VIAJAR CON HAIRA Y DANI: «Aquí, en Canadá, nos dicen que estamos locos por ir a Alaska en bici»
El Día de Canadá es el día de fiesta nacional del país americano. Se celebra el 1 de julio de cada año para celebrar la autonomía de Canadá del Reino Unido en 1867. Durante esa jornada de ayer, los durangueses de 25 años Haira Urkijo y Dani Cuevas se han subido a sus bicicletas californianas y han comenzado a pedalear con Alaska como próximo destino.
Hemos hablado con ellos. «Nos dicen que estamos locos queriendo ir a Alaska en bici, pero si nosotros no nos lo creemos…», comunican desde el otro lado del Atlántico. Tienen por delante alrededor de 3.800 kilómetros a vivir en dos meses.
Los últimos días han estado trabajando como ilegales. «Primero con unos hindúes en un viñedo y como esclavos, durante 12 horas al día. Solo nos faltaban los grilletes», subrayan. A continuación, contactaron con otra pareja de Durango que había estado por la zona y les recomendaron ir a la recogida de la manzana e, incluso, con ellos. La experiencia, esta vez, fue positiva y esperan volver en septiembre para ir recuperando el dinero perdido.
La última vez que escribimos en Mugalari Kultura sobre la odisea aventurera de Dani y Haira, dejamos a la pareja en Seattle. Allí estuvieron casi un mes esperando a vender la furgoneta. Descubrieron que los estadounidenses con los que contactaban no era mucho de palabra. Pero les acabó saliendo bien la cosa y teniendo que viajar a Portland, la ciudad más grande de Oregón, «400 kilómetros que para nosotros ya es como ir a por el pan a Mañaria».
Hicieron el paso a Canadá sorteando Vancouver. Mientras tanto se alojaron en casas que mediante aplicaciones les acogen de forma gratuita a cambio de compartir sus experiencias viajeras. «Haira es la primera vez que andaba en bici y me ha sorprendido mucho», le aplaude Dani. No obstante, la duranguesa se cayó un par de veces. «Primero en un semáforo, no puede con el peso de la bici. Y en la segunda al tocar mi rueda. Pero no se lesionó», tranquiliza.
En días anteriores han intentado dormir siempre a salvo porque «aquí hay millones de osos y hay un protocolo a la hora de acampar. Y preferimos estar a salvo». Las anécdotas se solapan. «Un día habíamos quedado con una familia para dormir en su casa, pero nos quedamos sin cobertura y de pronto un hombre pasa con el coche y nos grita… Era el señor de la casa que salió a buscarnos por si nos encontraba, dispuesto a hacer 30 o 5o kilómetros. Nos trataron una pasada… Estamos muy agradecidos».
Lo que sí quieren trasladar es un mensaje. «La gente nos dice que qué guay de vacaciones. Hablando con argentinos, mexicanos, incluso con los de Durango… coincidimos en que no son vacaciones porque la mente no descansa en qué tienes que hacer en unas horas, al día siguiente…. De hecho, si trabajas, piensas en esa estabilidad de un día en solo pensar en el trabajo», valoran y van más allá: «Como nos decían los durangueses no gastamos en ningún vicio. Han dormido en marquesinas de autobús para no gastar en hostales».
Y tras poner a punto las bicis por segunda vez, ayer echaron a andar hacia rutas salvajes. Piden disculpas a las personas que no están contestando, pero no tienen el mismo tiempo que cuando viajaban en furgoneta, para ello. Tras salir ayer hacia Alaska, la aventura continúa. Nos la seguirán contando.
Haira y Dani, dos durangueses ‘Hacia rutas salvajes’ sin miedo a perderse