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Durango
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‘Mirugain’, un paseo con el durangués Tony Alonso

Tony Alonso

POR Tony Alonso

Hoy te propongo una excursión muy sencilla sin mayores pretensiones. Un pequeño paseo por un bosque de hayas trasmochas y pinos que no tiene ninguna dificultad siendo apta para todas las edades. Como siempre, aconsejo llevar ropa cómoda y calzado apropiado para el monte, agua -no hay fuentes por el camino- y un tentempié para picotear en la cima.

Bajando por la carretera desde Urkiola a Legutio (BI-623), al poco de pasar Otxandio, justo tras atravesar el primer puente del embalse de Urrunaga, podremos dejar el coche en una explanada desde donde empezamos la excursión. (Coordenadas N 43º01’45 – W 2º39’05)

Dejando de espaldas el embalse, lo primero que encontramos es una valla y un paso canadiense. Es una pista forestal que se va bifurcando a medida que avanzamos, pero siempre iremos por la parte más baja hasta el cruce que indica la subida al Mirugain hacia la derecha y a Iñola a la izquierda. Podríamos subir al Mirugain directamente desde este cruce, pero vamos a seguir las marcas blancas y amarillas del PR-BI-50 hacia Iñola otros 700 metros hasta una campa donde la señal del Mirugain aparece marcada con las franjas rojas y blancas del GR-38: la ruta del pescado y el vino.

La subida desde aquí, de poco más de un kilometro, tiene algunos repechos interesantes, pero se compensan con las hermosas vistas del Anboto y del Oriol vistos desde su cara sur… así como Otxandio, Oleta…

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Al final de la pendiente, un cruce de caminos nos indica la proximidad del buzón del Mirugain. En esta zona aún se pueden distinguir las trincheras utilizadas durante la Guerra Civil en el frente vasco.

Estamos en el límite entre Bizkaia y Araba y durante la bajada nos iremos encontrando con las distintas mugas que separan ambos territorios. Para eso iremos por el camino del Este que, poco a poco, entre trincheras y hayas, nos llevará a nuestro punto de partida.

En total, el recorrido circular no tiene más de 4 kilómetros y merece la pena hacerlo con ritmo de paseo. Eso nos permitirá disfrutar del paisaje sin prisas y sin agobios en una ruta muy poco transitada.

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