El faro de Cabo Matxitxako se construyó con piedra sillar de las canteras de Durangaldea
Turismo
¿Sabías que el famoso faro de Cabo Matxitxako se construyó con piedras de canteras de la comarca de Durangaldea? Según investigación de Maite Ibáñez así fue. Un estudio que firma para la Diputación de Bizkaia lo recoge. El edificio cumple 170 años. Su texto dice: En la noche, en la lucha continua entre el hombre y el mar, aumentan los riesgos de los navegantes. El reconocimiento de la costa resultaría empresa difícil si no viniesen en ayuda de los marinos los faros, una torre alta situada en las costas y puertos con luz de largo alcance, de forma que al ser avistada por la tripulación, puedan determinar su situación en la carta de navegación y así precisar los puntos más peligrosos del litoral, rectificando el rumbo si es necesario, o marcar con eficacia la entrada a puerto o refugio acogedor.
Faro del Cabo de Matxitxako. Tiia Monto
Existen pocas referencias sobre el origen y primitivo desarrollo de estas señales marítimas, parece lógico suponer que se remontan a cuando los hombres se atrevieron a navegar lejos de sus habituales lugares de fondeo. Al perder de vista la costa conocida, sintieron la necesidad de adoptar medidas que favoreciesen su orientación durante la noche. La primera solución que arbitraron fue la de encender grandes hogueras
en los promontorios. El nombre de faro proviene de una famosa torre que fue construida bajo el reinado de Ptolomeo II (285-247 a.d. J.C.)
en la isla de Pharos para señalar la entrada al puerto de Alejandría.
Bermeo ha contado con tres faros, y no nos ha de extrañar la proliferación de estas instalaciones, si tenemos en cuenta que la furia del mar Cantábrico, la crispación de las tormentas en esta zona, ha causado no pocos naufragios. De fatales y trágicos pueden considerarse los sucesos acontecidos en el mediodía del Sábado Santo de 1878, cuando un fuerte huracán hizo zozobrar a 14 lanchas y 3 botes, ahogándose 85 marineros de Bermeo.
Otra fecha para recordar es la aciaga noche del 12 al 13 de agosto de 1912, una galerna acabó con la vida de 116 bermeanos vistiendo de luto la villa. El Faro de Errosape (1912) se encuentra emplazado al oeste de la punta de Lamiar (43º 25´N, 2º 43´W). Esta señal tiene por misión facilitar la recalada al puerto de Bermeo y balizar los bajos entre el escollo Uragarri y el dique rompeolas. La altura sobre el terreno es de 4 metros y de 38 metros sobre el nivel medio del mar. Su apariencia es de luz blanca y roja en grupos de 2 ocultaciones cada 6 segundos con una visibilidad de nueve millas.
De los dos que llevan el nombre de Matxitxako, el primigenio, del que sólo queda en pie la torre, se inauguró el 21 de agosto de 1852. El aparejador de las obras fue Juan Martínez Aparicio y en aquel tiempo costó 132 531 reales la torre, de piedra sillar procedente de las canteras del Duranguesado, y 234 796 reales el aparato óptico. Se localiza en la punta más saliente del Cabo Matxitxako (3º 22´50” E de longitud y 43º 28´0” N de latitud). Atendiendo a su proyección óptica y geométrica, se trataba de un faro de primer orden, el de mayor alcance por entonces, de 23 millas. La clase de luz era fija blanca con destellos de 4 en 4 segundos. La altura del foco luminoso sobre el nivel del mar es de 79,42 metros y sobre la planta de la torre cónica 12,70 metros. Era atendido por tres torreros y se mantuvo en activo hasta diciembre de 1909. Esta antigua torre se ha venido aprovechando como sirena de niebla.
Faro de Matxitxako (Bermeo)
A 110 metros al Sur se encuentra el actual Faro de Matxitxako (43º 27´N, 2º 46´W) también de primer orden, inaugurado en 1909. Fue obra del famoso ingeniero Rafael de La Cerda. El edificio, casa de los torreros, almacenes y depósito de efectos, tiene planta rectangular, componiéndose de un cuerpo central de dos pisos y dos laterales de una sola altura.
La fachada principal se ordena en siete ejes de vanos adintelados, siendo el acceso principal en arco de medio punto. Asimismo, las distintas plantas y vanos se encuentran remarcados por molduras, rematándose con balaustradas. En el extremo de NW se levanta una torre prismática octogonal de mampostería con bella cúpula de hierro fundido laminado que aloja el elemento óptico.
Presenta la apariencia de un destello blanco cada 7 segundos, con un alcance de 35 millas. El plano focal está colocado a 122 metros sobre el nivel del mar y a 20,6 metros sobre el terreno. La luz irradia la zona comprendida entre Castro Urdiales y el río Deba. Desde el mismo edificio emite un radiofaro conjugado con los de Cabo Mayor y Cap Ferret, de 100 millas de alcance, y, cuando el tiempo lo reclama, una sirena de niebla. Sirvió de escuela de faros.
