Fallece el iurretarra Emiliano Zuazo, testigo de los bombardeos de Durango y Sopuerta, y recordado portero del Mirandés
Iban Gorriti
· El funeral por su persona se oficiará mañana en la parroquia Aita San Migel de Iurreta a las seis de la tarde
Emiliano Zuazo Etxaburu ha finalizado hoy el partido de su vida, la que ha aportado tanto a los suyos, y a sus amistades. Ha fallecido el portero, el testigo de los bombardeos de Durango y de Sopuerta, el que vivió en el palacio que hoy es Ayuntamiento de Iurreta, el alegre, el ilusionante… él. El guardameta «de las manos grandes» que le llamaban en sus días de gloria en la Cultural y el Club Deportivo Mirandés sumaba en la actualidad 88 años de edad.
Nacido en Iurreta en 1928, Zuazo pasó a residir más adelante en Durango, en el casco viejo de la villa. El año pasado, 31 de marzo de 2016, fue homenajeado en el acto social de recuerdo a las víctimas del bombardeo de Durango de 1937, del que fue testigo. Rebobinaba a sus 8 años de edad, cuando sus ojos más curiosos descubrieron qué fue ver la muerte de cerca. Lo vio desde el exterior de su casa, el palacio Goikolea, edificio histórico que en la actualidad es el Ayuntamiento de Iurreta. “Recuerdo que vimos cómo caía algo de unos aviones que venían y pensamos que era propaganda. ¡Propaganda, sí, leches! ¡Eran bombas!”, subrayaba a Mugalari bien despierto quien fuera conocido portero del Mirandés y previamente de la Cultural de Durango.
Su siguiente recuerdo fue imborrable. “Detrás de la iglesia de Iurreta había un cementerio y allí fueron llevando a los muertos en camiones. ¡Imagínatelo! No se me olvidará nunca. A la mayoría llevaron al cementerio de Durango, pero a otros también a Iurreta”, aportaba.
En las siguientes horas, unos milicianos llegaron a su casa con pistola en mano y les animaron a marcharse porque la cosa no pintaba bien. La familia no lo dudó y partieron a Sopuerta. Los menores en tren hasta Bilbao y de allí andando al municipio citado. Su padre y su madre hicieron todo el trayecto a pie con sus enseres y bueyes. Allí también sufrieron un bombardeo, uno de los más de mil que el investigador Xabier Irujo ya ha registrado sobre suelo vasco, es decir: no todo fue Gernika-Lumo, Durango y Otxandio.
Cuando la cosa mejoró, volvieron. Hallaron en su casa bombas de mano. “Aún tiene que haber alrededor de lo que ahora es el Ayuntamiento más”, aseguraba. Más adelante, comenzó su trayectoria deportiva como portero. Según cita el blog Miranda Deportiva del inquieto Tinin Melgosa, Zuazo militó solo una temporada, la de 1950-51. Jugó 30 partidos. Había debutado el 24 de septiembre de 1950.
Lo más curioso es que el general franquista Yagüe -paradoja para quien fue superviviente de bombardeos- quiso intermediar para que Zuazo jugara en el Burgos, pero el fallecido hoy lo tenía claro: «¡No quise!», concluía. Mañana se oficiará su despedida religiosa; el agur a una persona querida, nunca.