La experiencia en Colombia que ha marcado la vida de las duranguesas Jone y Olarizu
Mugalari
Dos exalumnas de Jesuitak Durango han participado con el proyecto ignaciano Elkar topatzen en un viaje muy humano a Colombia. Tras un proceso de preparación acompañadas por la ONG Alboan y Pastoral de Jóvenes y Adultos, las vizcainas conocieron la actuación de las organizaciones Fe y Alegría, el Servicio Jesuita a Refugiados y otras Obras de la Compañía de Jesús en Colombia.
Jone Andrés y Olarizu Echarte vivieron y se enriquecieron durante este mes con esta experiencia de voluntariado cristiano que nunca olvidarán. «Ha sido una experiencia de ruptura con lo vivido y estudiado hasta la fecha y el futuro que se nos presenta», explica Jone que fue destinada a Cali y Buenaventura. Olarizu estuvo en Barranquilla y Santa Marta.
Ambas son monitoras de Arrupe Elkartea en el colegio durangués. «Somos exalumnas del colegio, pero mantenemos una relación muy estrecha con el centro y gracias a ello hemos podido vivir este viaje», agrega Jone, licenciada en Psicología. Olarizu, por su parte, ha estudiado Magisterio infantil.
Jone Andrés ha escrito una columna de opinión que aquí puedes leer. Ella en Cali conoció una realidad extrema ya que en la ciudad los barrios están divididos «por estratos. Desde el seis de los ricos al cero de los más pobres. Es terrible, allí al cero, donde yo he estado, se le denomina subnormal», lamenta.
· Colegio cerrado · Durante su estancia en el país americano, ha conocido que se cerró un colegio en el estrato cero porque los menores matriculados no tenían un nivel de conocimientos mínimo. «Es increíble que se cierre el colegio a las personas que más lo necesitan», valora. Tras año y medio clausurado, mediante un campo de trabajo, se abrió para llevar a cabo actividades. «No hacíamos las cosas por hacer… Cada mañana trabajábamos un lema y mensaje para los niños y niñas. Y por la tarde, deportes».
Jone agrega que también volvieron a conseguir que se reunieran aquellos que llevan por nombre Abuelos Alegres del Alto de la Cruz. «Llevaban un año sin reunirse. Y ahora, se ha conseguido que un universitario vaya a trabajar con ellos una vez al mes».
+ info complementaria: opinión de Jone Andrés
