#MEMORIA · El periodista Ander Izagirre comparte las memorias del miliciano centenario Luis Ortiz Alfau en un libro
I. Gorriti
· El ex soldado del batallón Capitán Casero y ex teniente republicano aporta sus testimonios vividos en la Guerra civil, el franquismo y su apuesta por la recuperación de la verdad histórica
Luis Ortiz Alfau ya es libro. El bilbaino que llegó a ser teniente republicano ha tenido que cumplir un siglo de bagaje vital para convertirse en memoria colectiva. Su biógrafo es el periodista y literato Ander Izagirre (Donostia, 1976). La publicación llega a la línea del frente a través del Instituto Gogora y de una colección gestada bajo el título Memoriak. Acaba de salir al campo de batallas de ventas en la Durangoko Azoka.
Luis Ortiz Alfau y Ander Izagirre. · PHOTO · Sara Agnetti
El volumen lleva por título El siglo de Luis Ortiz Alfau y se puso a la venta días atrás y presentado en la Durangoko Azoka presenta a un hombre que a sus cien años cumplidos el pasado 13 de octubre, viaja a menudo a bosques y a montes, para asistir a las exhumaciones de huesos en antiguas trincheras: “Soy casi el último que queda vivo, es mi deber venir a estos actos y dar testimonio”, argumenta. Las asociaciones memorialistas tienen constancia de una veintena más de gudaris y milicianos con vida entre los 94 de Juan Azkarate y 103 años de Antonio Izagirre de 103 años.
La biografía tecleada por Izagirre ubica a Ortiz Alfau en un recorrido por escenarios clave: en la guerra civil -en Elgeta, Gernika-Lumo, Artxanda-, los campos de concentración -Miranda de Ebro, Deusto, Gurs-, en el trabajo esclavo del franquismo -Roncal, Oiartzun-…
«Luego pasó los cuarenta años de venganza y silencio obligado del franquismo», mantienen los impulsores del libro y van más allá: «Y por fin empezó ese proceso de recuperación de la memoria, que tanta energía le ha dado desde que tenía 88 años hasta ahora que tiene cien. Tiene más energía ahora que hace 20 años».
· Testigo del bombardeo de Gernika-Lumo · Luis sumaba 19 años cuando estalló la Guerra civil. Se alistó como miliciano voluntario en el batallón Capitán Casero de Izquierda Republicana del Eusko Gudarostea. «Participó en recordadas contiendas. Recogió cuerpos despedazados entre los escombros de la bombardeada Gernika-Lumo, detallan en el libro. Voló por los aires cuando le cayó cerca un obús en el puerto del Escudo de Cantabria. Saltó a un barco en marcha para huir a Francia y desde su rango mandó dinamitar carreteras en los Pirineos.
Acabó encerrado en tres campos de concentración. Fue trabajador esclavo bajo el franquismo -los mal denominados ‘batallones de trabajadores’- y, cuando fue liberado, «tuvo que pagar sobornos para que ignoraran su ficha de desafecto al régimen y le permitieran trabajar», dan a conocer en el libro.
Ortiz Alfau es, además, uno de los integrantes de una familia muy conocida en Bilbao. Con 87 años comenzó a escribir cartas, a relatar sus experiencias a historiadores y cineastas, a asociaciones de memoria histórica… “Estamos consiguiendo lo que durante toda la vida me pareció imposible: contar lo que pasó”, apostilla. “Esto de la memoria histórica no son batallitas de viejos. Los jóvenes tienen que saber qué pasa cuando se pierde la democracia. Lo que yo tengo que contar es importante ahora”, valora.
A juicio de la directora de Gogora, Aintzane Ezenarro, el libro de Izagirre es «una herramienta para que la juventud conozca la memoria histórica de su pueblo».
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