VERTIDO Y DENUNCIAS POR DELITO ECOLÓGICO EN ATXARTE · «En Alemania, alguno ya hubiera ido a la cárcel»

Iban Gorriti

Atxarte es un paraíso natural, pero con sus canteras abandonadas también es un limbo en materia de legalidad. ¿Quién hace cumplir la ley allí? ¿Diputación de Bizkaia, Parque Natural de Urkiola, Ayuntamiento de Abadiño, la empresa que gestionó su explotación…? Así las cosas, el paraíso se ha convertido en un estercolero. El pasado martes, un amante de la naturaleza, de Elorrio, interpuso varias denuncias por el vertido de lo que de forma común ya se conoce como chapapote que se produjo en un depósito y cayó por la ladera hasta casi llegar al río Atxarte. El daño está tipificado como delito ecológico.

«Una semana después, no me ha llamado nadie», explica Gotzon a MUGALARI y va muchísimo más allá en su indignación: «En Alemania, tras ocurrir un caso así alguno ya estaría en la cárcel». Este amante de la naturaleza y de la montaña, que no es la primera vez que se queja de la situación e incluso ha organizado días de recogida de residuos en el entorno de Atxarte, explica y supone que cuando acabó la explotación de la cantera, la empresa cerró con hormigón un depósito metálico lleno y con el paso del tiempo se ha deteriorado todo y ha cedido de modo que tras reventar, el chapapote ha caído hasta casi llegar al arroyo.

«¿Tiene que llegar hasta el río para que alguien actúe? Es lamentable. ¡Estamos hablando de un parque natural! Esto es un limbo: nadie se hace responsable de nada», agrega quien cree que los propios partidos políticos dejan su ecologismo en las ruedas de prensa.

Gotzon sabe bien de lo que habla porque conoce como nadie este lugar y lo quiere. «Aquí está la cabecera del río y el chapapote está a pocos metros y a nadie le importa. Todos los días hay gente escalando o haciendo montaña en este pequeño paraíso, ¿por qué miramos a otro lado? ¿Tanto nos cuesta cuidar nuestro entorno?», pregunta.

Y mientras tanto este lugar del que tan orgullosos se sienten los mendizales vascos continúa acumulando más suciedad de origen no natural, como por ejemplo, una silla infantil de vehículo, botes… de personas sin escrúpulos: «Estamos planteando montar una nueva quedada familiar, y así concienciar a los más pequeños de casa. Ellos son los que más disfrutan limpiando el entorno, es precioso ver como se sorprenden cuando recogen nuestros desechos y hacen preguntas incomodas. Desde luego, ellos son los más sensibles con la naturaleza. Más que muchos adultos, incluso que algunos montañeros o escaladores”, lamenta.

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