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RUTAS MUGALARI · Descubre la vía verde u oinezbide de Atxondo a los pies del ‘sagrado’ Anboto

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Ven a conocer o descubrir Durangaldea. Hoy, te acercamos, un bonito recorrido que hasta 1.920 realizaba el antiguo ferrocarril minero de Arrazola. La actual vía verde -oinezbide- te permitirá atravesar de norte a sur el hermoso valle de Atxondo y presentarte a los pies del sagrado monte Anboto. Esta vía es totalmente llana y se recorre con comodidad por un sendero peatonal.

Estos son sus datos principales:

Municipio: Atxondo (Bizkaia).

Distancia: 5 kms. (ida)

Duración aproximada: 1 hora y 15 minutos.

Dificultad: Muy fácil.

Recomendada para familias.

VIA VERDE ATXONDO

Según información de la Oficina de Turismo de Elorrio facilitada por la Oficina de Turismo de Durango, el antiguo ferrocarril minero de Arrazola, con la locomotora de vapor Aurrera a la cabeza, bajaba por la plácida vega del río Arrazola hasta el núcleo de Apatamonasterio. Hoy la vía verde nos permite atravesar de norte a sur el hermoso valle de Atxondo y presentarnos a los pies del Anboto, máxima cumbre del montañoso Parque Natural de Urkiola y morada de Mari, diosa ancestral del pueblo vasco.

Se trata de un camino de unos 5 kilómetros de longitud sin casi pendientes, rodeado de caseríos y bonitos paisajes y junto al río Arrazola, que sigue el antiguo trazado del ferrocarril que llegaba hasta las minas de Errotabarri.

La ruta

Recomendamos aparcar el automóvil en Apatamonasterio -uno de los barrios de Atxondo que tiempo atrás fue municipio- y recorrer a pie la vía verde de Arrazola. Según se cruza Apatamonasterio por la travesía de la carretera BI-4332, al lado derecho se suceden el ayuntamiento, la iglesia de San Pedro y el frontón; al lado izquierdo, frente al frontón, se abre una plazoleta con un grueso árbol.

La calle Ziarreta se alarga desde dicha plazoleta hasta un área de recreo equipada con bancos, circuito biosaludable y una fuente situada a orillas de la umbría galería de nogales, alisos, arces y fresnos que cubre el río Arrazola. Aquí comienza la vía verde de Arrazola.

Desde el área de recreo un puente de hormigón cruza el río regalando a la vista la bonita estampa que componen una represa que retiene las aguas y un arqueado puente de traza medieval. En la otra orilla surgen varios caminos: a la izquierda se dirige un camino balizado como ruta de Gran Recorrido (GR); al frente, el rastro del antiguo ferrocarril se dibuja recto y llano entre verdes prados.

La vía se vuelve a juntar con el río unos metros más hasta que sale del «túnel vegetal» y se aproxima a la ladera montañosa que se levanta bruscamente por el lado derecho.

Martzaa

En el km 0,8 altos plátanos perfilan y sombrean la vía, anunciando la proximidad de Martzaa (Marzana). El barrio más señero de Atxondo posee un abierto espacio central sombreado por grandes tilos en torno al cual se ubican la iglesia de San Martín, varios caseríos y una torre renacentista del siglo XVI. En este lugar hay una elegante fuente donde saciar la sed.

Merece la pena darse un paseo por este barrio y disfrutar de su vetusto y recogido patrimonio y del caserío Etxezarra, cuya puerta gótica es originaria de la torre de Marzana. Por lo que respecta al ferrocarril, Marzana tuvo un cargadero de las minas abiertas colina arriba.
Al dejar atrás Marzana, la vía verde de Arrazola cruza a nivel la carretera BI-4332 y avanza entre verdes prados de siega, dejando a un lado un área recreativa (km 1,3) con aseos, mesas de pícnic y juegos que harán la delicia de los más pequeños.

