Aranzadi halla restos óseos del gigante al que dio vida en el cine el actor durangués Eneko Sagardoy en Handia
Iban Gorriti
La Sociedad de Ciencias Aranzadi ha descubierto los restos óseos del histórico gigante de Altzo al que dio vida el actor durangués Eneko Sargadoi en la película Handia, papel que le valió un Goya la mejor actor novel, y al film 9 más. Aconteció el pasado viernes cuando se localizaron unos huesos que, por su tamaño, son probablemente los de Migel Joakin Elezegi Ateaga.
Foto © Mauro Saravia.
El pasado 12 de agosto, un equipo de 15 personas de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, liderado por el antropólogo Paco Etxeberria comenzó la intervención en la tumba de la familia, donde no se obtuvo un resultado positivo. De esta manera se pasó al osario, donde sí se encontraron, junto a otros huesos, pero no amontonados, sino en una posición que denota cierto cuidado. «Así, se ha verificado que los restos permanecen en el cementerio donde fue inhumado y la leyenda de que hubieran sido sustraídos irregularmente queda demostrado que es falsa. El resultado final queda pendiente del correspondiente análisis de ADN», subrayan.
Foto © Mauro Saravia
Contexto
Los restos a estudiar son de Migel Joakin Eleizegi Ateaga (1818-1861), más conocido desde su época por el sobrenombre de Gigante de Altzo, una figura escénica por su gran estatura. Padecía la enfermedad de gigantismo por lo que llegó a medir 2,40 metros de alto. «Su Acta de Defunción indica que fue enterrado en el cementerio de la Iglesia San Salvador en Altzo Azpi», detallan desde Aranzadi.
Eneko Sagardoy en una imagen de promoción de Handia.
Este es un personaje que ha dado lugar a muchas historias e incluso a una película, Handia en 2017 basada en la historia real del Gigante de Atzo. Además de algunos libros sobre su vida. A la presentación de los restos hallados se invitó a los directores del premiado film. «Esto ha contribuido a que en los útimos años se haya hablado mucho sobre si los restos de Migel Joakin Eleizegi Ateaga, se encuentran todavía depositados en el cementerio de Altzo Azpi después de casi 160 años, o si por el contrario, como afirman algunos rumores, sus restos fueron robados de allí con algún deshonesto fin», concluyen.
Foto © Mauro Saravia
