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Unai Arrinda ‘Makal’ completa un Everesting en Iparralde: ocho puertos y 9.300 metros de desnivel en un día

Con la ilusión por bandera, Unai Arrinda Makal (1971) ha protagonizado lo que se denomina un Everesting, es decir, se trata de subir en bici el equivalente a la montaña más alta del mundo, el monte Everest, de 8.848 metros. El reto personal, de forma más detallada, consiste en buscar un circuito en el que ir acumulando los casi 9.000 de desnivel de la mole del Himalaya. Y el exciclista de Abadiño lo logró el pasado 9 de julio en la zona de Donibane Garazi, Iparralde completando «ocho puertos duros de cojones» -califica- seguidos. 

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Todo ello en 19 horas sobre la bici y una y cuarto parado para comer en Aret. En total pedaleó 305 kilómetros con 9.300 metros de desnivel. Todo ello con 130 kilómetros de subida con una media de desnivel del 7%.  Los ocho puertos fueron: Elhursaro, Bellurtin-Arnostegi, Artaburu, Larrau, La Pierre St. Martin, Issarbe, Bagargi y Arnostegi por Artaburu. «Quizá esta sea la parte más dura de Pirineos y Alpes. Hay quien hace Everasting subiendo tantas veces sean necesarias un puerto, pero a mí me llamaba más esto en una zona muy poco conocida», valora y va más allá: «Arnostegi es el gran desconocido, con 6 vertientes. Dos son duras, otras dos durísimas y las dos restantes demenciales. No sé por qué no se conoce más».

Aquel lunes se subió a la bici con una pequeña cesta llena de comida. Eran las cinco y media de la mañana. «La cesta me desequilibraba un poco la bici en los primeros puertos, pero hay que llevar comida, mucha…», sonríe. Makal ya ha subido puertos en los Dolomitas, Austria o Suiza, pero «no sé si hay tanto junto en aquellos sitios como en la zona de Donibane Garazi. Me atrevo a decir que no», agrega este mecánico de bicicletas.

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Último repecho de Larrau.

· Segunda parte · Arrinda asegura que sufrió menos la segunda parte que la primera del reto. «No sé si el cuerpo llega un momento en el que se anestesia o que comencé con puertos tan duros que luego iba mejor. Andaba todo el tiempo con desniveles entre el 7 y 10%, demoledores».

Makal no sabe si repetir algún día esta gesta. «No sé si volveré a hacer otro, pero con uno me ha bastado. Lo he hecho sin más, sin ningún objetivo, con mi bici normalita y con lo que la experiencia me ha ido aportando en los últimos años. Yo no busco competición, ni es máster como me animan ni en carreras cicloturistas. Yo ya luché en juveniles y aficionados. Ahora, veo a la gente, por ejemplo, muy equivocada con las bicis y materiales que llevan. Parece que salen a lucir. Y caen en errores que les pueden joder las cervicales o lumbares… Lo mío es otro concepto. El que me ha dado la experiencia».

 

 

 

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