‘Navidad en Durango’, por Mariano Martín
Mariano Martín
A Durango ya ha llegado
y en su estado puntual,
un gran acto señalado
con su propia identidad.
Como un arte programado
por artistas del lugar,
la Nochebuena ha jugado
con la hermosa Navidad.
Con acordes entonados
como insta la ciudad,
la Nochevieja ha invitado
al Año Nuevo a glosar.
Los hijos del pueblo encantados
por tan dulce emoción popular,
disfrutan de cuadros firmados
con postales de un marco especial.
Llenos de amor y cantando
y danzando de un modo orquestal,
en Durango se está celebrando
un nacimiento ejemplar.
Tres Reyes, Magos de antaño
y de saber Trinidad,
a lo humano y divino van dando
todo un mensaje de paz.
Y Olentzero, hijo amado
propio adalid ancestral,
expone su nombre inspirando
versos de felicidad.
Festejos y más festejos
colores y más colores
regalos y más regalos,
y las estrellas y flores
que nacen del corazón,
y viven entre clamores
con entregado fervor…
adoran sin condiciones
y con pura y feliz devoción
a tan alto nacer de valores.
Entre un Arco de santos amores
y la luz que lo engendró,
en la Tierra y el Cielo expresiones
de paz, alegría, candor,
comparten al Mundo esplendores
del nacimiento en Durango,
y entre dones
del Niño con rango Hombre-Dios.