VIAJAR CON ASIER JORGE · Etiopía en bicicleta
Asier Jorge
· El aventurero durangués Asier Jorge está viajando ahora por África él solo en bicicleta
Etiopía es un país curioso e interesante por todas las peculiaridades que tiene. Al ser el único estado de África que nunca ha sido colonizado por los europeos, solo en la Segunda Guerra Mundial estuvo cerca de caer a manos del fascismo italiano, ha hecho que conserve detalles culturales que yo no he visto en ningún otro lugar del mundo.
A continuación comento algunas curiosidades:
- Llamada durante mucho tiempo Abisinia, fueron los griegos los primeros en llamarla “Aithiopiaa”, que significa algo así como el país de los rostros quemados.
- En este país se hablan unos 80 idiomas de los 1000 estimados que se hablan en el continente. El idioma oficial que une al país es el amhárico, que como peculiaridad tiene un alfabeto diferente al nuestro.
- El horario que utilizan es diferente al internacional, para ellos las 12 de la noche son lo que para nosotros las 6 am. Viven con el calendario copto o alejandrino que tiene entre 7 y 8 años de diferencia respecto al nuestro. Si no me equivoco, están en el año 2011 y el día del año nuevo es el 11 de septiembre.
- Es cristiana desde los comienzos de esta religión aunque son mayoritariamente ortodoxos. Tienen rasgos que los diferencian con los coptos egipcios y otros países ortodoxos, lo que lo convierten en una rama más dentro del cristianismo ortodoxo. Lo que me ha llamó la atención, es que a altas horas de la madrugada en algunas ciudades se escuchan cánticos o rezos que provienen de las iglesias ortodoxas.
- Otra de las peculiaridades es su cultura gastronómica, aquí me parece mucho más sano comer que por ejemplo en Sudán o Egipto, los zumos son 100% naturales, casi siempre sin agua o casi sin agua añadida y por supuesto sin azúcar. Tienen como una especie de Ramadán, dura dos meses al año y consiste en no ingerir ningún alimento de origen animal, también todos los miércoles y los viernes, coincidiendo con el día que Judas traicionó a Jesucristo y el día de su crucifixión. Igual que los musulmanes, tienen prohibido comer cerdo y el “pan tradicional” es la enjera, una especie de torta que la verdad que no me hace mucha gracia.
- El árbol del café tiene su origen en este país, la preparación tradicional es rol de la mujer y me parece un auténtico arte. Lo tuestan mientras queman incienso. Una vez tostado, a veces viene la chica y te restriega el aroma. Después lo muelen a mano y te preparan la taza de café.
El itinerario que he hecho es de alrededor de 2500 kilómetros, de los cuales unos 150 han sido sin asfaltar. Desde Metema (frontera con Sudán) hasta Omorate (frontera con Kenia). Los puntos importantes han sido Gondar, Debark y el Parque Nacional Simien, Axum, Mekele y la depresión de Danakil, Mille y el estado de Afar, los lagos del valle del Rift, Arba Minch y el valle de Omo.
Desde Awasa hasta Omorate el trayecto es aproximado, ya que Google Maps no está actualizado con las últimas carreteras que me he encontrado en esta zona.
A unos 100 kilómetros de Metema se comienza la ascensión a las tierras altas del país. Si uno viene desde Sudán solo piensa en llegar a ellas y empezar a disfrutar del aire acondicionado de sus montañas, el clima en ellas es realmente extraordinario.
Respeto a la gente del país es casi un continuo altibajo, te puedes encontrar gente realmente buena e interesante y gente que realmente no vale ni medio céntimo, así continuamente. Aunque me he encontrado lugares donde predomina la buena gente y otros donde predomina la gente interesada. Si mejorara este punto el país sería una auténtica joya.
La entrada al país fue un shock en ese aspecto, Sudán es un auténtico paraíso para el viajero respecto a la gente. Nada más cruzar la frontera empiezas a sentir un gran cambio, las caras de la gente están muy lejos de las de su país vecino. Cada persona que se me acercó en el trayecto hasta Gondar, solo buscaba dinero y lo quería conseguir casi de cualquier manera.
Pero para los ciclistas lo peor de Etiopía son los niños, también va por zonas pero son mundialmente famosos por sus lanzamientos de piedras y acoso en las continuas subidas que hay. Es el mayor problema que he visto en el país.
Respecto al tráfico, desde Metema hasta Adigrat puedo decir que la carretera fue mía, no había apenas tráfico. De Adigrat hasta Mekele el tráfico fue más que llevadero. Cuando dejé las tierras altas para dirigirme a Mille incrementó bastante el tráfico pesado, que, desde Mille hasta Adama en ocasiones fue bastante agobiante.
