ÉXITO · Mil personas han visitado ya la exposición sobre el bombardeo de Durango en el Museo en solo tres semanas

Kalebarria bombardeada. ANTZOLA

«¡Es una pasada! ¡Estoy muy contenta!», son valoraciones de la directora del Museo de Arte e Historia de Durango que pone en valor el hecho de que mil personas hayan visitado la exposición del centro en tal solo tres semanas. La muestra sobre hechos acontecidos durante el bombardeo fascista contra la villa titulada Anzola: el Robert Capa vasco es una iniciativa comisariada por el periodista Iban Gorriti y el fotógrafo Mauro Saravia.

La muestra -que «se ha completado estos últimos días»- recoge la vida del bilbaino José Mari Anzola a quien el servicio de propaganda del Gobierno vasco del lehendakari Aguirre envió a Durango en 1937 para documentar de forma gráfica la devastación ejecutada por la aviación legionaria italiana coordinada por la Legión Cóndor y el beneplácito de generales golpistas españoles.

Anzola fue gudari del batallón Otxandiano -capitán de la compañía Oldargi– y a continuación comandante del Malato, ambos del PNV y fue también espía del Gobierno vasco para la inteligencia de Estados Unidos contra los nazis. Además, fue un famoso montañero que subió, pro ejemplo, el Montblanc. Gorriti y Saravia han enriquecido en los últimos días la exposición solicitando a colectivos como Euskal Prospekzio Taldea o Gernikazarra, así como a personas como investigadores de la talla de Ritxi Zarate diferentes objetos.

De hecho, quien visite ahora la exposición podrá conocer dos bombas reales de la época. «Sí, son de verdad. Una como la que arrojaron los fascistas italianos contra Durango, que es de como metro y medio y cien kilos de peso, y otra una también de verdad que los nazis lanzaron contra Gernika-Lumo. Esta es pequeña. La primera era explosiva y esta incendiaria. Por eso Gernika quedó en llamas y en cenizas», diferencian los impulsores, referentes en Euskadi en el periodismo memorialista el de Durango y en la fotografía memorialista el residente en Arratia. La muestra, además, cuenta con el libro de inhumaciones al que le faltan páginas de los registros de asesinados en el bombardeo, cortesía del Archivo Municipal de Durango, gracias a su responsable José Ángel Orobio-Urrutia.

La muestra que se puede visitar con entrada libre de martes a domingo -el lunes el Museo permanece cerrado- exhibe además como novedad dos maniquíes uniformados como Anzola, uno, y otro como los pilotos italianos que asolaron la villa. Pertenecen a Euskal Prospekzio Taldea, colectivo a tener muy en cuenta riguroso en sus recreaciones.

«La muestra se abrió el 26 de marzo y el sábado llegamos a las mil visitas. Queda aún hasta el 30 de mayo poder visitarla», concluye Arrizabalaga. Gorriti y Saravia, por su parte, se muestran muy agradecidos por el interés mostrado por la ciudadanía y animan a que «aquellas personas que fueron los primeros días vuelvan porque ahora está muy completa, más interesante». De paso recuerdan, que en la exposición hay fotos reveladas por el propio Anzola e, incluso, la cámara fotográfico que el gudari utilizó para dar a conocer al mundo que fueron los contrarios al sistema de bienestar democrático quienes atacaron desde sus aviones Durango, no como mintió la versión franquista diciendo que habían sido «los rojos-separatistas».

Los organizadores se muestras satisfechos por un dato más. «Hemos visto que vienen mucha gente joven de entre 18 y 25 años y es algo muy interesante, que a la juventud le interese nuestra historia y la conozca para que bombardeos como este ni las expresiones del fascismo estén presentes en Durango. Además, también hemos visto a numerosas personas mayores que vienen a reconocer aquello que sufrieron sus padres y madres. Recordemos que al menos murieron 336 personas, pero sin duda fueron más».

Homenaje impulsado por Gorriti y Saravia con familiares de Anzola, representantes políticos de Durango y de Diputación de Bizkaia.