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Francisco, el hermano franquista de Antonio Machado que dirigió la cárcel de Amorebieta

#HISTORIA

Mientras dure la guerra es el título de la nueva película del director Alejandro Amenábar. La cinta devuelve a la actualidad la figura del escritor bilbaino Miguel Unamuno. Con este intelectual y político se cruzó cartas sobre literatura un hermano Machado y no fue ni Antonio ni Manuel. Fue un tercero de la extensa saga sevillana que se llamaba como Franco, Francisco.

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Francisco Machado dirigió la cárcel de Amorebieta.

En él se hacían realidad en esos días de guerra las dos Españas de la Guerra Civil. También las dos Euskadis. En él, que fue funcionario y director de prisiones, caso de la de Amorebieta y también de la de Madrid en la que fue privada de libertad la comunista vizcaina Dolores Ibarruri Pasionaria.

La amistad del carcelero con Unamuno pudo haber derivado de la admiración que sentía su hermano Antonio por el literato bilbaino. De hecho, ya en 1903, el andaluz le remitió al vasco su primero libro de poemas titulado Soledades. Llegarían a conocerse en persona en el marco de unas tertulias en Madrid. Antonio le calificaba de la siguiente forma en su poema A don Unamuno: «Este donquijotesco don Miguel de Unamuno, fuerte vasco, lleva el arnés grotesco y el irrisorio casco del buen manchego. Don Miguel camina, jinete de quimérica montura, metiendo espuela de oro a su locura, sin miedo de la lengua que malsina».

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Miguel Unamuno.

Francisco Machado también le hizo llegar las poesías que él escribía a Unamuno. Lo hizo cuando trabajaba como funcionario de cárceles en el Penal de Puerto de Santa María, Cádiz. Corría el año 1915, once años antes de la Guerra Civil. Le enviaba sus versos para conocer de puño de un ilustre si tenía la calidad poética de sus hermanos: los a la postre republicano -el de Caminante no hay camino- y franquista, Manuel. Tal era su empeño, que hubo escritores que se referían a Francisco como Machadito, caso de José Álvarez Sierra y Francisco Villaespesa.

Antonio, republicano; Manuel y Francisco, fachas

Con la llegada del franquismo en 1939, los Machado se vieron en la tesitura de cruzar la frontera. Mientras que Antonio se consideró republicano hasta su muerte, exiliado en la francesa Colliure, Manuel se mostró fiel al nuevo régimen dictatorial y se estima que fue quien movió ficha institucional para que retornara Francisco a su trabajo de funcionario por estar considerada como «persona de orden y apolítica», según ilustran estudios de Félix Población.

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Pasionaria.

Este autor mantiene que la hasta entonces diputada en Cortes por Asturias, la comunista vizcaina Dolores Ibarruri -nacida como Isadora-, y Francisco Machado tuvieron una relación cordial en el tiempo que ella fue presa en Madrid y él director de aquella cárcel. «Pasionaria escribió que su estancia en esa prisión había sido bien diferente a la sufrida en otros penales», agrega Población. Tras su breve exilio, el ex director fue readmitido sin sanción y nombrado director de la Prisión de Amorebieta, ubicada en lo que a día de hoy es Karmelo Ikastetxea. Funcionó entre 1938 y 1947 y fue almacén humano destinado de forma exclusiva a mujeres. Fue el mismo caso de otra que hubo en Durango en Villa María, hoy suelo de las monjas de Nevers.

En Amorebieta, junto a las mujeres se mantuvo encerrados en el penal a decenas de niños de corta edad, algunos de ellos nacidos y muertos en cautiverio, caso del bebé José Humanes Aznar, que solo vivió diez meses. Terrible final padecieron también algunas madres procedentes de Albacete, Badajoz, Castellón, Ciudad Real, Girona, Madrid, Málaga o Toledo. Mantenían la política penitenciaria de dispersión.

Lejos de ser un centro de carácter local, fue una de las prisiones concebidas por el régimen de Franco para recluir a mujeres de todo el Estado consideradas “altamente peligrosas”. Junto a las de Durango y Saturraran constituyó loas llamados Penales del Norte.

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Algunos literatos apodaban a Francisco, Machadito.

Machadito vivió en sus muros al regreso del exilio. Para entonces ya había escrito uno de sus poemas. Quizás el que más ha trascendido por su temática: El reloj de la cárcel. En él, se mostraba sensibilizado por las personas presas: «¡Alba de la siniestra mansión del infortunio donde mora la pena! ¡Donde el pobre recluso pasa la vida, muerta contando el minuto la intensidad inmensa! ¡Qué lentas van pasando las horas de tristeza! En el ambiente trágico flotan como quimeras, brazos largos, plegarias, que no alcanzan y deseos de cosas que no llegan». Este trabajo pertenece a su único libro que publicó: Leyendas toledanas.

Menor varón de seis hermanos y hermanas

Francisco Machado Ruiz nació el 19 de febrero de 1884 en Sevilla. Fue el menor varón de seis hermanos y hermanas. Tras trabajar en un matadero municipal, se licenció en Derecho y aprobó unas oposiciones al Cuerpo de Prisiones. Completó su formación en la Escuela de Criminología de Madrid.

En abril de 1918 fue nombrado subdirector de la Prisión Provincial de Toledo allí escribió su libro Leyendas toledanas (1929). Después de varios destinos llegó en 1936 como director de un prisión de Madrid. El golpe de Estado de los militares Mola, Franco… le sorprendió en Burgos donde había ido con su mujer para celebrar la onomástica de su cuñada, religiosa de las Esclavas del Sagrado Corazón no pudiendo regresar a Madrid.

El 5 de enero de 1950 murió durante el franquismo en Madrid dejando inconclusa su obra Ráfagas de inquietud.

 

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