El mayor puerto marítimo que utiliza hoy en día Etiopía es Djibuti, por eso hay tanto tráfico pesado en esa zona. Ya a partir de Adama fue bastante más llevadero y desde Arba Minch hasta Omorate casi inexistente.
Tenía muchas ganas de llegar a Gondar, no solo para disfrutar de su aire acondicionado, también para tener unos días de descanso. Llevaba más de 2000 kilómetros en menos de un mes, con temperaturas máximas a partir de 40º casi todos los días. La ciudad es perfecta para ello. Tranquila, bonita, con todos los servicios y con temperaturas máximas entre 27 y 30º.
Aunque tiene algunos atractivos turísticos como por ejemplo su castillo Fasil Ghebbi, que fue la morada de los emperadores de Etiopía en los siglos XVII y XVIII, no los visité porque no quería emplear mi presupuesto en estas visitas.
Después reanudé la marcha hasta Debark, un duro día de trayecto en el que me agotó por completo. Este es el lugar idóneo para organizar por tu cuenta el trekking al parque nacional Simien.
Este parque nacional es Patrimonio de la Humanidad debido a sus paisajes espectaculares, con precipicios que alcanzan los 1500 metros de altitud, picos de más de 4000 msnm, con animales como el ibex walia (una cabra montesa que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo), el lobo etíope y el babuino gelada. Un lugar digno de ser explorado.
Tuve suerte de encontrar a otros 4 viajeros independientes, perfecto para compartir gastos y experiencias.
Decidimos hacer uno de 4 días, aunque una chica sólo podía estar 3 días. Era obligatorio un trasporte privado para entrar y salir del parque nacional y por lo menos un escolta (se podía ir sin guía). Contratamos el transporte para que nos acercara al campamento Sankaber y allí contratamos a una persona y una mula para llevarnos lo más pesado.
El primer día íbamos hasta el campamento Geech. Empezábamos a unos 3200 msnm y terminábamos más o menos a unos 3600 metros de altitud.
El segundo día fue duro pero realmente espectacular, pasamos por numerosos miradores e hicimos cumbre en el Imet Gogo de 3947 msnm. Después descendimos hasta el campamento de Chennek a unos 3600 msnm.
El tercer día era para hacer cumbre en el Ras Bwahit, de 4430 msnm. Los paisajes eran preciosos pero no eran tan espectaculares como el día anterior.
Lo que si nos sorprendió fue la naturaleza en la bajada con la presencia de la fauna salvaje, al principio con los ibex walia, eran 4 y a veces estaban peleando junto a nosotros, algo realmente espectacular. Seguimos descendiendo y vimos otra manada de unos 9, con varias crías, también peleando.
Y en el campamento una manada de babuinos gelada, a la cual nos pudimos acercar casi hasta tocarlos, fue la guinda del pastel.
El cuarto día era exclusivo para la vuelta, según las normas del parque, el transporte público está terminantemente prohibido para los extranjeros. El transporte privado es muy caro y era engorroso organizarlo desde Chennek, por lo que optamos en bajar en transporte público. Son camiones que van recogiendo gente por el camino, lo que teníamos que hacer es escondernos en la cuba del camión, sobre todo cuando pasábamos por la entrada del parque. No tuvimos ningún problema.
Tras ello, me esperaban 3 días de trayecto hasta mi siguiente parada, Axum.
El camino hasta ella es casi una continua subida y bajada de puertos, en los que atraviesas un montón de campos de refugiados eritreos.
En ese país hay una dictadura militar y mucha gente ha cruzado la frontera. Anteriormente Eritrea llegó a formar parte de Etiopía, se independizaron en 1993 y por lo que veo Etiopía les ha acogido bien, creo que ayuda que muchos de ellos sean de la misma etnia e incluso hablen el mismo idioma.
Axum es la capital espiritual del país. Según la leyenda, es el lugar donde se encuentra el Arca de la Alianza con la tabla de los 10 Mandamientos que Dios dio a Abraham en el monte Sinaí. Según me dijo un local, el Arca está situada en una iglesia y sólo un monje tiene acceso a el. Tu no te puedes acercar a menos de unos cuantos metros de la iglesia.
También fue capital de un imperio, allá por el 350 d. C. Hay restos arqueológicos de tumbas de antiguos reyes, algunas de ellas siguen siendo excavadas hoy en día.
Axum es un lugar muy bueno para relajarse y descansar. Pasear por la zona histórica me pareció un auténtico placer, por el “peregrinaje” religioso y por los pájaros preciosos que hay en esta zona.
El siguiente trayecto era de otros 3 días hasta Mekele, pasando por Adigrat. Es más largo pero lo hice por recomendación de un motero, realmente se pasan por lugares muy bonitos.
