CARTA · ‘La ‘Papelera’, su caldera y sus malos olores’, por Rafael Hidalgo
CARTA · Rafael Hidalgo Segurola
Se han cumplido tres meses desde que la viceconsejera de Medio Ambiente del Gobierno Vasco se desplazó de la capital para obsequiarnos con un monólogo -a su juicio explicativo- acerca de la calamitosa situación que estaba sufriendo la zona del Duranguesado como consecuencia del pestilente olor del aire procedente del oeste de Durango.
Informó la viceconsejera que como resultado del trabajo de investigación que había realizado un grupo de técnicos del Gobierno, se había llegado a la conclusión de que esos malos olores tenían su origen en la llamada ‘Papelera’ de Iurreta, perteneciente a la empresa sueca Smurfitt para ser exactos.
Item más. También averiguaron los citados técnicos que el problema era consecuencia directa de que la caldera que quemaba los restos procedentes del proceso de fabricación estaba en malas condiciones.
Estos antecedentes merecen algún comentario. Primero el de felicitar a los técnicos que vinieron a confirmar lo que la sabiduría popular sabía desde hace un montón de años, que no era otra cosa que esos malos olores se daban siempre que el viento dominante fuera el llamado gallego y que habitualmente viene acompañado de lluvia, o lo que es lo mismo: blanco y en botella. Pero bueno. Bien está que el saber del pueblo se vea confirmado por especialistas titulados.
Finalmente decir que si la caldera nueva está ya instalada, cuestión que según la Vice debería haberlo sido en el mes de febrero, ha perdido una magnífica ocasión de informarnos del hecho ya que nos lo debía, de la misma manera que debería haber salido a la palestra en caso contrario. Por lo que veo, otra vez será. O no.
A todo esto, los dirigentes de la Papelera han seguido practicando -como habitualmente suelen- un mutismo culposo que visto lo visto no lo remedia ni el mismísimo San Felicísimo.
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