TERCERA SEMANA · Diario de un gato en el confinamiento de su humano
Tiramisu
3ª semana
No hay manera de echar a este humano. Mira que me pongo pesado, pero no se da por vencido. Maúllo aunque me haya echado de comer, me haya cambiado el agua del bebedero y tenga el arenero limpio. Me pongo delante de la tele en lo más interesante de la película. Incluso intento comer de su plato, pero ni por esas. Sigue aquí encerrado en mi casa.
Esta última semana por las tardes ha comenzado a poner una esterilla en el suelo y realiza unos movimientos extraños, mientras ve una pantalla. ¿Veis cómo el ser humano es un ser inferior? No puede estar encerrado en casa, tiene que ejercitarse mientras que un felino es capaz de mantener su portento físico en un espacio tan pequeño.
Lo peor de esos movimientos es que me he enterado que hay uno que se llama “perro boca abajo”. ¿En serio? ¿Perro boca abajo? ¿Desde cuando un ser inferior como ese es conocido por su elasticidad? Cuando se pone con eso es cuando ya me cabreo y empiezo a demostrar mi superioridad. Me estiro delante de él, le cojo la mano, le muerdo un dedo del pie, le chupo el pelo, salto para un lado, salto para el otro, me agazapo bajo la mesa y me abalanzo sobre mi presa (siempre contra el bípedo). Hasta que se da por vencido y comprende que el que sigue estando en forma soy yo.
Lo peor de todo es que como me ve juguetón se cree que tengo necesidad de ello, así que me saca todo el arsenal de juguetes: que si el pez, el ratón que anda solo (no le hago ni caso, ¿cuándo se ha visto un ratón azul?), la pelota, el láser… Me tiene aburrido y se cree que es porque ya no me interesan esos juguetes y el muy ignorante se las ingenia para hacer otros. Lo que no se da cuenta es que yo esa etapa de los juguetitos la dejé atrás hace tiempo, uno ya va teniendo una edad. No se da cuenta de que mis años no son como los suyos, yo maduro mucho más rápido que un humano.
Al ver que no le hago caso con esos juegos estúpidos ha sacado el futbolín, como suelo perseguir una pelota se cree que puedo jugar a este trasto, ¿pero este humano no se da cuenta de que con estas zarpas no puedo agarrar el mango de los jugadores? ¿De verdad que no lo ve? Sin embargo, no se da por vencido, ni mucho menos. De repente saca el ajedrez, ¿en serio? ¿De todos los humanos que había me ha tocado el más tonto? Que alguien me explique si no puedo sujetar los mangos de un futbolín, ¿cómo voy a poder mover las piezas de un ajedrez?
¡Miau!
