Durango hace historia al ser el primer municipio que firma un pacto ciudadano contra la violencia sobre las mujeres

Ainhoa Martin

* Directora de Mugalari

¡El pueblo de Durango ha hecho hoy historia! El pueblo de Durango ha querido dejar por escrito que quiere convertirse en una localidad libre de agresiones machistas. El pueblo de Durango ha sido pionero en suscribir un pacto de la ciudadanía contra la violencia sobre las mujeres. El pueblo de Durango ha sido el primero en ingeniarlo, en proponerlo, en promoverlo, en firmarlo, y convertirse -sin aspirar a ello- en ejemplo para otros municipios.

Acto celebrado este mediodía en la plaza del Ayuntamiento. · PHOTO · I. Gorriti

Hoy, a las 13.15 horas en la plaza del Ayuntamiento local, el pueblo de Durango ha dado el primer paso para lograr esta iniciativa única y ha suscrito un manifiesto. Ya en su primer día de recogida de firmas, más de 250 entidades de la villa y más de 500 vecinas y vecinos de la misma lo han apoyado. «Este pacto no está basado en ningún modelo de otro lugar. No conocemos nada similar», ha confirmado Idoia Agorria, de la asociación Andereak, a Mugalari, periódico digital que también ha firmado el compromiso de hacer frente a esta lacra por la que en Durango han muerto mujeres a manos de hombres, caso de Ofelia Hernández, víctima a quien su pareja le asesinó el 15 de enero de 2005, muerte que llevó a la constitución de Andereak.

La codirectora de Mugalari entrega firmado el compromiso de este periódico digital durangués. · PHOTO · I. Gorriti

A esto sumar que, de forma lamentable, solo en las últimas seis semanas se han denunciado seis casos de violencia contra mujeres de la villa y que el municipio cuenta con el único agresor sexual indultado en el Estado español, Paul Abasolo. A esto, sumar los denunciables presuntos comportamientos sexistas del club de rugby A.S. Bayonne que protagonizaron el pasado 3 de septiembre.

· Participación ciudadana clave · La participación ciudadana ha sido hoy clave. La alcaldesa, Aitziber Irigoras (PNV), y la teniente de alcaldesa Pilar Ríos (PSE-EE) han leído un manifiesto en el que han asegurado que los «machistas, los agresores no tienen cabida» en el día a día de Durango y, por lo tanto, tampoco en las próximas fiestas patronales a celebrar en octubre.

«No encontrarán amparo en nuestro silencio. Debemos rechazar y reprobar aquellas actitudes que sostienen o justifican la violencia sexista, las miradas obscenas, los comentarios fuera de lugar, las bromas machistas, tocamientos, control… Ellos deben sentir miedo, rechazo por su comportamiento; no las mujeres», han amplificado por megafonía acompañadas tanto de autoridades como de la ciudadanía.

Tres personas que han suscrito el pacto. · PHOTO · Iban Gorriti

Las personas o entidades que quieran sumarse a este pacto ciudadano pueden suscribir el documento oficial en la casa de la mujer Andragunea, en el Polideportivo Landako II o en el Servicio de Atención Ciudadana (SAC). Para ello, el lunes, los 11.000 buzones que existen en Durango recibirán el texto del documento que se puede entregar en los puntos citados.

· Agresores, no os queremos · Será importante que los agresores existentes sepan que el pueblo en el que viven no les quiere. «Queremos unos sanfaustos libres de violencia sexista y por ello todas las entidades, agentes, instituciones implicadas haremos todo lo que esté en nuestra mano para lograrlo. Ante las agresiones sexistas son importantes las respuestas colectivas», agregan en el texto que ya ha sido suscrito, por ejemplo, Bizkaibus, EuskoTren, la Mancomunidad de la Merindad de Durango, Cruz Roja; asociaciones como Bizidun o Gerediaga Elkartea, sindicatos, grupos políticos (PNV, EH Bildu, Herriaren Eskubidea, PSE-EE y PP), colegios y casi todos los comercios y establecimientos hosteleros de la villa.

A estas más de 250 entidades, hay que añadir la implicación mostrada hoy por el pueblo, ejemplar. En corrillos, los comentarios eran a favor de conseguir ser una localidad libre de violencia sexista en la que «además, no haya agresores sexuales de primera y segunda como ocurre en Durango. Indultados o no, todos son la misma lacra que no queremos».

Reflejo de la concentración. · PHOTO · I. Gorriti