello, he tenido la suerte de conocer. Es Antonio Díez y la frase desde la primera vez que la leí me ronda: “Cuando sangres lo entenderás. Y digo cuando sangres lo entenderás, porque ves sangrar y no lo entiendes”.
Vuelve a publicar con Desacorde Ediciones, editorial que solo edita a músicos. ¿Usted lo es?
No sé hasta qué nivel (risas), pero tengo publicados siete discos bajo los nombres de Martxoak 31 -31 de marzo, día del bombardeo contra Durango-, Ainke o Toubkal. Me gusta mucho la editorial y estar al lado de autores como Albert Pla –su último libro es brutalísimo-, Kutxi Romero, mi admirado Josu Arteaga –necesario en toda biblioteca ‘Historia universal de los hombres gato’-, El Drogas o Evaristo no tiene precio. Agregaré, además, que el diseño del libro es de otro músico histórico más: Niko Vázquez, del grupo Motorsex y fundador de M.C.D. Y no quiero olvida que Jorge y Bego miman al autor y a la persona lectora. Estos dos también tienen de esos corazones que antes hablaba. De los buenos.
¿Quiénes son los de la foto de la cubierta?
Es mi familia. Mi abuelo agachado y mi abuela, de negro, fueron activistas de la CNT. Los dos sufrieron cárcel. Él fue miliciano del batallón Enlaces y Transmisiones del Ejército vasco, número 78. La foto está tomada en el parque Doña Casilda de Bilbao, de donde eran, aunque luego vivieron casi toda su vida en Elorrio. En la parte alta de la imagen, aparecen mi padre, Juantxu, siendo un niño, mi tía Aurori, y una tía-prima llamada Inés, hija de otro miliciano, Enrique Gorriti. Abajo, mi abuelo con mi tío Kike -fue portero del Bilbao Athletic con Clemente en el equipo-, mi abuela Carmen y su cuñada Manuela. La foto me parece inmejorable para representar a una familia antifascista de la época. Y para mí y los míos es un honor que queden ahí para la historia.
En la contracubierta, pone el foco en imagen del padre con el niño de la cubierta. ¿Por qué?
Lo primero, porque yo también soy padre y me veo ahí reflejado con cualquiera de mis dos hijos. Y, por otra, porque el hombre tiene la mano vendada, quizás consecuencia de la guerra. Y el niño tiene un gorro de papel, tal vez, emulando a su padre en el frente. Y todo ello por una buena labor: defender las libertades. Es terrible que por ser demócratas se les fusilara o metiera a la cárcel. Fueron soldados sin querer serlo, pero se alistaron voluntarios para tratar de ganar a un gigante que tenía a su lado a los más sanguinarios del momento: los nazis y los fascistas italianos.
Leemos que ha contado con un historiador que ha corregido el libro.
Sí, ha hecho una labor encomiable en esta cuenta atrás que ha sido el libro. Nos decían en septiembre que no llegaríamos a publicarlo a tiempo y no hay como creer en uno mismo. Lo hemos conseguido y la labor de Igor Basterretxea ha sido crucial. Como también la aportación del prólogo del actor Juanjo Otero o la cronología de hitos en la Guerra Civil en Euskadi, firma de Aitor Miñambres. Todos estos han aportado valor y de forma altruista. Son el libro.
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