Mekele era un lugar importante para mi porque era mi base para ir a la depresión de Danakil. No se puede ir en bicicleta por lo que tienes que coger un tour.
La depresión de Danakil está situada en el estado de Afar a unos 120 metros de altitud por debajo del mar. Anteriormente perteneció al mar Rojo y se sabe que en un futuro volverá a pertenecer a el.
Se conoce con el sobrenombre de infierno en la tierra ya que es el lugar con la temperatura media más cálida del planeta, en verano pueden llegar a alcanzarse los 60º de temperatura máxima. Es una zona con gran actividad volcánica y es por donde se está rompiendo África, Somalia es la futura Madagascar.
Un lugar tremendamente interesante y realmente precioso.
En el tour de 3 días consiste en visitar Dalol, unas minas de sal, el volcán Erta Ale, un lago salado y unas aguas termales. Imprescindible 4×4.
Dalol es una zona con actividad térmica y con reacciones químicas que hacen que el paisaje adquiera unos colores realmente preciosos.
En las minas de sal de este lugar se trabaja exactamente igual que cuando se inició la actividad hace unos 1000 años. Sus trabajadores son refugiados eritreos y está es la única forma de poder ganarse la vida, cobran unos 6 -7 € al día por trabajar de sol a sol. Hacen una parada obligatoria de 2 meses en verano por el exceso de calor. La sal es llevada a Mekele en caravanas de camellos que tardan alrededor de una semana en llegar. Aunque el mismo guía no se lo creía, según el, la sal en este lugar tiene un kilómetro de espesor.
Lo que para mi era la joya de la corona era el volcán Erta Ale, en su cráter hay un lago de lava permanente y verlo, era uno de mis grandes objetivos. Sufro una especial atracción hacia los volcanes, he estado en muchos pero nunca había visto la lava, aquí tenía una oportunidad de oro para poder cumplir este sueño que duraba ya mucho tiempo.
Después tocaba la vuelta para Mekele parando en el lago Afrera, un lago salado junto a unas aguas termales perfectas para pegarse un baño y relajarse después de tantos kilómetros en coche.
De vuelta a Mekele me puse a mirar el mapa y por sorpresa vi que en el estado de Afar, cerca de la población de Mille, estaba el lugar donde en los años 70 encontraron los restos de Lucy, la Australophitecus Afarensis (simio sureño de Afar) que obligó a reescribir la teoría de la evolución humana. Su esqueleto era el más completo y antiguo descubierto hasta ese entonces, por ello Etiopía reclamó ser considerada la cuna de la humanidad. Aunque descubrimientos posteriores ponen entredicho ese reclamo y sugieren que Lucy forme parte de una línea evolutiva paralela a la humana.
Sea como fuere, tenía un gran interés en descubrir y sentir las tierras de nuestros ancestros más lejanos. Para ello, necesitaba 3 días para llegar a Mille y por el camino dejaba las tierras altas para volver a los calores del desierto.
Tras varias informaciones contradictorias, el yacimiento no se encontraba donde me indicaba el mapa, estaba más lejos y el acceso no era ni claro ni bueno, tanto, que al final no pude encontrarlo. Tiré dirección sur hasta Awash.
Si circulas por esta carretera, desde Chifra hasta Awash atraviesas 3 parques nacionales, por lo que las opciones de ver vida salvaje son bastante altas. He tenido la suerte de ver muchos ciervos pequeños, babuinos, infinidad de aves (de todos los colores, algunas parecía como si las hubiese pintado un niño), y avestruces.
También había animales potencialmente peligrosos. Atropellados en la carretera he llegado a ver… yo juraría que era un oso hormiguero, serpientes y lo que parecía una hiena.
A parte la gente local de esta zona, en la aldeas suelen ir vestidas de forma tradicional y se ven cosas realmente interesantes, me encantan sus rasgos y sus miradas profundas y penetrantes.
El paisaje sufría cambios bruscos. A veces cambiaba rápidamente de rocoso y desértico a tener bastante maleza y vegetación.
De allí hasta Adama se va ganando altura poco a poco y se va dejando atrás los grandes calores. A partir de este lugar fui parando en los pueblos y ciudades y me quedaba uno o varios días extra, en todos menos Shashamane. Tenía que hacer tiempo para que pase la estación de lluvias en Kenia.
Los días extra en Awash, Metahara y Adama no fueron nada del otro mundo. En Ziway, en el lago Langano y Hawassa en cambio, si estuvo muy bien por la cantidad de aves que se pueden ver cerca de los lagos, realmente merece la pena pasar varias horas andando por los alrededores.
o que realmente me defraudó fue Shashamane. Aquí hay una comunidad rastafari y profundizar en ella era mi objetivo.
