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Una madre que trabajó en Amorebieta escribe un cuento a su hija sobre su maternidad en solitario

Beatriz Ibáñez, psicopedagoga y madre soltera de una niña de casi cinco años, ha escrito «El latido de Rhina», un cuento ilustrado en euskera y castellano que ha creado para ayudar a su hija, concebida con semen de donante, y a otros txikis como ella a comprender su historia. Esta vizcaina que ha trabajado durante años en el centro Nafarroa de Amorebieta-Etxano con la Fundación Síndrome de Down, lo editará tras haber reunido más de 5.500 euros en apenas once días con su venta anticipada a través de la plataforma de internet Verkami.

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Montaje de foto de Beatriz con una de las láminas del crowfunding.

Lectora voraz de literatura infantil, esta vecina de Orozko ha explicado que, desde que dio a luz a su hija, pensó en la forma de hacerla entender la manera en la que vino al mundo y su modelo familiar.

 Pensó en escribir un cuento cuando, en la Asociación de Madres Solteras por Elección MSPE a la que pertenece, oyó que otras niñas y niños más mayores nacidos de mujeres sin pareja se habían sentido incómodos cuando se veían obligados a explicar que no tenían padre.

«Sus compañeros de clase les decían que tenían que tener un padre, que resultaba imposible no tenerlo. Yo me imaginé a mi hija en esa situación y pensé que necesitaría armas para defenderse, para contar su historia, y también para contribuir a que la sociedad entendiera su modelo de familia», ha relatado.

Así escribió «El latido de Rhina», un cuento ilustrado por Sandra Erre, que por medio de un código QR puede ser también escuchado en una versión cantada por Mariluz Gutiérrez.

A través de una historia protagonizada por una orca, la autora ha querido reflejar también el agradecimiento al hombre anónimo que donó su semen para que su hija naciera.

Sin eufemismos

Los libros para niñas y niños nacidos por reproducción asistida que la autora había leído en castellano se referían a la figura del donante con la imagen de «las semillas», un eufemismo que, según Beatriz Ibáñez, podía confundir a las y los txikis.

«No es una semilla que venga de la nada. Hay alguien detrás. Alguien a quien también he querido expresar mi agradecimiento. Porque yo miro a mi hija y es una maravilla. Y la mitad viene de mí, pero la otra mitad viene de esa persona», ha afirmado.

En su cuento ha incluido cinco pequeñas semillas, en referencia a los cinco intentos de fecundación que tuvo antes de quedarse embarazada.

Tras la campaña de venta anticipada que hasta el 11 de febrero ha organizado a través de internet, esta vizcaina publicará a finales de marzo una primera tirada para satisfacer los ejemplares solicitados, que más tarde espera ampliar con otra para su distribución en librerías.

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