Un cura fue quien reagrupó en Argiñeta los famosos sepulcros y estelas diseminados por Elorrio
Esta semana hemos conocido que el Ayuntamiento de Elorrio invertirá 25.000 euros aportados por la Diputación de Bizkaia para mejorar la necrópolis de Argiñeta. Lo que aún pocas personas saben es que este conjunto funerario se dispuso de la forma que está en la actualidad por obra de un cura, el padre Retolaza. Este párroco de la bonita villa medieval ubicó en el barrio de Zenita sarcófagos y estelas que halló en las inmediaciones de la villa junto a la ermita de San Adrián.
El espacio, para quien no lo conoce y uno de los más mágicos de Durangaldea, está formado por veinte sepulcros y cinco estelas construidos en la Alta Edad Media. Como ya hemos adelantado, en su origen estaban dispersos por el entorno, pero fueron reagrupados en el siglo XIX por Retolaza.
Se trata del conjunto de sus características más importante del Euskadi, tanto por el número y calidad de sus elementos, como por la remota cronología de algunos de ellos (siglos VII-IX). Las piezas tienen dimensiones diversas y todas ellas son de piedra arenisca de las canteras del monte Oiz.
Escritos cristianos
Según detallan fuentes forales, los sepulcros constan de dos partes: una caja con forma antropomorfa y una cubierta de sección triangular a modo de tejadillo. En el segundo y tercero de ellos se pueden leer inscripciones funerarias que son el testimonio escrito más antiguo de la presencia de núcleos cristianos en Bizkaia y tal vez de Euskadi. Por su parte las estelas, cuatro discoideas y una triangular, muestran una iconografía de carácter astral. Una de ellas fue robada hace unos años, pero debemos saber que era una copia no una original.
El lugar no se halla cerrado, por lo que es visitable a cualquier hora del día y cuenta con merenderos para pasar una bonita jornada.