Es muy interesante la creación de este movimiento y de esta comunidad:
«Mirad a África cuando un rey negro sea coronado, porque esa es señal de que el día de la liberación está cerca», estas fueron las palabras de un predicador jamaicano allá por el año 1920.
En el año 1930 el etíope Ras (príncipe) Tafari Makonen, más conocido como Haile Selassie, asciende al trono de Etiopía.
Para ellos Yahvé se reencarnó en Jesucristo y después en Haile Selassie, por ello se convirtió en su deidad y Etiopía en la tierra prometida en la que tenían que volver los antiguos esclavos negros.
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Haile les donó algo de tierra en Shashamane por la ayuda y sacrificio que hicieron durante la guerra. Llegaron a venir rastafaris de varios lugares del mundo, pero sobre todo de Jamaica.
Estaba avisado por varias personas de que no me hiciera muchas ilusiones de este lugar y que sobre todo, no me fiara de nadie. Pero uno siempre tiene la esperanza de encontrar alguien decente.
Cuando llegué al lugar todo el mundo quería hacerse amigo mío y enseñarme la comunidad, al de poco empezaban a reclamarme dinero por ello. Rápidamente te das cuenta que tienes que pagar por la “amistad”.
Tras varios problemas con la gente del lugar, quise sacar varias fotos y compartirlas para recomendar a todo el mundo que no venga aquí. La gente que vi en la comunidad era en general realmente repugnante.
Tras el mal sabor de boca de Shashamane que sumado a los lanzamientos de piedras desde Adama por parte de niños y adolescentes, necesitaba un buen lugar para volver a restablecer la confianza en este país, afortunadamente Hawassa en un lugar mucho más bonito y mucho mejor de lo que esperaba. Aquí he encontrado a muy buena gente, tanto local como a viajeros.
Es una ciudad que también tiene un lago en el que se pueden ver muchas especies de aves. El paseo por el lago es relajante y realmente precioso, por ello me quedé más de una semana en esta ciudad.
El siguiente trayecto era hasta Arba Minch, teóricamente lo iba a hacer en dos días pero empecé tarde y una diarrea de las buenas retrasó mi llegada a la ciudad. Desde Konso hasta Arba Minch el paisaje es realmente precioso.
En los lagos que hay cerca de Arba Minch están infestados de cocodrilos, incluso hay un lugar llamado cocodrile market en los que me dijeron que me iba a cansar de verlos. Fui en bicicleta pero por circunstancias no pude llegar a el.
Varios días antes de llegar, un predicador que estaba haciendo un acto religioso cerca del lago fue devorado por un cocodrilo, hay que andar con cuidado por aquí, sobre todo cerca de los lagos.
Mi última zona en Etiopía era el valle de Omo, es un lugar al que le tenía muchas ganas por las etnias que hay por aquí. Suelen ser bastante fácil de reconocerlas porque utilizan diferentes formas de vestir y de pintarse, lo más interesante es que su forma de vida ha variado muy poco a pesar de la llegada, a veces masiva y bajo mi punto de vista irresponsable, de turistas a este lugar remoto. Incluso siguen conservando sus antiguas creencias espirituales animistas, algo que he visto en pocos lugares.
El gobierno etíope respeta estas culturas, tanto que las leyes del país apenas penetran en ellas. Tienen sus propias leyes y cuando tienen algún problema no van a la policía, lo arreglan dentro de la comunidad.
Como disponía de tiempo, para mi la forma más responsable y natural de verles es esperando a los días de mercado, ya que si vas a sus poblados es todo muy artificial y hay que pasar por caja para cualquier cosa, ese dinero muchas veces lo gastan en alcohol, es bastante habitual ver gente con problemas con la bebida por estos lugares. Estuve en los mercados de Alduva, Turmi (jueves y lunes) y el de Omorate y la etnia que más pude ver fue Hamer, aunque también vi a los Dasenech y por lo menos a otras dos que no recuerdo el nombre.
Las etnias llegan a los mercados andando desde sus poblaciones, en el de Turmi, que es una zona Hamer, hay etnias que andan 65 kilómetros para llegar a el. Según me dijeron, a pesar de pertenecer a otras etnias, los Hamer los acogen bien en sus poblados para ayudarles a llegar al mercado.
Pero no todas las etnias se llevan bien, sobre todo cuando empieza haber falta de agua. Cuando eso sucede, sobre todo en Omorate y alrededores, llegan incluso a dispararse entre ellas provocando a veces matanzas.
Etiopía es un país muy interesante a pesar que a veces el trato con la gente puede llegar a ser difícil, merece la pena conocer y profundizar en él.
Cruzando la remota frontera del lago Turkana hacia Kenia, mi última foto de Etiopía.