El durangués Ibon Garmendia entra segundo en la Quebrantahuesos, por delante de más de 7.000 ciclistas

Iban Gorriti

«Aún no soy consciente de lo que he hecho», admite a Mugalari.info, el durangués residente en Amorebieta-Etxano, Ibon Garmendia. El ciclista del GnG Galdakao estuvo a punto de entrar primero el sábado en la famosa Quebrantahuesos en Sabiñánigo, Huesca. Lo hizo segundo, por delante de más de 7.000 personas en la que la edición que la propia organización ha calificado de más dura y exigente de su historia. ¡Todo un sueño! Todo un merecido reconocimiento a un esfuerzo, tesón, empeño que debieran publicar los medios de comunicación ya que 2016 está siendo su año deportivo.

Nicolás Roux, con gafas, e Ibon Garmendia en Sabiñánigo.

A pesar de ser una prueba no competitiva, para Garmendia ha sido «algo grande», algo que le ancha el alma aún más si cabe: «Es la ilusión de toda mi vida. Algo que había preparado a conciencia» y que solo el francés Nicolás Roux le ha negado entrar primero. «Le tenía cerca. Hubo algún momento en que llegué a pensar que podía entrar primero, que lo podía disputar».

· «No soy consciente» · Entrar en meta segundo, ha sabido a gloria. «No me lo creo todavía, lo que te decía, no soy consciente», agrega quien, anoten con admiración, ha ganado tres carreras esta temporada en Gorraitz, Tafalla y en Piélagos, como ya informó este periódico digital en cada una de ellas.

Garmendia agradece una vez más a su familia que le permita haber cumplido este sueño. «Lo digo siempre, pero gracias a mi mujer puedo preparar las carreras o pruebas como estas. Tenemos dos hijos y no es fácil salir a entrenar cuatro, cinco o seis horas… Aunque no es una carrera competitiva, esta también quiero dedicárselo a ellos tres», enfatiza.

· Arranque positivo de jornada · Y ahora, toca bajar las pulsaciones, la exigencia física. «Esto te crea altibajos y te cansa mentalmente. Lo estás más que físicamente», trasmite quien arrancó la jornada positivo. «Soy muy nervioso y, sin embargo, me levanté tranquilo, muy templado. Mi preparador, Iñigo Urretxu, me dijo que corriera con cabeza y así fue, hasta verme que era uno de los cinco que nos fuimos al final», sonríe.

Su anterior participación en la famosa Quebrantahuesos fue en 2013. Hace tres años entró en meta decimoquinto en 5 horas 50 minutos. Esta vez, Roux ha registrado ese crono y él dos minutos más. Hay días en los que se toca el cielo con los pedales y se comparten con la familia.

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