HOMENAJE AL MÉDICO DURANGUÉS JAVI PRIETO · «Que la vida te devuelva la generosidad que has tenido»
HOMENAJE AL MÉDICO DURANGUÉS JAVI PRIETO · «Que la vida te devuelva la generosidad que has tenido»
Texto: Iban G. & Ainhoa M.
Fotos: Julen Zamalloa
· El galeno que cumplirá el martes 66 años se jubila tras 26 años de entrega en la villa, así como ocho anteriores en Errigoiti
«Que la vida te devuelva la generosidad que has tenido», le manuscribía a modo de saludo una paciente del médico de familia Javi Prieto ayer en su despedida del centro de salud Landako de Durango por jubilación. Fue el primer homenaje de este tipo que se recuerde en la villa.
El protagonista aquel joven que llegó a Durango hace más de dos décadas a ocupar la plaza del recordado galeno Ricardo Mar. Llegaba entonces de Errigoiti (Busturia) donde también fue querido como pocos. Su humanidad y el trato tan cercano le han hecho dejar huella allí por donde ha pasado y, sin quererlo, ejemplo. Eran muchas las veces en que el doctor preocupado por sus pacientes de caseríos bajaba a Gernika-Lumo a comprarles personalmente sus medicinas.
· Durangués encartado · Prieto es originario de Albacete y estudió Medicina en la UPV en Leioa. Se siente sobre todo de Karrantza -y de Durango-, donde más tiempo vivió. Cuando se licenció vivió una época en la que había mucho paro médico. Por ello, se puso a vender seguros e, incluso, hizo las pruebas para ser bombero. Sin embargo, su tesón le llevó a ponerse a estudiar oposiciones para médico de pueblo. Dos meses antes del examen dejó los estudios por una causa mayor. Su padre enfermó y apartó libros y se dedicó a él.
No obstante, cuando sesenta días después llegó el examen decidió ir a presentarse, sin nervio alguno, para conocer cómo era, sin ningún otro objetivo. «No lo he hecho tan mal…», le confesó a su mujer, Marlene Aranguren. Y Javi… sacó la plaza. Y desde entonces fue un médico que ante sus pacientes se ha preocupado de sanar «las enfermedades del cuerpo, pero también las del alma», le reconoce su esposa, matrimonio que tiene dos hijos Alain y Marta.
Ayer, familiares, amigos, compañeros de trabajo, la comunidad cristiana… le dedicó diferentes homenajes. «Ha sido muy emotivo. La gente ha estado muy cariñosa. Ha habido muchas lágrimas de alegría por él y de tristeza porque se va», analizaba Marlene tras los 26 años de entrega en la villa. Se retira con 66 y con jornadas de trabajo de 13 horas.
La primera emotiva despedida se celebró a las tres de la tarde en el centro de salud Landako donde pasaba consulta. Sonó un Agur Jaunak, y le esperaban sus pacientes, cuadrilla, amigos, compañero… al son del txistu en el patio central del inmueble alrededor del olivo. Querían agradecer la atención y cuidados de tantos años. Fueron incontables gestos de cariño y de agradecimiento.
Tras el aurresku, le hicieron entrega de un ramo de rosas blancas y cantaron juntos un bertso que se repartió junto a una foto de Prieto en la que se leía Eskerrik asko. Finalizó el bonito encuentro un zorionak zuri.
De allí, caminaron hasta el salón de actos del Hogar de Personas Mayores de Astarloa kalea. Dos pacientes, en nombre de los demás, le agradecieron toda su labor y otros dos -uno joven y otra más mayor- le entregaron dos placas. A continuación hubo más cantos y unas palabras de agradecimiento de parte de Javi.
Y la cosa no quedó ahí. Prieto es una persona muy religiosa y pertenece a un grupo de oración. Por ello, le prepararon una misa sorpresa en la capilla de Santa María de Uribarri que ofició su amigo Iñaki Loinaz. Y la celebración continuó y aún hay a la espera un menú con sus compañeros de Osakidetza en diciembre.
Hoy, el exmédico de familia ha despertado como si Olentzero hubiera adelantado su visita, en un hogar repleto de regalos, merecidos. El próximo martes, 28 de noviembre, su acta bautismal corrobora que cumplirá 66 años. Zorionak!
HOMENAJE AL MÉDICO DURANGUÉS JAVI PRIETO · «Que la vida te devuelva la generosidad que has tenido»
