EtxE edita ‘BiZi’, un disco coloreado con el que aprende a andar de nuevo de la mano de sus dos hijos
Iban Gorriti
El primer recuerdo que creo conservar de Iñaki Etxezarraga es sobre un escenario. Corría el año 2000. Él era una chavalillo. Cantaba y tocaba el bajo en Nabari, un grupo heavy de su Berriz natal. Estaba actuando en el probadero de Olakueta. En esos escasos minutos de repertorio ya transmitía su sueño humano de contar historias musicadas. Tiempo después, esta vez con su guitarra en la mano y con EtxE como marca propia, echó a andar con su proyecto más personal y con el que ha llegado a cantar a las alegrías y al dolor. Demasiado dolor (compartido).
Hoy ha llegado a su casa «reventado» -amplifica- tras presentar su disco BiZi en Bilbao. Semanas atrás entrevistamos a este superviviente que aunque personalmente consigue superar etapas, barricadas emocionales… en lo musical mantiene su propuesta intacta. Es decir, sus letras son autobiográficas, tanto como le palpita el corazón.
Y mañana es 23 de septiembre. Es un día que ha marcado su existencia de por vida. Por si no lo saben aún: Iñaki perdió a su hermano Zigor hace unos años. En la jornada de quinto aniversario del fallecimiento, precisamente ese mismo día, nacieron sus dos hijos, protagonistas de la portada del disco que hoy lanza a tus oídos.
Son una intro y nueve canciones que llegan a animarte, a romperte las entrañas, a empatizar, a sonreír…
· Como niños · Personalmente me llevan a muchos recuerdos. A aquel primer concierto que, entre miles, no se me ha borrado del pensamiento. A un viaje que tuve la suerte de hacer en furgoneta con sus hermanos Zigor y Pilas, y su primo Zazpi. Gozamos como niños en el campeonato del Mundo de ciclocross en Francia. Con Zigor también coincidimos en Senpere disfrutando como hacemos siempre al ver a Seiurte en directo.
Mientras escribo me pillo a mí mismo cortándome las uñas con los dientes. Sentimientos encontrados como comunica en la nueva canción Irailak 23. «Mira el de la foto es Zigor conmigo en brazos cuando yo nací», enfatiza orgulloso Iñaki. Los días negros hay que colorearlos, que entona y resume con un «23 de septiembre, el final y el comienzo».
Cada frase, palabra, sílaba, fonema del nuevo disco es un pedazo de piel erizada.
El nuevo trabajo llega además tras un tiempo de silencio causado por la actuación de un management que le llevó a la tristeza, a abandonar sus seis cuerdas al cuidado del polvo.
Entretanto, participó en el programa de televisión El conquistador del fin del mundo y a su regreso a Berriz aseguró ser otro. La vida arrancaba de nuevo y le arrancaba capiteles; se mantenían las raíces.
· Calor humano · Y años después, mañana, los hijos de Iñaki y Naiara cumplen dos años de alegrías, de cariño, de aprender diario, de calor humano. Son futuro, pero ante todo continuo presente. El nuevo disco, grabado solo con guitarras -bonito trabajo el de Iban Gurrutxaga- y voces de EtxE me traslada a su primer trabajo, aquel para el que le hice las fotografías del disco: Hori da dena! Y no fue eso todo, fue solo el arranque, como este. Iñaki de la manos de sus hijos, los tres aprenden de nuevo a andar, a expresarse cristalinos, con ojos en los que reflejarse, a vivir.
El disco, con diseño de Alain Asenjo, suena y bien. Iñaki pertenece a esa generación para la que parece no hay tiempo de escribir en conjunto. EtxE ha sabido heredar de los grupos que escuchaban sus hermanos, nuevas influencias, el sonido Seiurte de quienes fueron Izurrai,… un cóctel que queda patente en este limpio trabajo discográfico. Por ejemplo, el estribillo de Ilusio faltsuen mundua parece un clásico de ese Anje Duhalde al que siempre prestamos más atención al viajar a Iparralde.
· Puro legado euskaldun · En ocasiones, la voz de Etxezarraga en las notas altas remite a Roberto Moso (Zarama), a Gari (Hertzainak), comparte rajo vocal con Alex Sardui (Exkixu, Gatibu) y en un corte de este nuevo álbum hay un estribillo con melodía a lo Eñaut Elorrieta de Ken Zazpi o Lugarri. Sus canciones suenan a puro legado euskaldun condimentadas con guitarras de querencia americana, y quienes le seguimos con aprecio consideramos que ya es una pieza fundamental en el panorama tan astillado de hoy en día. Solo editar un disco en 2016 debe ser valorado como una odisea.
Merece la pena comprar esta cosecha de canciones de quien ha sido Nabari, Mafia, Trikizio, Boston Jai…. porque enseña a vivir con temas tan educadores como Bizitzaren musika -junto a Aitor Gorosabel, de Su Ta Gar-, Bi Begi, Nueva York o la citada Ilusio faltsuen mundua. Incluso parece suya la letra de Bi Mila Hitz – cover de Seiurte- que cierra el disco, un homenaje pendiente que creemos pensar que Iñaki tenía con el clan Elortza. Quizás no es la canción más redonda de los del cantante pelirrojo, pero sí los versos sobre los que a día de hoy él y los suyos caminan (en positivo).
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