Esta tarde se oficia el funeral por Ricardo Mar, uno de los médicos históricos de Durango
I. Gorriti
Era uno de los médicos históricos de Durango. Era de los últimos conocidos con un Don por delante. Don Ricardo Mar falleció ayer a los 92 años de edad y será despedido en funeral católico esta tarde a las 19.00 horas en la basílica de Santa María de Durango.
Ricardo Mar Moñux era natural de la localidad cántabra de Castro Urdiales. En el bonito municipio costero nació el 20 de julio de 1924. Gran amante de la medicina, estudió la carrera en Zaragoza, ciudad aragonesa en la que encontró el amor de su vida, Carmen Medina. El matrimonio llegó a Durango en los años 50, a raíz de que el ya médico titulado sacara una oposición. Dio 50 años de su vida como médico de familia y aunque menos conocida en la villa también cumplió labor de forense.
Abrió consulta en un principio en el edificio de Andra Maria donde entonces estaba abierta la recordada pastelería La Exquisita. Más adelante, trasladó la atención sanitaria a Zumalakarregi kalea (Ezkurdi) en el bloque de pisos en el que a día de hoy está abierta la Caja Laboral.
· Apasionado del Arte y la arqueología · Muy conocido y querido en Durango, Mar era un aficionado al Arte en todas sus expresiones y a la arqueología. Le apasionaba también la arqueología -de hecho uno de sus hijos es arqueólogo- y viajar para conocer nuevos horizontes. Así diez años atrás visitó la hoy desalentadora Siria u otros grandes lugares como Jordania, Sicilia, Londres… «Todavía el mes pasado quería viajar a Barcelona, a visitar a uno de sus hijos, a pesar de que ya no le acompañaba la fuerza», explica la familia que ha tenido la deferencia de atender a Mugalari.
Don Ricardo era una persona «muy religiosa». Tenía por costumbre no faltar a las misas de las siete de la mañana que se organizan en Tabira. En su coche, llevaba a cuatro mujeres a estas eucaristías. «Era muy familiar, muy padre de sus hijos», enfatizan en su hogar y agregan que en su consulta «era casi más un psiquiatra que de medicina general, porque ayudaba a las personas que acudían a él porque lo estaban pasando mal en aquellos tiempos. Era muy empático».