ALFONSO TORREGROSA: «‘Último tren a Treblinka’ es una experiencia intensa, dolorosa y gratificante»
I. Gorriti
· Torregrosa y el también durangués Eneko Sagardoy forman parte del elenco de este montaje que se pondrá en escena el sábado en San Agustín Kultur Gunea a las ocho de la tarde
Alfonso Torregrosa celebrará el sábado de alguna forma sus impensables 40 años como actor. Llega a San Agustin Kultur Gunea, a su Durango vital con la compañía Vaivén Producciones y la obra Último tren a Treblinka. Hablando de ‘compañía’, el vizcaino asentado en un pueblo rural de Soria tendrá a su lado a otro talento de la villa vizcaina, Eneko Sagardoy.
Alfonso Torregrosa.
La función pone rumbo a nuestras mentes sentido a Polonia y a aquel miércoles 5 de agosto de 1.942 en Varsovia. Pasamos el umbral de un orfanato con 200 niños y niñas judíos, liderado por el Doctor y pedagogo Kòrczak, quien junto con su inseparable colaboradora Stefania Wilczynska formó allí una verdadera república infantil. Trabajando mano a mano con los niños creó una Constitución con sus leyes, reglamentos, y también un Código Penal.
· Público · Quien acuda a San Agustín se alojará no en su butaca como es lo cotidiano -solo algunos-, sino en el orfanato, en sus camas-literas y mesas. Habitarán el último día del albergue infantil, siendo así participes directos de su organización interna, rutina diaria, sus relaciones, su búsqueda infatigable de sustento, sus miedos y alegrías…
El público será testigo de uno de sus juicios y del momento en el que reciben la más cruel de las noticias: deben abandonar inmediatamente el orfanato y dirigirse al tren que les conducirá a las cámaras de gas construidas en el campo de exterminio de Treblinka, donde los nazis habían exterminado ya a centenares de miles de seres humanos.
Alfonso Torregrosa es Janusz Korczak. «Un hombre como el que ha habido pocos», enfatiza el durangués. A su juicio quien acuda a ver la obra, «vivirá una experiencia intensa, dolorosa al mismo tiempo que gratificante».
Eneko Sagardoy
A su lado se podrá seguir la actuación de Eneko Sagardoy. «Aun 40 años después todos tenemos parte de promesa, pero Eneko tiene más tiempo para demostrarlo», sonríe y continúa: «Es un fuera de serie. Tiene un saber estar, sensatez no habitual es jóvenes de su edad y mira que me he cruzado con muchos. Yo no he visto en ellos la humildad de Eneko, de escuchar más que hablar». En algunas funciones otro durangués ha sustituido a Sagardoy, caso de Mariano Estudillo.
La compañía estrenó la obra en el centro cultural Larratxo de Donostia en julio de 2016. «Estuvimos un mes y ahora estamos en un periodo de explotación del montaje», apostilla Torregrosa, premiado meses atrás en unos prestigiosos premios de China y que ya cuenta con otro proyecto internacional entre sus manos, así como una serie de televisión.
«La primera vez que me subí a un escenario fue el 5 de enero de 1976 en Castro Urdiales, pocos meses después de morir aquél… (en referencia al dictador sanguinario Franco). Cuando murió yo trabajaba en una imprenta», evoca quien busca en su trabajo la sencillez. «Sobre mí qué puedo decir, que me aguanto, que no es poco (risas). Sigo estando acompañado por el trabajo y el personaje. Siento tranquilidad de los trabajos y busco la sencillez. Cuanto más sencillo es un actor en su interpretación más me gusta».
Último tren a Treblinka es un espectáculo de homenaje a aquellas víctimas y un recuerdo a Janusz Korczak, ese ser excepcional que luchó hasta la muerte por dignificar la vida de los niños; pero también una denuncia que señale con dedo acusador cómo todavía hoy, la mayor parte de los pobres del mundo son niños, y la mayor parte de los niños son pobres.
