Las reivindicaciones a tener en cuenta de un subcampeón de España, el durangués Iván Torres
I. Gorriti
Hay deportes que la ciudadanía casi desconoce y por ello quedan relegados, injustamente, a un segundo o último plano. Un ejemplo es el lanzamiento de saquitos que practican deportistas de la talla de Iván Torres, joven con parálisis cerebral. A sus 36 años, el de Durango es el actual subcampeón de España de la modalidad de atletismo adaptado, así como el campeón de Euskadi.
El pasado mayo logró ambas medallas, aunque han pasado desapercibidas en los medios de comunicación: la de oro vasca y la de plata estatal. El año pasado, fue campeón de España. Mugalari ha querido celebrar su logro con él. «Mi deporte se conoce muy poco. Yo lo daría más a conocer. Ayudas sí hay, pero no hay gente para competir. La gente debería conocerlo un poco más», anima este componente del Club Deportivo Dordoka de Donostia que debe desplazarse a entrenar a Bergara. «No hay para entrenar en Durango. Lo interesante sería que hubiera aquí un club de atletismo adaptado y así habría más modalidades de deportes y podría entrenar aquí, como el de Javier Conde hace en Barakaldo», propone quien fue segundo de España en el certamen celebrado en Burgos capital los días 23, 24 y 25 de mayo en la categoría BC1, es decir, para personas discapacitadas con sillas de ruedas eléctricas.
«A mí me hubiera gustado vivir como la mayoría de vosotros»
Mugalari
«En mi modalidad, tienes tres intentos de lanzamiento y te ponen una marca que debes pasar. Yo este año he quedado segundo de España lanzando a siete metros de distancia el saquito de 300 gramos. Los lanzamos de espaldas hacia atrás», detalla con precisión y con respuestas instantáneas. «Quiero dedicar el triunfo a mi familia y mis entrenadores Elena Etxebarria y Xabi Sagarna», enfatiza quien se emociona al hablar de su parálisis cerebral y, a su vez, emociona a quien le escucha. «Yo nací con esta discapacidad. Como yo no salía, la matrona se puso encima de mi madre… Yo nunca he sabido cómo se vive de otra forma y me dicen que al menos he sido así siempre, puede ser cierto, pero a mí también me hubiera gustado vivir como vivís la mayoría y no así», se emociona aún más este miembro de la Asociación de familias con necesidades especiales Geu Be.
Este campeón, de quien Durango debe estar orgulloso, reivindica además que los bares y comercios cumplan con Ley general de derechos de las personas con discapacidad. «Hay bares y comercios que se están rehabilitando y no cumplen la ley para que podamos entrar sin problemas y hay poco bares -como el Landako Taberna- que tienen una barra a nuestra altura, lo que se agradece. No quiero que a nadie le siente mal, ni a la gente ni a los de mi club, pero se debería hacer más por los discapacitados. En ocasiones tengo que salir de un bar e ir a orinar donde pueda… Eso es injusto, como también lo es que los coches aparquen sobre las aceras, como me pasa siempre en la feria del libro y disco de Durango. ¡Es una pasada!».