Después de cruzar por segunda vez el río y su fresca estela arbolada (km 1,6), el amplio valle de Arrazola se estrecha. A la salida de la angostura (km 2,1) se repite la imagen de verde y amplio valle, ahora con caseríos de piedra encerrados entre el arbolado Memaia y la crestería caliza del Anboto.

Axpe

Seguidamente la vía se eleva sobre un terraplén curvo para cruzar la vaguada del arroyo proveniente de Axpe, núcleo urbano asentado en el valle. El terraplén, elevación artificiosa para allanar el camino al tren, resulta un magnífico mirador a dicho valle. Superada la vaguada, la plataforma férrea cruza a nivel la carretera a Axpe.

Surge la oportunidad de acercarse por dicha carretera (a la izquierda) a la ermita y el barrio de Santiago, donde buenos restaurantes corroboran la fama de la gastronomía vasca.

Arrazola

La vía verde acentúa su pendiente y se aterraza en la ladera montañosa de la derecha, a cierta altura sobre la orilla izquierda del río. Este tramo regala una amplia panorámica del valle con sus dispersos caseríos, y también ofrece el refresco de los avellanos, robles, pinos, castaños y alisos que perfilan el camino. El paseo elevado tiene su continuidad en el alto y largo terraplén que culmina en el paso sobre la carretera BI-4332 (km 3), a los pies del núcleo de Arrazola.

El paso superior, donde podremos saciar la sed en una oportuna fuente, es un mirador de excepción al campanario de San Miguel y el caserío de Urrutia (siglo XVI), uno de los más antiguos de Bizkaia a tenor de su origen gótico-renacentista.

También es el mejor lugar para apreciar en toda su magnitud la vertiente este, la más abrupta, del Anboto. Ahí tiene su cueva “Anbotoko Mari”, la Dama del Anboto, diosa de la mitología vasca que personifica a la Madre Tierra.

Ermita de San Roque 

La vía rodea el contorno del núcleo urbano de Arrazola, elevado en la falda montañosa sobre la torre y el molino de Ibarra (siglo XVIII), que aún conserva su maquinaria. Luego se despide de esta población entre vistosos frutales mientras deja a un lado el caserío de Ollargane, en cuya fachada aparecen el nombre de Pedro de Albayalde y el año 1519, la fecha inscrita en piedra más antigua de Bizkaia.

Al final de este tramo, la plataforma férrea cruza nuevamente el río Arrazola y alcanza la ermita de San Roque (km 4,5), sombreada por centenarios y altos plátanos. Junto a la ermita hay bancos, una fuente y amplio aparcamiento.

Desde la ermita se aprecia con nitidez el “Ojo de Bentaneta”, oquedad kárstica producida por la acción del agua sobre la roca caliza del Anboto. Dicen que cuando el sol se pone le regala a Atxondo un último rayo a través de ese hueco.

La ruta llega al final y a la parte más agreste de su recorrido. A partir de la ermita de San Roque la vía verde se introduce de lleno entre los pastos que suben hacia el Anboto y una ladera montañosa cubierta por un frondoso arbolado de fresnos, acacias, alisos, abedules, pinos y nogales que dan también sombra al caminante.

Con tan poco espacio, la vía verde y la cristalina corriente del río se emparejan hasta alcanzar la estación de Errotabarri o El Tope (km 5), en cuyas inmediaciones se sitúan los restos de los hornos de calcinación y un pequeño poblado minero. La antigua estación fue levantada de sus ruinas y ahora es un área de recreo con aseos, mesas de pícnic y una fuente.

Los más curiosos pueden alargar la excursión a pie por la pista forestal que, adentrándose aún más en el barranco del río Arrazola que permite alcanzar medio kilómetro más arriba las minas de las que se extrajeron hasta 1920 hierro y cobre.

Ayúdanos a crecer en cultura difundiendo esta idea.

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