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GOGOAN · ‘Juan José Pujana Arza, una pérdida nacional’, por Iñaki Anasagasti

Iñaki Anasagasti

Falleció este martes en su casa de Elorrio Juan José Pujana Arza, primer presidente del Parlamento Vasco a los 79 años. A través de la historia hemos tenido presidentes de Juntas Generales y de las Cortes de Navarra pero la presidencia de tres territorios como consecuencia de un estatuto de autonomía, nunca lo habíamos logrado, por lo que su pérdida es una noticia relevante desde el punto de vista histórico, además por la pérdida humana que supone el fallecimiento de Pujana, un buen abertzale, una buena persona.

Pujana junto a la vicepresidenta Inmaculada Boneta, de Durango.

Casado y viudo de Mari Carmen Larrañaga, tuvo tres hijos. El funeral será mañana viernes a las siete en la Basílica de la Purísima Concepción de Elorrio. La actual Mesa del Parlamento, desde el primer momento y en relación estrecha con su familia, además de suspender las sesiones se ha puesto a disposición de ella en todo momento colocando un retrato en el exterior del Parlamento junto al encendido pebetero.

Conocí a Pujana en 1976 cuando el EAJ-PNV salida de la clandestinidad y trabajamos en su puesta en escena. Había sido uno de los seminaristas contestatarios del Seminario de Derio y tras ello se graduó de abogado en la Universidad de Deusto. Fuimos elegidos en 1977 miembros del Bizkai Buru Batzar presidido por Juan de Ajuriaguerra. Recuerdo aquella reunión donde barajamos treinta nombres para el periódico Deia y él apuntaba los nombres, nombres que he encontrado entre papeles. Eran años en lo que todo estaba por hacer.

Tras las elecciones de junio de 1977 fue elegido secretario del EBB, el primero como tal tras la dictadura. Eran tiempos en los que tres representantes de cada regional componían el EBB Andoni Olabarrri y yo dejábamos el coche en Durango, le esperábamos en el pago del peaje e íbamos los tres a San Martin 53 en Donostia en su coche donde se celebraban las reuniones del EBB presidido por Carlos Garaikoetxea. Eso fue así hasta el fallecimiento de Juan de Ajuriaguerra en agosto de 1978 que por acuerdo del EBB le sustituyó en su Departamento de Medio Ambiente y Ordenación Territorial. Le recuerdo en su despacho de un hotel en Bilbao. Andoni Monforte me ha recordado hoy que de aquel primer Consejo quedan solo cuatro integrantes. El, Ollora, Maturana, y Morales Moya que cumple cien años. En 1977 fue designado junto a Joseba Azkarraga como representante del EAJ-PNV en las conversaciones de Txiberta.

Tras la aprobación del estatuto de Autonomía de Gernika en octubre de 1979 se convocaron elecciones en marzo de 1980 donde fue elegido parlamentario por Bizkaia y en Gernika le elegimos presidente del Parlamento Vasco. El primero en la historia, lo recalco.

Parlamento recién nacido

Le tocó presidir aquel recién nacido Parlamento en la sede de la Diputación de Bizkaia tocándole aquel pleno tan difícil de la entrada de los obreros de Nervacero en sus dependencias o aquel tan conflictivo en Gernika cuando se produjo la visita del rey a la Casa de Juntas poco antes del 23F. Al haber sido las primeras sesiones en Bilbao, en la sala de Juntas de la Diputación de Bizkaia, dirigió con la Mesa del Parlamento el paso del legislativo a Gasteiz y tras las obras en el antiguo instituto Ramiro de Maeztu, lugar elegido para el definitivo Parlamento, toda la actividad legislativa se centró en este lugar hasta hoy. Su presidencia abarcó las dos primeras legislaturas.

Hizo una apuesta singular por tener una buena biblioteca que organizó Arantza Amezaga teniendo una especial querencia por recuperar una colección de catecismos en un euskera muy cuidado, recibiendo parte de la Biblioteca de Patxi Abrisketa, sin olvidar que desde el reglamento hasta las dependencias físicas, pasando por las cortinas y los escaños la puesta en pie desde cero de la actividad política en este país tuvo Pujana un papel especialmente importante.

Viajé con él y con Joseba Elosegi y Agustín Elorza a la Semana Nacional de Bahía Blanca en Argentina en 1983. No paró de conferenciar, acudir a las reuniones de la Feva, y departir con todos los vasco argentinos que desde el último viaje del Lehendakari Leizaola no habían sido visitados por una personalidad institucional de su entidad. Fue un gran viaje que siempre recordábamos por haber sido muy entrañable.

Tras la división del EAJ-PNV optó por formar parte de Eusko Alkartasuna siendo uno de los fundadores, y tras esto donde fue elegido senador en representación de la CAV sin olvidar sus trabajos de traducción, su interesante cultivo del griego con un grupo selecto de este país, entre ellos Federico Krutwig, traduciendo al euskera Politeia (La República de Platóin) y su presencia y animación en actos culturales. Tras su adscripción a EA volvió al PNV tratando en todo momento de que se rehicieses la antigua familia nacionalista. Participaba en los actos públicos donde era invitado y solicitado.

Juan José Pujana, más conocido coloquialmente como Juanjo, era una muy buena persona, un abertzale, un hombre culto, un coleccionador de libros singulares. Participó en una Asociación promotora de la Europa de los Pueblos y editaron un mapa de Europa con sus lenguas propias y sus naciones. Cada cierto tiempo nos reuníamos recordando viejos tiempos y contando las batallas de una época que parece como que no hubiera existido. Su marcha nos deja huérfanos de esa parte de tantas vivencias que le tocó protagonizar

Con Inmaculada Boneta e Iñigo Agirre

Este martes con Inmaculada Boneta -quien fue vicepresidenta con Pujana– hablábamos de reunirnos todos los electos en 1980 del PNV, siguiendo una buena idea del elorriarra Iñigo Agirre y posteriormente solicitar a la presidenta del Parlamento hacer lo mismo en Gasteiz con todos los parlamentarios de aquella primera Cámara que guste o no, está en la historia de nuestro pueblo. Fue un hito. Cuando por la noche recibí el correo de su hija Olatz y la llamada de Inmaculada Boneta me quedé helado. Sabía de sobra que tras la operación que le hicieron hace dos años no quedó bien, le costaba respirar, pero cuando le felicité por su cumpleaños el pasado 14 de enero le escuché con voz firme, optimista y con muy buen humor. Salía poco de casa se quejaba de la soledad de la vejez pero se animó cuando le comenté que queríamos ir a Elorrio y allí en el batzoki reunirnos todos los que hace cuarenta en Gernika iniciamos una histórica andadura de la que son hoy los parlamentarios vascos sus continuadores. Eslabones de una cadena vasca.

Marcos Vizcaya, diputado en 1977, me resumió su vida en esta línea: “Qué disgusto me das. Se va toda una generación vital y entrañable, imprescindible para entender el presente. Goian Bego”.

Es así. Echaremos en falta su experiencia y sus parrafadas cultas junto a una buena canturriada con el buen humor de un hombre bueno y amable.

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