‘Recuerdos del cole, de los grifos, del flúor… y otras anécdotas en San Antonio’, por Esti Zurbano

Esti Zurbano

Cuando me preguntaron si podía escribir algo sobre mi experiencia personal en la comida de antiguos alumnos y alumnas con motivo del 150 aniversario del colegio, mi primera reacción fue “si a mí escribir no se me da bien, yo… soy más de números…”, pero la verdad es que sólo se trata de contar en unas pocas palabras lo que viví.

Esti Zurbano, vestida de blanco, junto a otras cinco ex alumnas de San Antonio.

Ya desde el año pasado, cuando nos pidieron las direcciones de correo electrónico, porque iban a empezar a organizar diferentes eventos por el aniversario, me hizo mucha ilusión; al fin y al cabo, aunque ya sean muchos años los que llevo fuera del colegio (casi el triple de años de los que estuve allí), tengo tan buen recuerdo de lo vivido allí que no lo puedo evitar.

El día de la comida se presentaba emocionante: íbamos a hacer una visita guiada por el colegio y después de pasar por la mesa lo que surgiera.

· Monjas de la infancia · La visita al colegio me trajo muy buenos recuerdos. Primero, saludar a algunas de las monjas que formaron parte de nuestra infancia. Luego, echar un vistazo a las fotos que estaban expuestas donde podíamos reconocer a más de una y uno. En el colegio habían cambiado muchas cosas, pero otras seguían igual. No parábamos de repetir que las clases parecían más pequeñas; “lo que pasa es que nosotras somos mayores”, decía alguna. Una de mi clase no paraba de repetir si los grifos donde nos enjuagábamos los dientes con flúor seguían allí… La visita fue muy emocionante. ¡Hay que decir también que contamos con una muy buena guía! Eskerrik asko!

Llegó el momento de la comida. Seguro que no es nada fácil organizar una comida para más de 300 personas. Sin embargo, todo fue muy bien; de 12 sobre 10. En la mesa no podíamos parar de reír mientras compartíamos recuerdos con nuestras compañeras de clase; alguna incluso enseñaba alguna “herida de guerra”…

· Que siga la fiesta · A continuación llegó el momento de levantarnos de las mesas y seguir disfrutando de la fiesta. Estaba todo tan bien organizado, no faltaba nada. ¡Teníamos hasta un photocall, un libro de firmas, mural de huellas…! Bailamos (o algo parecido) hasta que nuestro cuerpo no aguantó más, y ¡algunas hasta se atrevieron a cantar! En mitad de la fiestas, justo en el momento en que las fuerzas parecían que empezaban a flaquear un poco, llegaron los frutos secos, gominolas,  piruletas… ¡Hala! ¡Para que no haya excusa para no seguir de fiesta!

Genial, genial, genial. No se le podía sacar ninguna pega. No hay palabras para agradecer el gran esfuerzo realizado para que el día fuese tan maravilloso. ¡Creo que tardaremos mucho tiempo en olvidarlo!

Gracias a tod@s l@s organizador@s! Eskerrik asko! Gora San Antonio!