El durangués Iban Torres gana en Madrid la medalla de bronce de España de lanzamiento de saquitos de 300 gramos
I. Gorriti
· Por si fuera poco, también quedó cuarto en lanzamiento de altura en el Campeonato de España de Atletismo Adaptado
Iban Torres ha vuelto a colgarse orgulloso una medalla en el Campeonato de España de Atletismo Adaptado. El durangués se ha proclamado este sábado tercero mejor del Estado en la prueba de de distancia de lanzamiento de saquitos de 300 gramos. El famoso joven de 37 años con parálisis cerebral, es además, campeón de Euskadi de esta misma modalidad y primero en lanzamiento de altura.
El año pasado fue campeón de España. «Estoy muy contento con el bronce. En comparación con el año pasado he entrenado igual, no he bajado en intensidad, pero entiendo que mi actitud no ha sido la misma», valora a Mugalari el miembro del club Dordoka de Donostia.
Torres agradece la ayuda prestada por sus compañeros y dedica la medalla a Xabi Sagarna, responsable del club guipuzcoano al que pertenece, y «a mi entrenadora Amaia, mi familia y compañeros del club», enfatiza este trabajador del centro de Aspace en Bergara. «En mi trabajo hago cestos de mimbre y otras tareas como atender el teléfono. Se hace lo que se puede», sonríe.
Sobre la experiencia no puede mostrarse más positivo. «La experiencia es muy muy buena. Haces nuevos amigos, ves a gente que no ves de otra forma, compites con personas que por ejemplo tienen piernas ortopédicas. Ver a personas así que pueden competir me llena de alegría. Que puedan hacerlo me parece maravilloso», les aplaude.
· Cuarto en altura · El durangués compitió por la mañana del sábado en distancia y quedó tercero de España y, por la tarde, en lanzamiento de altura. «Quedé el cuarto, pero no pasa nada», muestra su humildad positiva.
El año pasado, en este mismo periódico ya publicamos sus impresiones al quedar, entonces, campeón de España: “Mi deporte se conoce muy poco. Yo lo daría más a conocer. Ayudas sí hay, pero no hay gente para competir. La gente debería conocerlo un poco más”, anima este componente del Club Deportivo Dordoka de Donostia que debe desplazarse a entrenar a Bergara.
“No hay para entrenar en Durango. Lo interesante sería que hubiera aquí un club de atletismo adaptado y así habría más modalidades de deportes y podría entrenar aquí, como el de Javier Conde hace en Barakaldo”, propone quien fue segundo de España en el certamen celebrado en Burgos capital los días 23, 24 y 25 de mayo en la categoría BC1, es decir, para personas discapacitadas con sillas de ruedas eléctricas.
“A mí me hubiera gustado vivir como la mayoría de vosotros”
Mugalari
“En mi modalidad, tienes tres intentos de lanzamiento y te ponen una marca que debes pasar. Yo este año he quedado segundo de España lanzando a siete metros de distancia el saquito de 300 gramos. Los lanzamos de espaldas hacia atrás”, detalla con precisión y con respuestas instantáneas. “Quiero dedicar el triunfo a mi familia y mis entrenadores Elena Etxebarria y Xabi Sagarna”, enfatiza quien se emociona al hablar de su parálisis cerebral y, a su vez, emociona a quien le escucha. “Yo nací con esta discapacidad. Como yo no salía, la matrona se puso encima de mi madre… Yo nunca he sabido cómo se vive de otra forma y me dicen que al menos he sido así siempre, puede ser cierto, pero a mí también me hubiera gustado vivir como vivís la mayoría y no así”, se emociona aún más este miembro de la Asociación de familias con necesidades especiales Geu Be.
Este campeón, de quien Durango debe estar orgulloso, reivindica además que los bares y comercios cumplan con Ley general de derechos de las personas con discapacidad. “Hay bares y comercios que se están rehabilitando y no cumplen la ley para que podamos entrar sin problemas y hay poco bares -como el Landako Taberna- que tienen una barra a nuestra altura, lo que se agradece. No quiero que a nadie le siente mal, ni a la gente ni a los de mi club, pero se debería hacer más por los discapacitados. En ocasiones tengo que salir de un bar e ir a orinar donde pueda… Eso es injusto, como también lo es que los coches aparquen sobre las aceras, como me pasa siempre en la feria del libro y disco de Durango. ¡Es una pasada!”.