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El pueblo de Mañaria prevé rendir un emotivo homenaje a sus ‘Trece Rosas’ de 1937 el 24 de octubre

· Mujeres de la anteiglesia vizcaína fueron encarceladas por sus simpatías a ideologías del bando republicano el 29 de julio de 1937

 

Las Trece Rosas fue el nombre colectivo dado a un grupo de trece jóvenes republicanas, la mitad de ellas militantes de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), fusiladas por la ya en funcionamiento dictadura Franco en Madrid el 5 de agosto de 1939, cuatro meses después de finalizar la guerra. Sentencia: “Son responsables de un delito de adhesión a la rebelión”.

MAñaria guerra Gerediaga Elkartea

Fascistas tomaron el pueblo de Mañaria donde fueron apresadas las trece mujeres. Gerediaga Elkartea

En Bizkaia, el pueblo de Mañaria también cuenta con sus Trece Rosas, así lo están documentando en el último año la asociación Gerediaga Elkartea de Durango y el ayuntamiento de la anteiglesia. A diferencia de las madrileñas, las vascas no fueron fusiladas pero sí sufrieron cárcel y otras represalias. Diez de ellas fueron apresadas el 29 de julio de 1937 cuando avanzaba aquella guerra militar (que no civil) y el general golpista Franco ya estaba al mando del bando sublevado contra la siempre legítima Segunda República.

Recordemos a las unas y a las otras. Las Trece Rosas españolas fueron Carmen Barrero, Martina Barroso, Blanca Brisac, Pilar Bueno, Julia Conesa, Adelina García, Elena Gil, Virtudes González, Ana López, Joaquina López, Dionisia Manzanero, Victoria Muñoz y Luisa Rodríguez. En realidad, las mujeres fusiladas fueron catorce, porque a las anteriores debe sumarse Antonia Torre, ejecutada por los ya franquistas el 19 de febrero de 1940.

RAmona BArrenechea Sagarraga ROSA MAÑARIA MEMORIA

Ramona Barrenechea Sagarraga. Mugalari Kultura

De las Trece Rosas vascas fueron detenidas en un principio diez y a continuación otras tres el 29 de julio: Clara Goiti, Ageda Goiti, Teresa Subinaz,  Máxima Arteaga, Antolina Gorospe, Carlota Goiti, Angela Aldekoa, Salomé Arteaga, Julia Bizkarra, Irene Bizkarra. Las otras tres apresadas fueron: Ramona Basterretxea el 24 de julio de 1937; Jesusa Kapanaga apresada dos veces en Durango, el 15 de octubre de 1937 y el 17 de octubre de 1938; y por último Miren Edurne Bustinza apresada en Bilbao el 30 de julio de 1937.

SALOME ARTEAGA 13 ROSAS MAÑARIA

Salome Arteaga. Gerediaga Elkartea (Mañaria, aspaldiko argazkiak)

El hecho mañariarra contará con un documental. Ccomo sucede en la mayoría de lugares y en la mayoría de contextos, de aquel episodio se habló poco en Mañaria. Los comentarios quedaron exclusivamente en el ámbito íntimo o familiar, y en general, estas mujeres no hablaron sobre aquella experiencia”, valoran los impulsores.

Por todo ello el Ayuntamiento de Mañaria ha decidido no posponer más el olvido de estas mujeres. “Es hora de reconocer lo vivido por aquellas mujeres y homenajearlas por lo que sufrieron ellas y sus familias”, valoran. El proyecto audiovisual encargado la productora de Durangaldea Bideografik llevará por título Atearen ostean, Mañariko 13 alabak.

83 años de aquella injusticia

El mes pasado, por lo tanto, se cumplieron 83 años desde que como explica el ayuntamiento de Mañaria “las fuerzas militares detuvieron y encarcelaron a 10 mujeres de Mañaria. En la primavera de 1937 las tropas de Franco ya tenían bajo su control a la mayor parte de territorio vizcaíno y en junio del mismo año, Bilbao caerá en manos de los sublevados contra la República. Para ese momento la represión contra la gente de Euskal Herria ya había comenzado en nuestras tierras y justo tras pocos días de la toma de Bilbao, Mañaria vivió uno de los episodios más tristes de su historia moderna”, analizan.

Fue aquel 29 de julio cuando los jueces militares que actuaban bajo las consignas de Franco dieron la orden de apresar y encarcelar a la larga lista de mujeres de Mañaria. En este momento, los impulsores del documental están recogiendo testimonios directos e indirectos de aquel día. De este modo, “se reconstruirá lo que sucedió, se contextualizará la represión franquista en el pueblo y se obtendrá información en torno a cómo vivieron aquellos días”. Asimismo, con este proyecto se detallará a la ciudadanía del municipio lo sucedido y el consistorio rendirá en un homenaje a estas mujeres y a sus familiares, para ofrecerles “memoria, reconocimiento y reparación”.

El acto público se pretende celebrar el 24 de octubre, si las condiciones sanitarias lo hacen posible, y se llevará a cabo en el frontón de la anteiglesia. En ese encuentro, proyectarán el documental titulado Atearen ostean, Mañariko 13 alabak.

Comentarios en el ámbito familiar

La asociación Gerediaga ha hecho un gran trabajo de documentación. De esta investigación, se deduce que como sucede en la mayoría de lugares y en la mayoría de contextos, “de aquel episodio se habló poco en Mañaria. Los comentarios quedaron exclusivamente en el ámbito íntimo o familiar, y en general, estas mujeres no hablaron sobre aquella experiencia”.

Por todo ello, la administración local ha decidido que “es hora de reconocer lo vivido por aquellas mujeres y homenajearlas por lo que sufrieron ellas y sus familias”. Y es que la mayoría de mujeres apresadas el 29 de julio eran “amas de casa” y “labradoras” (solo una de ellas regentaba un bar en Mañaria), según recoge el expediente redactado por los tribunales militares obtenido por Gerediaga Elkartea.

“Eran madres y se dedicaban, fundamentalmente, al cuidado del caserío y de la familia. Algunas admitieron durante su declaración que dieron el voto a los nacionalistas o mostraron simpatía por ellos durante la República, o que formaban parte del grupo de mujeres denominado Emakume Abertzale Batza”, avanzan.

Acusadas

El franquismo también empleó acusaciones como haber hablado mal sobre las fuerzas sublevadas o que insultaran a la aviación a su paso por Mañaria. Sin embargo, “lo que tenía claro el franquismo es que, después de ganar en el frente militar, era fundamental reprimir también a quienes, a través de su labor productiva y reproductiva, sostenían a la sociedad vacas. El ser mujer y el no compartir los valores franquistas era motivo suficiente para reprimir a este colectivo y para amedrentar a toda la sociedad”.

Parte del título del documental, Atearen ostean, hace referencia –según fuentes del ayuntamiento- a la labor y a la aportación que las mujeres de aquella época hicieron dentro y fuera, en el espacio íntimo y familiar, así como en el espacio público. “Las puertas son un elemento simbólico que conectan espacios y ofrecen una transición entre esos espacios”.

En el contexto de la Guerra Civil se ha hablado principalmente sobre el frente, sin embargo, la organización del audiovisual estima que “detrás de esa puerta hubo otro espacio donde se desarrolló una labor fundamental, y que también fue duramente reprimida. Detrás de la puerta que conectaba el frente con la retaguardia, hubo mucha gente como las mujeres de Mañaria y de otros pueblos de Euskal Herria que lucharon por sus valores y que sufrieron la represión militar del franquismo”.

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